Jonathan Soto iba manejando a trabajar cuando recordó una charla que había tenido años atrás con un profesor de la escuela. ‘¿Por qué no intentaba competir por México en esquí de fondo?’. Sin saberlo, allí nació un sueño que se hará realidad en los Juegos Olímpicos de Invierno Beijing 2022.
Soto (Durango, 1993) vive desde los 12 años en Minnesota, Estados Unidos. Fue allí donde descubrió el esquí de fondo, buscando un deporte para mantenerse en forma durante el invierno para la temporada de atletismo en la escuela. Empezó a competir oficialmente con la tricolor en 2019, y hace un año, en su primer Mundial, logró una cuota olímpica para México. Ahora se ha ganado el derecho a defenderla.
Toma el relevo de su entrenador, Germán Madrazo. El pionero del esquí de fondo mexicano aseguró en el podcast en español de Olympics.com que la única forma de hacer más grande el sueño que vivió en PyeongChang 2018 era ayudar a que otros que vinieran detrás también lo hicieran.
Y ahora llega Jonathan Soto ("gracias a la invención de las tarjetas de crédito estamos en deuda pero aquí vamos", bromea), que en una entrevista con Olympics.com habló de sus inicios y su camino hasta ser esquiador olímpico.
Un sueño y una llamada
Olympics.com (OC): ¿Cómo ha sido este camino?
Jonathan Soto (JS): En Minnesota hay mucha comunidad de esquí de fondo, pero para conseguir puntos ya debía viajar. Entre mis amigos y mi familia hemos recaudado fondos. Ha sido muy abrumador recibir todo ese apoyo, tanto de la comunidad donde vivo, como de Durango. Apoyo de palabra y financiero. Si no habría sido imposible. Ese pensamiento de querer hacerlo para representar a mi México ha mantenido este sueño en pie.
OC: ¿Cómo empezó para ti el sueño de ser olímpico?
JS: Creo que desde la preparatoria. Ya de allí un entrenador, que también era maestro de Biología, me dijo de ver qué debería hacer para representar a México en las competencias internacionales o incluso en los Juegos Olímpicos. Pero era complicado porque no había fondos. Era eso o la universidad, así que el sueño quedó ahí.
OC: Pero seguiste esquiando.
JS: Seguí, pero ya no tan intenso. Ya uno de esos años empecé a entrenar para una carrera de unos 50 km, la American Birkebeiner, y mi tiempo fue bueno para cómo había entrenado. Y un día iba manejando a trabajar y se me vino otra vez la idea de representar a México. Lo peor que me podían decir es que no, y eso no duele mucho, a veces. Así que busqué en Google y llamé al Comité Olímpico Mexicano.
Germán Madrazo, entrenador a distancia
OC: Entrenas con Germán Madrazo, que compitió en PyeongChang 2018. ¿Cómo surgió esa colaboración y cómo trabajáis? Porque los dos vivís en Estados Unidos, pero en diferentes estados.
JS: Yo le pedí al presidente de la Federación los números de los atletas para preguntar y organizarnos. Ahí estaba Germán y me dije, ‘pues de todos, él va a saber lo que hay que hacer para llegar’. Me puse en contacto con él y me dijo que me ayudaría a llegar a Beijing 2022. Y desde entonces empecé a trabajar con él.
Él me manda los planes semanales y con ayuda de mi reloj deportivo él puede ver las frecuencias cardiacas, las distancias, los tiempos... Las métricas que le ayudan a decidir qué hacer, qué quitar, qué cambiar. Le tuve fe porque él entrena corredores. Y de hecho hace dos años él hizo conmigo la American Birkebeiner.
OC: Además de entrenar para ser deportista olímpico, tienes un trabajo a tiempo completo. ¿Cómo es un día normal para ti?
JS: Sí, soy coordinador de proyectos de una compañía de maquinaria industrial. Por esa cuestión no se me ha complicado mucho porque bastante del trabajo que hago puedo hacerlo en remoto desde la computadora. Pero cuando tengo que viajar con un cliente, si no hay nieve o no puedo llevarme los rollerskis, me toca correr. Todos los hoteles tienen algún gimnasio, y acomodo el entrenamiento a donde esté.
También me han dado flexibilidad para viajar entre semana a las competencias y trabajar en remoto, así que no me ha sido tan complicado, pero me exige administrar mi tiempo al máximo. En las mañanas suelo ir al gimnasio, después trabajo 8 horas, y de allí al entrenamiento de la tarde. Y luego los fines de semana son días largos o de recuperación.
OC: Tú lograste la plaza olímpica para México en el Mundial de 2021. ¿Qué recuerdas de ese momento?
JS: Mis compañeros me lo dijeron, pero no quería cantar victoria hasta que fuera oficial. Y creo que a la hora Germán me mandó un mensaje con una captura de teléfono con el tiempo oficial. Ahí ya me dio el sentimiento de haberlo logrado. Fue uno de los primeros pasos para ir a Beijing y el sentimiento fue muy abrumador. Inmenso. Todo el trabajo, la felicidad... Se juntó todo. Se sintió muy, muy, muy bien.
OC: ¿Qué se siente al competir por una nación ‘pequeña’ o con poca tradición en deportes de invierno?
JS: Es muy bonito ver todas esas naciones, no solo las que dominan. Nosotros también ponemos nuestro trabajo y sacrificio para llegar hasta allí. Recuerdo que en el Mundial, cuando acabé la carrera, estaba solo en el corral y vi a un atleta de Mongolia. No sé qué nos dijimos. Yo hablándole en inglés, él también un poco de inglés o casi nada, pero nos hicimos amigos por el deporte y nos tomamos unas fotos. Eso es muy bonito.