'Rugby for All': el proyecto comunitario en Brasil que genera atletas olímpicos y cambia vidas a través del deporte
Desde hace poco menos de dos décadas, miles de niños, además de atletas olímpicos, han pasado por el 'Instituto Rugby for All', una organización comunitaria fundada en la favela de Paraisópolis, en São Paulo. Olympics.com entrevistó a uno de los fundadores del proyecto, Maurício Draghi, para saber más.
São Paulo, Brasil. Año 2004.
Maurício Draghi y Fabrício 'Bi' Kobashi son dos atletas que forman parte de la élite del rugby brasileño, un país aún lejos de tener un equipo reconocido internacionalmente.
Además de competir con la selección nacional, ambos jugadores están en las filas del Pasteur Athlétique, un equipo de rugby tradicional de São Paulo con orígenes franceses.
Sus sesiones de entrenamiento con el club les llevan a Morumbi, un barrio de la capital paulista cercano a algunos de los distritos más pobres de la ciudad, incluida la comunidad de Paraisópolis.
El nombre Paraisópolis significa 'ciudad del paraíso', pero descubren que es todo lo contrario.
Como un universo en su tamaño y alcance, la favela es como una "ciudad" dentro de São Paulo. Esta favela de 100.000 habitantes, y con 100 años de historia, es la quinta más grande de Brasil y ocupa poco más de un kilómetro cuadrado.
En lugares como Paraisópolis las oportunidades son escasas. Los habitantes de la favela no tienen acceso a la sanidad, la educación, el deporte y el ocio, lo que deja a los miles de jóvenes que viven entre sus muros vulnerables y expuestos.
Durante algunas de sus sesiones de entrenamiento con el Pasteur, Draghi y Bi Kobashi empiezan a conocer a algunos de los niños de Paraisópolis. Aprenden más sobre la desigualdad social a la que se enfrentan, así como sobre la falta general que sufren de acceso universal al deporte.
Eso, y el 'difícil acceso' al rugby entre los brasileños y las personas de las favelas, empezó a molestar a ambos jugadores. Sentían que la selección brasileña no representaba a todo el pueblo de Brasil ya que el rugby no estaba al alcance de todos.
Desanimados, decidieron actuar: "No puede haber igualdad", se dio cuenta Draghi. "Es inaceptable".
Draghi, uno de los fundadores del 'Instituto Rugby for All' (Rugby para Todos), habla en una entrevista exclusiva con Olympics.com sobre el momento en que él y Bi Kobashi emprendieron un viaje que transformaría miles de vidas jóvenes y reflexiona sobre todo lo que han conseguido desde entonces.
El primer entrenamiento: más de 100 niños
Tras algunas discusiones, en el Día de las Madres de 2004, Draghi y Bi Kobashi decidieron ir al campo de fútbol de Paraisópolis para hablar con el líder de la comunidad sobre la posibilidad de utilizar el campo para enseñar rugby a los niños de la zona.
Cuando llegaron se encontraron con una típica escena: un fortín típico de las ligas deportivas inferiores, una organización improvisada e incluso un buey atado a la valla.
Fueron al bar que había al borde del campo. Hubo cierto recelo inicial hasta que descubrieron que el encargado del campo de fútbol, Chiquinho, había sido inspector del colegio donde estudiaba Draghi. Entonces se relajaron las tensiones.
Después de consensuar ideas y trámites, el domingo siguiente acordaron que la selección brasileña sub-19 podría celebrar un partido de exhibición en Paraisópolis.
Draghi y Bi Kobashi prepararon 40 pequeñas entradas que distribuyeron entre los niños y los padres que acudieron a ver el partido. En las entradas había una invitación al primer entrenamiento de rugby que organizaban para los niños de la localidad en el campo de fútbol y que tenían previsto celebrar el miércoles siguiente.
Ese fue el "inicio".
Aquel segundo miércoles de mayo de 2004, cuando el dúo llegó para realizar su primera sesión de entrenamiento, se quedaron asombrados de lo que vieron.
Había más de cien niños en el campo de fútbol de Paraisópolis. La respuesta había sido abrumadora.
Después del éxito inicial, los jugadores de rugby siguieron organizando entrenamientos con regularidad, pero pronto empezaron a surgir demandas mucho más inmediatas. Los niños llegaban con dolores de cabeza porque no habían comido nada ese día. Otros necesitaban seguimiento psicológico.
Días después, la dupla organizó aperitivos para repartir antes de los entrenamientos y un psicólogo pasó a formar parte del equipo que organizaba las sesiones.
Una iniciativa que llegó a ser mucho más que difundir el rugby
Draghi y Bi Kobashi empezaron a notar un cambio en el objetivo del proyecto a medida que empezaron a surgir más problemas.
"Al principio, era para enseñar rugby. Sin embargo, nos dimos cuenta de que antes era necesaria la iniciación deportiva. Una base, con un seguimiento multidisciplinar, como la presencia (además del psicólogo) de un nutricionista y un fisioterapeuta", recuerda Draghi.
Mientras atendían todas estas necesidades, también empezaron a desarrollar un proyecto de jóvenes aprendices para ayudar a algunos de ellos a entrar en el mercado laboral. Era otro cambio en su idea original.
