Tour de Francia 2023: Los puertos y las etapas que pueden decidir el maillot amarillo
Entre los 3.405,6 km del Tour de Francia 2023, algunos son más importantes que otros en la pelea por el maillot amarillo. Olympics.com te presenta las etapas más esperadas y los puertos que podrían decidir la victoria final.
En una carrera ciclista de tres etapas como es el Tour de Francia hay muchos momentos que pueden ser decisivos. Y eso es todavía más cierto con un recorrido como el de este año. La edición de 2023 de la ronda gala pasará por los cinco macizos franceses y tendrá un total de 30 puertos de primera, segunda o categoría especial.
Hay tanta montaña que lo que preocupará a los aspirantes al maillot amarillo ya no serán los abanicos como en 2020 o el pavés, como en 2022. Algunas subidas podrían marcar grandes diferencias en la clasificación general desde la primera semana de carrera.
El col de Soudet podría ser el primer momento de la verdad en el Tour de Francia 2023. Sus 15,2 km al 7,2% de desnivel pondrá a prueba las ambiciones de los favoritos ya en la quinta etapa del recorrido. Será la primera vez en el siglo XXI que el pelotón ataca un puerto de categoría especial en la primera semana de carrera.
Y no será el único examen que deberán pasar los ciclistas en la etapa del miércoles, 5 de julio.
Menos de 60 kilómetros después espera el col de Marie Blanque, más corto pero con algunos tramos más empinados que podrían seleccionar todavía más el grupo de aspirantes al maillot amarillo. Será la primera de las ocho etapas de montaña que tiene reservadas este Tour de Francia 2023.
El Tour de Francia no se ganará entre Pau y Laruns, pero sí que podría perderse si algunos de los favoritos no empiezan con las piernas finas.
El pelotón del Tour de Francia redescubre el Puy-de-Dôme
El pelotón no atravesará los Pirineos sin subir el Tourmalet (17,1 km al 7,3%), en una sexta etapa donde también esperan el col d’Aspin y Cauterets-Cambasque, dos puertos de primera categoría.
Este trazado exigente para la primera llegada en alto promete espectáculo, pero no necesariamente grandes diferencias en la clasificación general, pues el final es también apto para los rematadores.
La situación será bien distinta en el Puy de Dôme, donde la victoria está reservada para los escaladores.
La novena etapa terminará con 13,3 km al 7,7% de desnivel. Y ese es solo el porcentaje promedio, porque la carretera se hace mucho más dura cerca de la meta.
La pendiente media de los últimos cuatro kilómetros supera el 11,5%, por lo que será una gran oportunidad para aquellos que quieran subir puestos en la clasificación general.
Este puerto tan selectivo es mucho menos conocido que los habituales puertos del Tour de Francia. La última vez que el pelotón escaló este Puy de Dôme en la Grande Boucle fue en 1988.
Fiesta nacional el 14 de julio en el Grand Colombier y fuegos artificiales
La última vez que el Tour de Francia subió el Grand Colombier fue en 2020, y dejó una fotografía bastante del desenlace de la carrera: Tadej Pogacar superó por muy poco a Primoz Roglic y Egan Bernal cedió terreno en su lucha por defender el título de 2019.
En 2023, la ascensión en vísperas del primer paso por los Alpes podría ser sinónimo de grandes maniobras en carrera: los 17,4 kilómetros finales tienen una pendiente media del 7,1%. Será el único puerto en el día de la fiesta nacional de Francia.
Al día siguiente la 14ª etapa presenta un perfil totalmente distinto, con muy poco terreno llano y ni un respiro en los primeros 110 kilómetros: en total serán cinco puertos de montaña, incluidos tres de primera el col de Joux-Plane, de categoría especial, para terminar.
Los favoritos al maillot amarillo tendrán que negociar bien no solo la ascensión de 11,6 km al 8,5% sino los 12 km de bajada que siguen hasta Morzine. Los especialistas en descensos podrían ganar aquí segundos muy valiosos, pero deberán medir muy bien los riesgos, sobre todo en caso de tensión o lluvia.
Côte des Amerands y una contrarreloj peligrosa
El final de la 15ª etapa también promete estar reservado para los favoritos. Después de dos puertos de primera y uno de tercera, encadenar Côte des Amerands y Saint-Gervais Mont-Blanc Le Bettex se anuncia como una tarea infernal.
Côte des Amerands es un puerto de segunda categoría, pero con tramos que alcanzan el 17%. Y después le seguirá una ascensión final de 7 km al 7,7% de media, un examen que pondrá a prueba las ambiciones de los aspirantes al maillot amarillo.
El Tour de Francia 2023 solo tendrá una contrarreloj individual, pero qué contrarreloj. Un trazado corto y exigente que puede revolver el tablero al día siguiente de la última jornada de descanso.
En su recorrido de 22,4 km aguarda un puerto de segunda categoría, la côte de Domancy, con 2,5 km al 9,4% de desnivel.
No será una crono mítica como aquella de La Planche des Belles Filles en 2020, pero su perfil puede bastar para marcar diferencias muy importantes en la clasificación general. Y todo esto, en vísperas de la etapa reina.
¿El col de la Loze y los Vosgos para decidir la general?
La etapa reina del Tour de Francia 2023 promete ser la del miércoles, 19 de julio, con más de 5.000 metros de desnivel acumulado entre Saint-Gervais Mont-Blanc y Courchevel. Solo en los primeros 67 kilómetros ya hay dos puertos de primera categoría: el col des Saisies y el Cormet de Roselend.
Una buena manera de entrar en materia antes de atacar el techo de este Tour de Francia 2023: el col de la Loze. Una subida de 28,1 kilómetros al 6% de pendiente media donde se superarán los 2.300 metros de altitud. Su dificultad, con tramos que superan el 20% de desnivel cerca de la cima, ya dejó huella en los corredores en su primera visita, 2020.
Después del esfuerzo sobrehumano que exige esta subida, el pelotón, o lo que quede de él, deberá afrontar un descenso técnico de 5 kilómetros hasta Courchevel. La meta espera en el Altiport después de un último kilómetro al 10,8%.
Aunque los Alpes prometen una dura batalla por la general, el Tour de Francia terminará su travesía por los macizos franceses por los Vosgos y una última etapa de montaña en vísperas de llegar a París.
Si para entonces el maillot amarillo no está decidido, esa penúltima etapa podría ser explosiva: son 133 kilómetros con 3.600 metros de desnivel acumulado repartidos en solo seis ascensiones.
En los últimos 40 kilómetros se encadenan el Petit Ballon y el col du Platzerwasel, dos puertos de primera categoría, por lo que se anuncia una jornada sin respiro para los corredores.
Después de todos estos esfuerzos, llegará el momento de descorchar el champán en los Campos Elíseos para el merecido ganador del maillot amarillo.