Mirada al pasado: Anders Haugen y la medalla olímpica que llegó con 50 años de retraso

Cuando el saltador de esquí estadounidense Andres Haugen participó en los primeros Juegos Olímpicos, en Chamonix 1924, quedó cuarto. Pero medio siglo más tarde, a los 86 años, recibiría una medalla de bronce que bien valió la espera.

4 minPor Indira Shestakova
Якоб Туллин Тамс летит к историческому олимпийскому золоту
(Getty Images)

Ningún otro deportista olímpico en la historia ha tenido que esperar tanto tiempo para conseguir su medalla. En 1974, Anders Haugen se convirtió en el primer estadounidense en ganar una medalla en salto de esquí: Haugen recibió la medalla de bronce por su actuación en los Juegos de Chamonix 1924, celebrados ¡50 años antes!

Haugen nació el 24 de octubre de 1888 en la pequeña ciudad noruega de Bo, cerca de Oslo, donde empezó a practicar el salto de esquí de niño junto con su hermano Lars. Cuando Haugen tenía 19 años, emigró a Estados Unidos, adonde sus hermanos se habían trasladado previamente. Se instaló en Illinois y luego se trasladó a Milwaukee (Wisconsin). En América, el noruego trabajó en una granja y se hizo albañil, pero no se olvidó del deporte.

En Milwaukee, Haugen se unió a un club de esquí local; y en 1910 ayudó al club a construir una rampa de salto de esquí cerca del lago Naghavicka para abrir el salto de esquí al público de la zona.

En enero de 1913 se celebró la primera competición allí y Haugen ganó la medalla de oro. Muy pronto a esa medalla le siguieron más trofeos. De hecho, entre 1910 y 1920, los hermanos Haugen ganaron once veces el Campeonato Nacional de Estados Unidos, y Anders estableció dos récords mundiales de salto de esquí en 1919 y 1920.

Sus éxitos llevaron a Anders Haugen a ser incluido en el equipo de Estados Unidos, y fue además nombrado capitán del equipo de esquí para los Juegos Olímpicos de Chamonix 1924 y St Moritz 1928. En ambas ediciones participó en las competiciones de salto de esquí, esquí de fondo y combinada nórdica. Si bien al estadounidense le costó acercarse al podio en St Moritz, parecía haber quedado a un paso de las medallas en los de Chamonix, en los que los noruegos arrasaron en el medallero. En la prueba de salto de trampolín normal, Jacob Tullin Thams ganó el oro, con Narve Bonna en segundo lugar y Thorleif Haug, que también ganó dos oros en esquí de fondo y un oro en combinada nórdica, en el tercer puesto. Anders Haugen realizó el salto más largo, pero cometió un error durante el aterrizaje que le hizo caer al cuarto puesto.

A pesar de que hubo ciertas dudas sobre los resultados finales de la prueba ya entonces, no se plantearon reclamaciones. Más tarde Haugen admitiría que había estado confiado en llevarse el bronce, pero que al final tuvo que aceptar la decisión de los jueces.

"Las protestas y cosas así no eran habituales en aquella época. Aceptábamos las posiciones obtenidas. Me había sentido decepcionado tantas veces que intenté no pensar mucho en el episodio", dijo Haugen, citado por la revista Skiing.

Cincuenta años después, un participante en aquella competición de Chamonix, el noruego Thoralf Strømstad llamó la atención del historiador deportivo Jacob Vaage sobre un posible error en los protocolos de puntuación de los jueces. Vaage volvió a comprobar la información y confirmó que el estadounidense había recibido una puntuación errónea.

Afortunadamente, Anders Haugen seguía vivo en ese momento. En 1929, él y su hermano se habían trasladado a California, donde había ayudado a desarrollar el club de esquí del lago Tahoe. Hasta los 70 años, estuvo dirigiendo allí el programa de esquí para jóvenes. En 1974, los noruegos organizaron un viaje para Anders a su país natal. Allí, a sus 85 años, pudo recibir la medalla de bronce olímpica con todos los honores y celebraciones acordes a la importancia del momento. El premio fue entregado por Anna Marie Haug Magnussen, hija de Thorleif Haug, quien había fallecido décadas atrás, con solo 40 años.

"Si mi padre hubiera vivido, se habría alegrado mucho de entregarte esta medalla", dijo la hija de Haug, que abrazó con fuerza al nuevo medallista de bronce de Chamonix 1924.

Si la historia no se hubiera reescrito, Estados Unidos seguiría sin un medallista olímpico en salto de esquí.

Anders Haugen se convirtió oficialmente en medallista olímpico a una edad muy avanzada, pero vivió para disfrutar de su nuevo estatus durante otros 10 años. Haugen falleció en 1984 debido a complicaciones derivadas de una insuficiencia renal y un cáncer de próstata, pero hasta el final de su vida estuvo lleno de energía. Según el Salón de la Fama de Esquí y Snowboard de Estados Unidos, Haugen, a sus 91 años, seguía esquiando con regularidad en las montañas de San Bernardino, cerca de su casa.

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