Arianna Fontana: la mente en Beijing 2022 y el corazón en Milano Cortina 2026
Olympics.com entrevistó antes de los Juegos Olímpicos de Invierno Beijing 2022 a Arianna Fontana, leyenda del patinaje de velocidad en pista corta. 'L’Angelo Biondo' ('El Ángel Rubio') repasa una carrera en la que ya ha ganado ocho medallas olímpicas y mira al futuro.
Han pasado ya 10 años desde la primera victoria de Arianna Fontana en la Copa del Mundo de patinaje de velocidad en pista corta. La italiana se convirtió esta temporada en la patinadora más veterana en subir a un podio de esta competición, y en Beijing 2022 está afrontando sus quintos Juegos Olímpicos de Invierno.
'L’Angelo Biondo' ('El Ángel Rubio') ha perdido la cuenta de las veces que ha competido, pero sus recuerdos olímpicos están muy vivos. Ha ganado medallas en los cinco Juegos Olímpicos de Invierno en los que ha participado.
Los primeros fueron en casa, en Turín 2006, donde se convirtió en la medallista de invierno más precoz de Italia con tan solo 15 años y 314 días. Hoy es la más laureada de este deporte con nueve metales, los mismos que Apolo Ohno y Viktor An. El último lo logró en Beijing 2022, con una plata en el primer evento de relevos mixtos en la historia.
Olympics.com habló con la estrella italiana del patinaje sobre su pasión por la pista corta, la temporada olímpica y qué significa para ella Beijing 2022 antes de que comenzaran los Juegos.
Olympics.com (OC): Ya han pasado 10 años desde la primera vez que subiste a un podio. ¿Cómo te sientes?
Arianna Fontana (AF): Sï, la primera victoria de mi carrera en la Copa del Mundo fue en Canadá, pero sinceramente no sabía que se cumplían ahora 10 años. Sin duda es una buena noticia, porque parece que ahora soy la más veterana [en subir a un podio en la Copa del Mundo]. Digamos que, más allá del récord, ¡esto de los 10 años de carrera es mejor!
OC: Es ya tu 16º temporada compitiendo en la élite del patinaje de velocidad en pista corta. ¿Ha habido algo a lo que te haya costado más adaptarte?
AF: Este deporte ha cambiado mucho desde 2006. La manera de patinar ha cambiado, también el reglamento. Todos estos cambios han hecho que el patinaje de velocidad en pista corta haya crecido rápidamente y la gente que llevaba tanto tiempo en el deporte como yo ha tenido que adaptarse. Por suerte, he podido hacerlo con facilidad, aunque ya son muchos años y siempre hay deportistas nuevos y más jóvenes [contra los que competir] Pero siempre –y gracias también a mi equipo] he conseguido ir un paso por delante. Quizá eso también ha ayudado.
OC: En el patinaje de velocidad en pista corta hay mucha tensión. ¿Cómo llevas que a veces todo el entrenamiento y los sacrificios puedan irse al traste por una descalificación o una caída?
AF: No es fácil, pero sabemos que es parte del juego. Las reglas son muy estrictas y es un deporte en el que prima la velocidad y la potencia. En pocos segundos pueden pasar muchas cosas, y ni siquiera resulta fácil para los jueces. Personalmente, intento correr lo más limpio posible para evitar penalizaciones o descalificaciones, y así poder aprovechar los errores de los demás. Pero a veces un rival se cae delante de ti y tú te vas al suelo también. Y ahí tienes que levantarte y pensar en la siguiente carrera.
OC: ¿Cómo convencerías a una atleta joven para que se interesara por este deporte?
AF: El patinaje de velocidad en pista corta une muchas cosas en una. Es un deporte que requiere velocidad y explosividad, pero también tienes que ser inteligente, saber leer e interpretar una carrera, y la estrategia también tiene su peso. Tiene muchos factores, necesitas ser buena en muchas cosas, y creo que las mujeres lo son. Muchos creen que es un deporte para hombres porque es muy físico, pero requiere otras cualidades que las mujeres tienen y saben usar muy bien.
OC: Los de Beijing 2022 serán tus quintos Juegos Olímpicos. ¿Qué han significado para ti, como deportista y como persona?
