De una leyenda de la tabla a otra: Tony Hawk anima a Shaun White a “seguir montando”

“Mi consejo para Shaun White, cuando todo esto acabe, sería: sigue montando”.

Eso es lo que Tony Hawk, uno de los mejores skaters de todos los tiempos y el icono más reconocible de su deporte, le dijo a Olympics.com solo unas antes de que White, el más grande de la historia del snowboard halfpipe, compitiera por última vez en su carrera en los Juegos Olímpicos de Invierno Beijing 2022.

“Pero que lo haga por diversión”, añadió Hawk, quizá recordando su propia retirada del skateboarding profesional hace casi 20 años, en 2003. “Eso es lo que te mueve. Esa extensión de ti mismo”.

Lazos comunes

Tony Hawk y Shaun White tienen mucho en común.

Ambos tienen raíces en Carlsbad, California, a las afueras de San Diego. Ambos son leyendas en deportes de tabla –Hawk es el mejor skater de la historia en el medio tubo y White, un innovador que ha dominado durante dos décadas el equivalente en snowboard de ese mismo elemento.

White cerró su carrera competitiva el 11 de febrero en el Parque de Nieve de Genting, bajo los brillantes focos del escenario olímpico. Sus quintos Juegos Olímpicos de Invierno en 16 años.

Y tal es el poder de su leyenda y la memoria de sus tres oros olímpicos que muchos aún esperaban que White, a sus 35 años, lastrado por las lesiones, y sin haber vuelto a ganar una competición desde que ganó el oro en PyeongChang 2018 con un par de 1440, terminara en lo más alto del podio.

Es lo que pasa cuando has sido el mejor durante tanto tiempo, que nadie puede imaginarte perdiendo.

Un cuarto puesto congelado en el tiempo.

Pero todo termina.

Estaba dolorido. No entraba entre los favoritos. Y se enfrentaba a los mejores exponentes de una increíble nueva generación de riders que reconoce con entusiasmo la enorme deuda de gratitud que tienen con Shaun White, que durante dos décadas innovó e influyó en su deporte.

Hirano Ayumu completó por primera vez un triple cork en la competición olímpica de snowboard. Se elevó por encima de todos sus rivales para abrir una nueva era de amplitud en los trucos que habla sobre la interminable evolución de este deporte.

Hirano tomó el testigo de manos de White.

“Aspiraba a ser como tú”, le dijo el australiano Scotty James, que ganó la medalla de plata, a Shaun White, un ídolo de infancia convertido en rival. Hirano, que había sido dos veces plata, la última en 2018 por detrás del estadounidense, añadió: “[White] siempre ha sido mi motivación”.

“Como competidor siempre quieres más, pero estoy orgulloso”, dijo White después de caerse en su último intento y terminar cuarto, fuera del podio, pero recibiendo una ovación por parte de público, rivales y compañeros y una avalancha de buenos deseos y agradecimientos por parte de gente de todo el mundo a través de las redes sociales. “Estoy orgulloso de cada momento”.

Se le saltaban las lágrimas. El futuro puede dar miedo, sobre todo cuando has perdido a alguien querido. “Gracias, snowboard”, acertó a decir entre lágrimas. “Has sido el amor de mi vida”.

Tony Hawk nunca tuvo la oportunidad de subir a un podio olímpico, pero fue clave para que su deporte, el skateboarding, llegara por fin a los Juegos Olímpicos en Tokio 2020, en 2021. Bueno, podría decirse que, de alguna manera, él llegó a los Juegos. Y no solo de manera figurada.

“Dio la casualidad de que estaba por allí, así que me asomé”, dijo sobre llegar al parque y montar un rato antes de que los deportistas olímpicos salieran a competir. “No había nadie mirando, así que me metí”.

Y Hawk, a sus 52 años, propietario de Birdhouse Skateboards, filántropo, con una saga de videojuegos a su nombre, y padre de cuatro hijos, tiene más consejos para White, a quien mandó un mensaje de apoyo por vídeo después de que la noticia de su retirada saliera a la luz la semana pasada.

Hawk y un futuro más allá de la competición

“Soy la viva prueba de hasta dónde puedes llevarlo –y hasta qué edad”, dijo Hawk, que atendió a los medios de comunicación como parte de su papel como embajador de la Laureus World Sports Academy, una organización mundial que usa el poder del deporte para transformar las vidas de niños y jóvenes.

“No se trata de ganar”, insistió Hawk, que ganó más de 70 competiciones en su día y al que se atribuye la invención de más de 80 trucos. “Creo que, por su propia cordura, necesita seguir montando en su tabla. Que no la cuelgue”.

Hay algo esencial ahí. Una verdad común a los deportes de tabla o los deportes de acción... los llamados deportes alternativos. De alguna manera profunda, no se trata de ganar o perder. La victoria está en la obra, y Hawk, que todavía hoy se deja ver por el medio tuvo y sigue siendo relevante de muchas maneras, lo sabe mejor que nadie.

Y está encantado de compartir.

“Es muy difícil cuando has estado compitiendo durante tanto tiempo a ese nivel”, dijo Hawk, cuya carrera tocó tres décadas (los 80, los 90 y los primeros 2000) y que acabó poco después de convertirse en la primera persona en planchar el histórico 900 en 1999. “Para [White], ya son casi 20 años. Es muy difícil dejar eso”.

No será fácil para White, que es lo bastante mayor para acordarse de cuando los medios tubos se excavaban con palas. No será fácil tampoco para el snowboard. Las rupturas son difíciles. El homenaje que le tributaron Hirano, James y el sorprendente ganador del bronce, el suizo Jan Scherrer, que volaron por encima de su héroe de infancia hacia un futuro sin límites todavía por definir, es la evidencia de que algo especial ha terminado.

¿Un futuro en el skateboarding para White?

Pero Hawk, que nunca anda corto de ideas, puede que tenga la solución para White, que también tiene talento para el skateboarding en la modalidad de park y que consideró seriamente intentar clasificarse para los Juegos de Tokio 2020.

Si lo hubiera conseguido, se habría enfrentado también allí a Hirano, el hombre que le arrebató su corona como el mejor del mundo en el snowboard halfpipe de Beijing.

“Si Shaun quiere volver al skateboarding, ya sabe dónde encontrarme”, dijo Hawk con una sonrisa, aunque seguramente bromeaba solo a medias.

Aunque el consejo inicial de Hawk de dejar de lado las victorias y las derrotas suena sensato, no puedes culparnos si nos permitimos imaginar un duelo entre Hirano Ayumu y Shaun White, una revancha, pero esta vez sobre el cemento de París 2024.