Ciclismo en ruta

El ciclismo está compuesto de un conjunto de disciplinas que reflejan tanto su pasado milenario como su visión moderna; el ciclismo en ruta es la variedad más antigua de este deporte. En el Siglo XIX, el ciclismo se popularizó gracias a la invención del sistema de cadenas y engranajes. Las primeras carreras se organizaron unos años más tarde y el primer evento documentado se celebró en 1868 en el Parque Saint Cloud de París. Poco después, comenzaron a crearse federaciones nacionales de ciclismo y en 1900 se creó una federación internacional, conocida como la Unión Ciclista Internacional, para supervisar la organización de las distintas disciplinas.

El ciclismo en ruta se disputa al aire libre y en los Juegos Olímpicos se divide en dos tipos de eventos: carrera de ruta y contrarreloj individual.

La carrera de ruta, en la que todos los corredores parten al mismo tiempo en una salida en masa, es una prueba de resistencia muy táctica. La carrera (de 120km y 200km para los atletas femeninos y masculinos, respectivamente) suele ganarse en el esprint final en unos pocos cientos de metros, lo que significa que los corredores deben posicionarse perfectamente y conservar su energía en la primera parte de la carrera.

La contrarreloj representa un esfuerzo en solitario en la que los corredores salen en tiempos escalonados, en lugar de hacerlo en un pelotón agrupado. Cubren una distancia mucho más corta que la carrera de ruta, ya que la contrarreloj rara vez supera los 50km; los eventos requieren de constancia, concentración y perseverancia mediante un posicionamiento aerodinámico y una potencia eficaces.

El ciclismo en ruta es una de las pruebas olímpicas originales, ya que figuró en el programa competitivo de la primera Olimpiada moderna, celebrada en 1896 en Atenas. Sin embargo, esta disciplina no participaría en los tres Juegos Olímpicos siguientes hasta regresar en los Juegos Olímpicos de Estocolmo 1912 con la carrera contrarreloj. El ciclismo femenino se incorporó al programa olímpico en Los Ángeles 1984 con la carrera de ruta y con la contrarreloj lo hizo cuatro años más tarde. Antes de Atlanta 1996, los ciclistas profesionales tenían prohibido competir en los Juegos; en la actualidad, los representantes del mundo del ciclismo profesional son bienvenidos a la competición. Esto aporta un prestigio adicional a las carreras olímpicas, que ahora son disputadas por los mejores ciclistas del mundo.