Carolina Marín ha renacido de sus propias cenizas. La campeona olímpica en bádminton en Río 2016 no pudo defender su título en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 debido a una grave lesión de rodilla, la segunda de su carrera. Hace once meses sufrió una rotura del ligamento cruzado anterior y de los dos meniscos de la rodilla izquierda y, lejos de bajar los brazos y rendirse, la española ha vuelto a las pistas en su mejor nivel, proclamándose por sexta vez en su carrera como campeona de Europa.
Para lograrlo, Marín superó en la final del pasado sábado, 30 de abril, a Kirsty Gilmour, de Escocia, por 21-10 y 21-12 en el Campeonato de Europa de Bádminton 2022, disputado en Madrid.
De esta forma, la campeona olímpica en Río deleitó al público local que le animó en todo momento.
"Solo tengo palabras de agradecimiento: millones y millones de gracias a cada una de las personas que han venido a verme, tanto desde el domingo, en el entrenamiento, como hasta el martes, en el primer partido. Ha sido increíble poder haber hecho mi vuelta aquí en Madrid", dijo Marín en declaraciones para la Federación Española de Bádminton.
"Hoy [por el día de la final] el público se ha volcado desde el primer segundo que he salido a la pista. Creo que hemos disfrutado muchísimo juntos y esta medalla es de todos", remarcó.
Emprender el vuelo... por segunda vez
Sin embargo, las lecciones que ha dejado Carolina Marín en este Campeonato de Europa han sido más que la victoria o la sensación que causa en España.
La campeona de Europa ha demostrado una vez más que es un ejemplo de resiliencia.
"Las sensaciones de la rodilla son geniales. Ya me he olvidado de la rodilla. Si estoy aquí es porque estoy totalmente preparada. Ya no hay lesión, y solamente queda disfrutar", dijo Carolina Marín tras su victoria en el primer partido de la competición.
Quizá la mejor noticia del Europeo es precisamente esta, que ya no hay lesión; que Carolina Marín está de vuelta en su mejor nivel y que nada le frena.
Esta era la segunda vez en su carrera en la que tenía que resurgir de sus cenizas tras un problema físico grave. En 2019 sufrió una rotura del ligamento cruzado anterior. Esto se sumó a la pandemia por la COVID-19 y el duro confinamiento en España por casi tres meses, además del fallecimiento de su padre, a quien le dedicó la victoria en el Europeo de 2022.
Su regreso de aquella de lesión también fue espectacular. En 2020 llegó a la final en todas las competiciones internacionales en las que participó, lo que hizo que crecieran las esperanzas de una segunda medalla de oro olímpica en Tokio 2020.
Pero entonces llegó su segunda lesión de rodilla, donde los Juegos Olímpicos, en este caso los de París 2024, se convirtieron de nuevo en un aliciente para que el 'fénix Marín' volviera a volar.
"No ha sido fácil todo esto, ha sido incluso más duro que la primera lesión porque ha ocurrido a dos meses de los Juegos… el sueño que tanto quería se ha ido a la basura. Ya está ya más que asumido, los primeros días me costó muchísimo porque se acababa un sueño. Han sido dos años complicados, llenos de baches que la vida me ha puesto enfrente. Pero los voy a superar", reconoció para El País en junio de 2021.
"Hay algo bueno en todo esto, me lo dije al día siguiente de romperme: mira, si antes tenías que esperar cuatro años para los próximos Juegos, ahora no, son tres. Fue algo positivo dentro ese agujero negro en el que me vi", continuó.
Porque desde el momento de su lesión, Carolina Marín ya miraba a París 2024. Y París 2024 de algún modo le mira a ella. Ha ganado el Campeonato de Europa después de una lesión y una espera que ha llegado a su fin. Y ya no son ni cuatro ni tres años. Marín tiene poco más de dos años para seguir brillando hasta llegar definitivamente al objetivo que le hizo salir del agujero negro y volar de nuevo en dos ocasiones: los Juegos Olímpicos.