El esquí acrobático combina la velocidad, el espectáculo y la capacidad de realizar maniobras aéreas mientras se esquía.
‘Hotdogging’
Hay registros de personas que realizaban saltos mortales sobre esquís a principios del siglo XX en Noruega, Italia y Austria, y a principios de la década de los años 20 los esquiadores estadounidenses empezaron a dar volteretas y giros. El esquí acrobático comenzó a despuntar en Estados Unidos en la década de los 60, cuando el cambio social y la libertad de expresión, junto con los avances en el equipamiento de esquí, llevaron a la aparición de nuevas y emocionantes técnicas. El esquí acrobático se conocía cariñosamente como 'hotdogging'. El nombre parecía captar perfectamente la impresionante mezcla de trucos acrobáticos, saltos y adrenalina propios de este deporte.
Ganando reconocimiento
El esquí acrobático fue reconocido como disciplina por la Federación Internacional de Esquí (FIS) en 1979. El órgano rector introdujo nuevas regulaciones en un esfuerzo por limitar algunos de los elementos más peligrosos de este joven deporte, y al año siguiente se celebraron las primeras series de la Copa del Mundo de la FIS.
Evolución olímpica
El esquí acrobático fue un deporte de exhibición en los Juegos de Calgary 1988. Hubo eventos masculinos y femeninos en las tres disciplinas: moguls, saltos aéreos y ballet. Cuatro años más tarde, el evento de moguls adquirió la categoría de prueba de medalla en los Juegos de Albertville, al igual que el evento de saltos aéreos en Lillehammer en 1994. El esquí cross hizo su debut olímpico en los Juegos de Vancouver 2010. El slopestyle y el halfpipe se añadieron al programa de esquí acrobático en los Juegos de Sochi 2014.
