La historia de Daniel Pintado en los Juegos Olímpicos de París 2024 es la historia detrás de un dibujo.
Antes de llegar a su segunda justa olímpica, el marchista ecuatoriano recibió un dibujo hecho por sus hijos Nico, de 10 años, y la pequeña Montserrat. Él sigue sus pasos en el atletismo, también en la marcha; ella, hace ballet. Sin embargo, ambos tuvieron un sueño que plasmaron en un papel: su papá iba a ser campeón olímpico en París 2024.
Y así fue.
Daniel Pintado logró la medalla de oro en marcha individual masculina y también la presea de plata en la maratón de marcha por equipos mixtos junto a Glenda Morejón.
Esas medallas las logró después de haber llorado en París. Después de haber echado de menos. Esas medallas se fraguaron mientras extrañaba a sus hijos y se materializaron cuando se dio cuenta de que él ya era un campeón para Nico y Montserrat.
Descubre más sobre esta historia en esta entrevista exclusiva de Daniel Pintado con Olympics.com para cerrar el año dorado de su trayectoria en la marcha atlética.
El dibujo que se hizo realidad
Era la noche anterior a la prueba de marcha atlética y Daniel Pintado no dejaba de llorar, por lo que tampoco podía dormir.
No parecía la mejor preparación de cara a lo que le venía al día siguiente.
Sin embargo, las horas de diferencia entre París, seis por delante de Ecuador, hicieron que alguien pudiera cambiar el destino de quien finalmente se coronó campeón olímpico.
"No podía dormir hasta que recibí la llamada de Nico que me preguntó: 'Papi, ¿por qué estás llorando?'. Y le dije: 'No, simplemente estoy un poco nervioso'. Sus palabras fueron 'Papi, tranquilo, pase lo que pase, tú ya eres nuestro campeón. Lo único que queremos es que vuelvas a casa para darte un abrazo'. Esto fue lo que me hizo creer que la armadura estaba lista y que independientemente del resultado, tenía ya las dos medallas en casa", cuenta.
Esas dos medallas eran sus hijos.
Pero en París 2024 logró otras dos, una de plata y una de oro, justo la noche después de aquella llamada de Nico.
Fueron el premio a muchas otras noches llorando, echando de menos y de mantener un cuento que contó a sus hijos para que ellos no le extrañaran tanto a él.
"Estuve como cinco o seis meses fuera del país. Cuando volví a Cuenca [Ecuador] para despedirme, estuve solo dos días con ellos y les tuve que mentir: les dije que iba a un campamento para poder seguir concentrado", relata Pintado.
"Perdóname, estoy preparando una medalla olímpica"
Nico, sin embargo, "como que ya sabía" la mentira piadosa de su padre.
Por eso, le hizo junto a su hermana Montse un dibujo en el que ponían a su padre subido al primer escalón del podio de París.
Dibujaron el futuro.
"Yo siempre a Nico le decía que 'Discúlpame por todo este poco tiempo que no tengo contigo, pero es que estoy preparando una medalla olímpica'. Y él lo creyó. Estábamos trabajando en equipo", recuerda ahora Pintado.
"Mis hijos me estaban viendo desde casa y no podía fallarles"
Quizá Nico creyó más que el propio Daniel Pintado en que aquel dibujo se podía hacer realidad. Especialmente durante la carrera.
"Desde el kilómetro 15 me empecé a preocupar, pero no por el rendimiento de los chicos [refiriéndose a sus rivales], sino porque me sentía demasiado bien y veía que nadie atacaba. En una de las ocasiones Andrés [Chocho, su entrenador] ya dijo 'Es momento de salir'. Pero yo seguía con esos nervios de que quizá no pueda con todo, con todo esto de la presión", rememora Pintado.
La confianza de sus hijos en él vinio a su cabeza en el tramo definitivo de la carrera.
"Pero ya en el último kilómetro, cuando sonó la la campanada final, ya se trató, más que de la estrategia o de lo físico, de lo espiritual: yo sabía que tenía dos campeones, mis dos hijos, que me están viendo en casa. Entonces no podía fallarles".
No lo hizo. Daniel Pintado se convirtió en campeón olímpico.
"Cuando llegué [a meta] no me creía lo que estaba pasando. '¿En serio me sucedió esto a mí?', pensaba. Pensé en mi familia, que estaba en casa. Les imaginé totalmente felices. Cuando llegué a la meta no me acordaba qué tenía que hacer. No sabía, más bien. Y en un momento [pensé]: 'Cierto, Tengo una foto de mis hijos'. La saqué de la pantaloneta, donde tenemos un bolsillo. Gracias a Dios la foto estaba bien forradita, no se había dañado tanto y la pude enseñar. Me di cuenta de que este momento lo estuve esperando por mucho tiempo".
Daniel Pintado y otra medalla olímpica por encima de las dudas
Días después, Daniel Pintado logró otra medalla. Después de ser campeón olímpico en marcha individual masculina, logró volverse a subir al podio, esta vez en el nuevo maratón por equipos mixtos de marcha, donde junto a Glenda Morejón se alzó con la plata.
"Llegaba ya con unos días de haber sido campeón olímpico y tenía un poco las dudas de qué me podía pasar, de que si quizá era un sueño o quizás solo tuve un momento de inspiración", relata Pintado.