A los seis meses de empezar ya había niños que jugaban muy bien. Con ello, Draghi y Bi Kobashi se dieron cuenta de la necesidad de crear una estructura organizativa más grande, con aún más recursos.
En los tres primeros años todo se hacía de forma voluntaria, en una especie de laboratorio: "Se trataba de probar y cometer errores, probar y tener éxito", recordó Draghi. "No fue hasta el cuarto año de actividades cuando se consiguió el primer presupuesto", añadió.
La fundación del 'Instituto Rugby for All' y su papel más allá del deporte
Debido a su alcance cada vez mayor, Draghi y Bi Kobashi se dieron cuenta de la necesidad de crear algo más sustancial y así, en 2009, se creó el 'Instituto Rugby para Todos' (Institute Rugby for All).
Pronto el proyecto empezó a ser reconocido por la amplitud de su trabajo, y su enfoque de las favelas se convirtió en un punto de referencia para otros sobre cómo utilizar el deporte como herramienta de inclusión social.
"No creía en la educación tanto como ahora", confesó Fabrício Kobashi, uno de los fundadores del proyecto, en el documental "Leones de Paraisópolis - El rugby que viene de la favela".
"El rugby dejó de ser un fin, para ser el medio. Formaba parte de un proceso de preparación para la vida. El Instituto pasó a gestionar las carreras y rutinas de los participantes, tanto en el deporte como fuera de él", añadió Draghi.
A medida que la institución evolucionó con los años, a los participantes se les ofrecieron distintas oportunidades, como cursar estudios superiores, encontrar trabajo o incluso seguir jugando al rugby.
Para los que querían practicar este deporte, se crearon dos equipos: las Leoas (Leonas) y los Leões (Leones) de Paraisópolis.
De acuerdo con la institución, tras más de 15 años de trabajo, ya se ha ayudado a 5.000 niños, de los cuales 2.000 reciben atención continuada.
Draghi, que ahora es Agente de Formación de Políticas Públicas, dijo que para él ya no basta con tener una buena idea: "Se necesita una buena comunicación y transparencia", subrayó.
Las atletas olímpicas Leila y Bianca Silva se inician en 'Rugby for All'
En medio de las condiciones más adversas, esas que podrían hacer desistir a cualquier persona de practicar un deporte, sobre todo uno que está lejos de ser plenamente profesional, Paraisópolis ha dado innumerables talentos al rugby en Brasil.
Muchos de los jóvenes que empezaron con el proyecto han entrado ahora en el deporte de alto rendimiento. Algunos incluso han llegado a las selecciones nacionales de Brasil, tanto en rugby 7 como en rugby 15, incluidas Leila y Bianca Silva, que compitieron en ediciones de los Juegos Olímpicos.
Leila Silva formó parte de las 'Yaras' (como se conoce a las jugadoras de la selección brasileña femenina de rugby) en Tokio 2020.
En una reciente entrevista en portugués para Olympics.com, Leila comentó que el rugby, a través del proyecto, le enseñó a expresarse y a tomar decisiones dentro y fuera del campo.
Recuerda que, para poder jugar, tenía que ir bien en el colegio, lo que le hacía disfrutar estudiando: "El deporte me ayudó a formarme como persona".
Elegida atleta de rugby del año en 2018 por el Comité Olímpico Brasileño, Bianca Silva (en una entrevista para el podcast brasileño "Mesa Oval") recordó con cariño sus inicios en el rugby en Paraisópolis, revelando que el proyecto le enseñó mucho: "Hay que entender que nada es fácil. Ten como referencia a las personas que te dan fuerza", dijo Bianca.
Además, añadió: "El proyecto me permitió creer más en mí misma e hizo del rugby mi vida, me presentó a gente increíble con la que convivo, además de darme grandes experiencias".
Maurício Draghi: "La sociedad no puede tolerar la desigualdad"
Dado que la desigualdad social y la falta de cultura deportiva fueron las razones por las que se fundó el 'Rugby for All Institute' (Instituto Rugby para Todos), puede decirse que el proyecto ha tenido mucho éxito.
"Todo esto se ha logrado de forma correcta, honesta e íntegra, lo que me hace feliz", reflejó Draghi. "Pero no solo los resultados del propio Instituto, sino sobre todo los de los niños y adolescentes que participan en él".
Los resultados se ven en el campo, en los clubes o en la selección brasileña (casos de Bianca y Leila Silva entre las 'Yaras'; Robert Tenório, Adrio, Brendon, Igor Luciano y Varejão entre los 'Tupis'), pero también están los éxitos fuera de él, como la ayuda a los que tienen carrera y a sus estudios.
Draghi, acostumbrado a los retos, sabe que el camino que tiene por delante 'Rugby for All' es claro: debe mantener su compromiso de ayudar a los jóvenes vulnerables en condiciones precarias. No le asustan las dificultades que puedan surgir en el futuro: "La sociedad no puede tolerar la desigualdad. Seguimos centrados en el objetivo del proyecto".
"El rugby es una oportunidad para expresarse. El rugby es un deporte para todos y las oportunidades también son para todos".