Marsella

La llegada de la llama olímpica a Francia, el 9 de mayo, marca el inicio de una gran historia, llena de entusiasmo y sonrisas, que marcará el tono de las semanas que quedan hasta la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos, el 26 de julio. Tras zarpar de Grecia y cruzar el Mediterráneo a bordo del Belem, la antorcha olímpica arribará a Marsella, la segunda ciudad del país. Comenzará su recorrido por la Ciudad Focense desde la Notre-Dame de la Garde Basilica, conocida como la “Buena Madre”, y se dirigirá al centro de la ciudad.

A continuación, irá del Parc Borély hasta el Palais du Pharo y de ahí a la Cité Internationale de Marseille. La antorcha olímpica visitará también el Parc de Font Obscure, desde donde se divisa el Puerto de Marsella. La siguiente etapa la llevará desde Le Dôme al museo del Palais Longchamp y la torre de agua. Luego, pasará por el Parc de la Moline, antes de afrontar el último tramo de la jornada entre Périer, un barrio tranquilo en el corazón de la ciudad, y el Estadio de Marsella.

Celebraciones en el Estadio de Marsella

La antorcha olímpica terminará su visita a esta antigua ciudad visitando uno de sus lugares más emblemáticos: el Estadio de Marsella. El recinto, más conocido como Stade Vélodrome, fue construido en 1935 e inaugurado en 1937 por Léo Lagrange, Subsecretario de Estado para el Deporte, que se esforzaba por promover el deporte en Francia. Desde entonces, el estadio ha sido ampliado, mejorado y pulido a lo largo de las décadas, y en la actualidad tiene una capacidad para más de 67.300 espectadores. Sede del Olympique de Marsella de la Ligue 1 (la máxima categoría del fútbol profesional masculino en Francia), el estadio ha sido el escenario de las hazañas más memorables en la historia de este emblemático club.

También ha albergado grandes competiciones futbolísticas, como partidos de los Mundiales de 1938 y 1998 y de los Campeonatos Europeos de 1984 y 2016, pese a que siempre ha sido un recinto polideportivo. Ha sido testigo de combates de boxeo protagonizados por Marcel Cerdan, de un partido de béisbol tras la liberación de Francia, de partidos de rugby e incluso de una etapa del Tour de Francia de 2017. Como centro neurálgico del deporte en Marsella, era la elección natural para acoger la antorcha olímpica en las celebraciones de la noche. El pebetero se encenderá al final de una ceremonia que pondrá el broche de oro a la jornada.