AF: Todos son únicos en cuanto a historia y a mi mentalidad. Sinceramente, creo que no tengo unos favoritos. Todos fueron fantásticos, con buenos momentos y recuerdos maravillosos.
OC: Empecemos por Turín 2006.
AF: Entonces aún tenía 15 años, así que era una niña. Sinceramente, solo me di cuenta de lo que había pasado a posteriori. Disfruté mucho de la Villa Olímpica. Hablé con muchos atletas, también con los de otros países, aunque apenas sabía inglés por entonces. Pero tenía mucha curiosidad y quería disfrutar del momento.
OC: Vancouver 2010.
AF: En Vancouver ya no era una adolescente, así que quería una medalla individual. Estaba muy concentrada en ese objetivo y, cuando lo conseguí, tengo viva la imagen de cuando crucé la meta, me giré... Y vi a mi hermano en la grada ondeando la bandera de italia como un loco. Fue un momento increíble para mí, porque hasta entonces mi hermano y yo nos habíamos llevado como el perro y el gato. Eso fue un punto de inflexión. Ya no era amor y odio, solo amor. Fue mi mejor momento.
OC: Vayamos con Sochi 2014.
AF: Estaba convencida de que Sochi serían mis últimos Juegos Olímpicos. Estaba preparada para todo, para todas las distancias. Mi objetivo era llegar a la final en todas, pero me quedé fuera de la de 1.000 m por descalificación. A pesar de todo, volver a casa con tres medallas no fue fácil. Acabé llevando la bandera de Italia en la Ceremonia de Clausura. Fue un honor, porque significó que se reconocía todo el trabajo había hecho durante la temporada y en esos Juegos Olímpicos.
OC: ¿Y en PyeongChang 2018?
AF: No sé muy bien cómo describir PyeongChang 2018. Fue como un crescendo. Ni siquiera sabía si iba a estar. El verano anterior, hablando con mi entrenador Anthony, me había echado a llorar. Me daba miedo ir y no ser competitiva. Era un poco mayor que mis rivales. Mi mayor miedo era que, después de haber logrado tres medallas en Sochi, hiciera menos [en PyeongChang] –me habría resultado muy difícil aceptarlo. Pero él me convenció de que no sería así, que tenía que confiar en él, en su forma de trabajar... Y en mí misma. Y pasó lo que pasó.
OC: ¡No fue nada mal!
AF: [Risas] Exacto. Si hubiera intentado predecirlo, no habría adivinado el resultado. Fue más que bien, fueron unos Juegos Olímpicos llenos de emociones. El [tercer] día de competición tenía la carrera de 1.500 m. Llegué a la final, pero ese día no me encontraba bien físicamente, no me había levantado bien esa mañana, me notaba cansada. iba un par de pasos por detrás. Pero después tuvimos una jornada de descanso, recuperé toda mi energía y la puse en el relevo y los 1.000 m y el relevo. Y ganamos un bronce y una plata.
OC: ¿Cómo te sientes al afrontar tus quintos Juegos Olímpicos?
AF: Como decía, pensé que Sochi 2014 serían mis últimos Juegos Olímpicos, pero aquí estoy. Hace años nunca habría imaginado llegar tan lejos como he llegado y que hoy aún estaría en esta posición. Aunque pasen los años, me siento cada vez mejor. Veremos qué pasa, pero el objetivo es el mismo: llegar a la final, llegar a todas las finales. Y una vez ahí, todo está encima de la mesa.
OC: Para una deportista profesional, el tiempo es un factor crucial. Eres de Lombardía, fuiste embajadora de la candidatura de Milano Cortina 2026, así que los próximos Juegos Olímpicos de Invierno serán en ‘casa’. ¿Qué significaría para ti seguir compitiendo a esas alturas y hacerlo donde todo empezó?
AF: Me atrae la idea de que mis primeros Juegos Olímpicos fueran en Turín y que mis últimos fueran de nuevo en Italia. No creo que haya muchos atletas que han hecho algo así, o que hayan tenido siquiera la oportunidad de hacerlo, o la tengan en un futuro. Así que no puedo negar que he pensado en ello. Hay algunas cosas que tienen que pasar para que eso ocurra, porque estoy demostrando que físicamente puedo. Veremos si se dan las condiciones oportunas, porque no soy de esas personas que compiten por competir. Esta aquí [se señala a la cabeza], en una esquina escondida, pero está aquí.