En Tokio 2020, Luis Javier Mosquera alzó más de 300 kilos en total, pero el colombiano ha tenido que cargar con mucho más antes de colgarse hoy, domingo 25 de julio, su segunda medalla Olímpica.
“No ha sido nada fácil”, sostuvo en conferencia de prensa Mosquera, de 26 años, antes de referirse a las batallas que ha tenido que enfrentar en su camino al podio Olímpico. “Todos entrenamos muy duro, tenemos luchas personales, pero Dios da bendiciones a sus guerreros”, agregó.
Es que sobre la cabeza –y las rodillas- de Mosquera ha gravitado la posibilidad de un retiro prematuro. “El ciclo mío no fue muy bueno, tuve dos operaciones muy fuertes que intentaron retirarme del deporte, pero Dios es grande. La perseverancia, las ganas de salir adelante siempre hacen que uno siga”, señaló en declaraciones al Comité Olímpico Colombiano.
En Río, unas molestias físicas casi le hicieron claudicar antes de tiempo, pero siguió y logró una medalla de bronce. Las lesiones no dejaron de pesar al colombiano en este ciclo Olímpico, del que se perdió prácticamente dos años, gracias a dos operaciones de la rodilla derecha.
Pero Mosquera, medallista en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 y el Campeonato Panamericano del mismo año, no estaba listo para bajar los brazos. Y hoy, nuevamente, se cuelga una medalla Olímpica.
Aunque cuenta con el bronce de Río 2016 (categoría 69 kg), esta es la primera vez que Mosquera tiene la oportunidad de subir al podio. Hace cinco años, quedó cuarto, en principio, pero luego, una descalificación lo ubicó sobre los peldaños y recibió su medalla tiempo después.
"Quería sentir la sensación del podio. La verdad que es algo que no tengo palabras (para describir) porque todo el año, toda la vida, hemos entrenado para esto", explicó en conferencia de prensa.
Mosquera alzó 331 kilos en total, 151 kg en arranque y 180 kg en envión, quedando detrás de Chen Lijun, de la República Popular de China, que completó 332 kg (145 kg y 187 kg).
Tras bajar las pesas y dejar atrás la carga de las lesiones, el haltera disfruta de estar montado sobre los peldaños. Como le contó al Comité Olímpico de su país: “Estaba muy concentrado en ganar esa medalla, fuera el color que fuera, quería montarme en el podio y lo logré. En Río no me monté y aquí quería sentirlo y la verdad que lo sentí, lagrimeé y todo porque estoy muy feliz”.
Con la contribución de AFP