El tiro pasó de ser un medio de supervivencia a convertirse en un deporte en el siglo XIX con la aparición de la revolución industrial, ya que la caza para obtener alimentos se hacía menos necesaria para cada vez más personas. La popularidad de este deporte creció en países de habla inglesa como Inglaterra, Estados Unidos, Irlanda y Sudáfrica. En la actualidad, el tiro deportivo se practica en todo el mundo, con atletas de más de 100 comités olímpicos nacionales que participan en sus eventos en cada edición de los Juegos Olímpicos.
Breve resumen de las reglas
Existen tres disciplinas de tiro olímpico: rifle, pistola y escopeta. Las pruebas de rifle y pistola se celebran en campos de tiro, donde los atletas apuntan a blancos situados a distancias de 10, 25 y 50 metros. También hay tres posiciones: arrodillado (donde el atleta se arrodilla con una pierna y apoya el codo en la otra rodilla), prono y de pie. Algunos eventos incluyen todas las posiciones.
Para dar en el blanco con la mayor precisión y lo más cerca posible del centro (la diana), los atletas utilizan técnicas de relajación para reducir sus pulsaciones. Las pruebas de tiro con escopeta tienen lugar al aire libre, donde los atletas disparan a objetivos voladores ejecutados desde diferentes ángulos y direcciones. Este deporte exige mucha concentración, buena toma de decisiones y agudeza de reflejos.
Historia olímpica
Con la excepción de los Juegos Olímpicos de 1904 y 1928, las disciplinas de tiro han sido incluidas en todas las ediciones desde los primeros Juegos modernos, celebrados en Atenas 1896. El número de eventos ha variado de una edición a otra. En 1896 eran cinco, en la actualidad, 15. Los atletas de Estados Unidos son, con diferencia, los que más medallas de tiro han ganado, aunque también han triunfado en los Juegos los representantes de la República Popular de China e Italia.