Una chica feliz lista para una experiencia salvaje

Stephanie Gilmore habla sobre los Juegos Olímpicos, sus motivaciones, Cathy Freeman, sus padres y más...

Stephanie Gilmore
(2018 Getty Images)

Stephanie Gilmore, de 33 años, es siete veces campeona mundial de surf. Cuando habla de surf, se podría pensar que "lo ha visto todo". Sin embargo, la estrella australiana tiene mucho que decir, se cuestiona a sí misma, comparte sus historias y espera con ansias los Juegos Olímpicos.

¿Qué es lo que todavía la motiva? Bueno, es bastante simple, y al mismo tiempo no, como explicó en el podcast del Olympic Channel. “Bueno, ante todo me encanta el surf. Y creo que simplemente pasas por diferentes etapas a lo largo de tu carrera, donde al principio, todo lo que quieres hacer es surfear y eso es todo lo que te importa, y realmente no piensas en otros elementos o lo que significa ser una atleta profesional. Pero en los últimos años, me llegó ese momento en el que te planteas hacer algo más grande. Todavía quiero ganar, pero ¿cómo puedo usarlo para realmente marcar una diferencia en el mundo?".

En esa etapa de su carrera, también está la cuestión de cómo combinar ser competitiva con divertirse, cómo lograr el equilibrio correcto. “Creo que en mi vida existe mucha confianza, comodidad y equilibrio gracias a mis padres y mi vida familiar. Mi madre y padre son los mejores. Me siguen apoyando mucho".

“Nunca me presionaron ni a mí ni a mis hermanas. Era algo que nos encantó, su apoyo incondicional. Practiqué hockey, fútbol, atletismo, baile. Hice de todo. Y de ninguna manera éramos súper ricos o algo así. Sacrificaron muchas cosas para que mis hermanas y yo viviéramos una vida tan maravillosa".

En 2010, un incidente muy traumático podría haber cambiado por completo su carrera y su vida. "Fui atacada por un hombre sin hogar. Creo que estaba trastornado y no en su sano juicio. Me golpeó en la cabeza con una palanca o algo así. Me tuvieron que dar puntos en la cabeza y me rompí la muñeca", explica.

Mejorar, mental y físicamente, llevó su tiempo. Gilmore lo aprovechó al máximo, aprendiendo sobre sí misma, su carrera y su vida. "Fue una experiencia traumática, no me malinterpreten. Y ahora ya es algo pasado. Pero sí, por unos pocos años, estaba muy nerviosa. Estaba frustrada. Tenía prisa por volver a surfear y a la normalidad, pero a la vez fue un buen momento para dejar atrás cosas y tomar tiempo para curarme".

"Ganar después de esa experiencia le dio mucho más valor a triunfar en competiciones porque tuve que trabajar para ello. Como trepar, salir del barro. Y nunca había experimentado eso antes. Ganar un título mundial un par de años después, esa fue la mayor victoria de mi vida porque tuve que perseverar realmente en algo", explica.

Como de costumbre, Gilmore sigue adelante. Y sus ambiciones siguen siendo muy grandes, y ahora mismo pasan por los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde el surf hará su debut en el escenario Olímpico. Después de conocer a la legendaria velocista Olímpica australiana, Cathy Freeman, se sintió inspirada.

"Es un ídolo ídolo australiano. Ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 en los 400 metros. Cuando era niña, tenía 12 años en ese momento, recuerdo haber visto ese momento. Estaba pensando, oh, me encantaría ir a los Juegos Olímpicos y hacer eso. Pasar cuatro años dedicando cada minuto de tu tiempo al entrenamiento, llegar el día y estar bien, y brillar. No fallar bajo presión. Debe ser una experiencia realmente salvaje". Una experiencia salvaje que Gilmore vivirá ahora con el debut del surf en Tokio.

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