El patinaje artístico ha pasado de ser una forma práctica de desplazarse sobre el hielo a la elegante mezcla de arte y deporte que es hoy.
Los precursores
Los holandeses fueron, sin duda, los precursores del patinaje. Ya en el siglo XIII empezaron a utilizar los canales para mantener la comunicación patinando de pueblo en pueblo. Con el tiempo, el patinaje se extendió a través del canal hasta Inglaterra, y pronto empezaron a formarse los primeros clubes y pistas artificiales. Entre los amantes del patinaje se encuentran varios reyes de Inglaterra, María Antonieta, Napoleón III y el escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe.
Acero y ballet
Dos estadounidenses son los responsables de los principales avances en la historia de este deporte. En 1850, Edward Bushnell, de Filadelfia, revolucionó el patinaje cuando introdujo unos patines con cuchillas de acero que permitían realizar maniobras y giros complejos. Jackson Haines, un profesor de ballet que vivía en Viena en la década de 1860, añadió elementos de ballet y danza para dar gracia a este deporte.
El deporte más antiguo
El patinaje artístico es el deporte más antiguo del programa de los Juegos Olímpicos de Invierno. Se practicó en los Juegos de Londres 1908 y nuevamente en 1920, en Amberes. Hasta 1972 se disputaban tres eventos: masculino, femenino y por parejas. Desde 1976, la danza sobre hielo se convierte en la cuarta prueba del programa y ha tenido un gran éxito.
Una estrella de Hollywood
Sonja Henie debutó en los Juegos Olímpicos de Chamonix en 1924, con apenas 11 años, y estaba tan nerviosa que tenía que preguntar a su entrenador qué hacer a mitad de sus rutinas. Sin embargo, ganó la medalla de oro en los tres Juegos Olímpicos siguientes y creó una gran legión de seguidores. Más tarde se dedicó al cine, donde consiguió aumentar la popularidad de su deporte.