De nuevo probó que él está por encima de las dudas.
"Faltando pocos kilómetros me sentía que era el mejor del mundo. Me sentía muy bien, me sentía más fuerte que nunca y de hecho en la maratón me sentí mucho mejor que en los 20 kilómetros. Entonces, creo que disfrutar de sentirte que en este momento eres el mejor del mundo es una de las cositas más bonitas que he pasado durante mi carrera deportiva", sostiene.
"Me sentía superior a a los competidores y esa es una bonita experiencia: siempre quise experimentar algo así, pero siempre me ha costado".
Andrés Chocho, el entrenador con una medalla olímpica
En el momento de la primera de las medallas, la que le convirtió en campeón olímpico en 20 km marcha, después de enseñar la imagen de sus hijos y de celebrar con el característico '¡Siuuu!' de Cristiano Ronaldo, Daniel Pintado encontró el objetivo de su celebración.
"Busqué a mi entrenador [Andrés Chocho] para darle un abrazo porque era la persona más importante durante toda la preparación", cuenta.
"Andrés fue de las personas más importantes para este logro. Ha sido un mentor para mí, me ha ayudado no solo en en el entrenamiento deportivo como tal, sino en la manera de afrontar la vida, de verla de diferente manera y eso me ha ayudado también a poder ser más fuerte mentalmente y poder a veces separarme de mi familia a pesar de que me parece muy duro", defiende Pintado.
Es por ello que el marchista ecuatoriano solo conserva en su casa una de las medallas de París 2024.
"Cuando gané la medalla de oro estaba hablando con Andrés y mencioné que deberían darnos dos medallas: una para el entrenador y una para el atleta. Le dije que si ganaba la siguiente, esa se la regalaba a él. Y gracias a Dios se nos dio. Andrés tiene su medalla olímpica, la de plata, obviamente, y yo tengo guardada la de oro".
Jefferson Pérez, Daniel Pintado y el arte de dar medallas a Ecuador
Aunque Pintado considere a Andrés Chocho como su principal mentor, hubo otro gran deportista que le inspiró antes: Jefferson Pérez.
Hasta los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, Pérez fue el único deportista de Ecuador en conseguir subir al podio olímpico. En las cinco ediciones consecutivas en las que participó desde Barcelona 1992, Pérez consiguió la medalla de oro en Atlanta 1996. Después de seguir rozando el podio, Jefferson Pérez se resarció con una plata en Beijing 2008.
Precisamente esta actuación fue la que cambió la vida de Daniel Pintado.
"En 2008, cuando vi en vivo en Cuenca en una pantalla gigante la competencia de Jefferson Pérez, desde ese momento yo empecé a soñar con estar en unos Juegos Olímpicos. Fue uno de los momentos en los que me invité a soñar", reconoce Pintado, que para entonces tenía 13 años y siempre había estado vinculado con el deporte, ya que llegó a entrenar fútbol, taekwondo, natación y atletismo.
Pero fue entonces, en 2008 y viendo a Jefferson Pérez en la pantalla gigante de Cuenca, lugar de marchistas, cuando decidió que su futuro estaba en la marcha atlética. "Sabía que el deporte era una de las oportunidades para sacar adelante a mi familia. Así fue como todo empezó", reconoce ahora Pintado.
Sin embargo, a la vez que ser inspirado por Jefferson Pérez, también sintó pronto lo alargada que era la sombra de su leyenda.
"No podía manejar esa presión de que quizá después de Jefferson tenía que llegar una medalla de marcha nuevamente. Llegan los Juegos Olímpicos de Tokio, a los marchistas como tal no nos va bien, pero encontramos nuevas medallas: los oros de Neisi Dajomes y Richard Carapaz; y la medalla de Tamara Salazar".
Que Ecuador llegara a sus Juegos más exitosos hasta la fecha sin depender en la marcha, hizo que Pintado afrontara el ciclo olímpico hacia París 2024 de otra manera.
Y lo demostró con sus resultados en París 2024. "Tener una medalla es un sueño y tener dos... Creo que Dios me ayudó bastante para poder disfrutar y poder entregarle estas dos medallas a mi papá, a mi mamá y a mis dos hijos. Mi situación ameritaba que tuviera dos".
Los Ángeles 2028: La nueva meta de Daniel Pintado
Después de sus éxitos en París 2024, Pintado ya tiene un nuevo destino en mente: "Desde que terminé los Juegos de París, dije 'Vamos con todo a Los Ángeles'".
Los Juegos Olímpicos de LA28 son la meta del marchista ecuatoriano, que fue elegido entre los dos finalistas de World Athletics como mejor atleta del año 2024 fuera del estadio, pero no pierde la referencia de que un ciclo olímpico son cuatro años.
"Obviamente voy a ir año tras año haciendo las cosas bien, siendo el deportista que era antes y ahora con un poquito más de responsabilidad, pero siempre pensando en esos Juegos Olímpicos de Los Ángeles que me dan mucha ilusión poder participar", remarca Pintado.
Ese ir año a año arranca en 2025, para el cual tiene un deseo claro: "Que todo se dé para poder seguir haciendo historia".