Rafa Nadal: "Se acaba una etapa para mí" · La despedida de la leyenda del tenis en los Juegos Olímpicos de París 2024
Si con el amor bastara, Rafael Nadal viviría eternamente rodeado de triunfos en Roland Garros.
En un año en el que se había dado la oportunidad de retirarse en la pista tras un parón de un año debido a las lesiones, había una meta clara en su horizonte: los Juegos Olímpicos de París 2024.
Hay una doble explicación: los Juegos son una competición especial para Nadal, quien ha ganado dos oros olímpicos en tenis; y la sede de París 2024 es Roland Garros, en la tierra batida donde ha ganado 14 títulos del Abierto de Francia - es el tenista que más veces lo ha hecho en individual masculino.
Tras caer ante Novak Djokovic en segunda ronda del cuadro individual y, acompañado por Carlos Alcaraz, en cuartos de final de dobles, Rafael Nadal se despidió.
De los Juegos, por supuesto, porque ya anunció que serían los últimos que disputaría. Pero también, quizá, de la Philippe Chatrier. Ese lugar donde si el amor bastara, Rafael Nadal sería infinito.
"Estoy muy contento y emocionado por el cariño; estoy emocionado por lo que recibo cada vez que salgo a la pista. No sé si ha sido la última vez, es posible que sí. Se acaba una etapa para mí. Mi objetivo era seguir hasta los Juegos Olímpicos y después decidir. Y así lo haré. Volveré a casa, desconectaré un poco y en frío tomaré la decisión que tenga que tomar hacia cuál será mi siguiente etapa", reflexionó Nadal sobre su futuro en zona mixta tras la derrota en dobles en París 2024.
Djokovic y Alcaraz: Nadal rodeado de estrellas
La dimensión de la despedida de Nadal todavía no la ha decidido: ¿Solo de los Juegos Olímpicos? ¿También de la Philippe Chatrier? ¿O es un adió definitivo a su carrera?
Sea como sea, el último baile en París 2024 estuvo a la altura de su leyenda.
En individual, ante uno de sus más grandes rivales en su carrera: Novak Djkovic. En dobles, acompañado por el presente y futuro del tenis español: Carlos Alcaraz, quien parece haberle tomado el testigo no solo de poner luz a este deporte en España, sino también de recordar a Nadal. En los Juegos Olímpicos de París 2024 tenían en pista movimientos sincrónicos. Pura armonía. Pura calcamonía.
Aunque sucediera de manera aleatoria, los invitados a la despedida de Nadal parecen ser los que tenían que estar. Incluido el público de Roland Garros.
"Ha sido una experiencia asombrosa [jugar en esta pista], un apoyo maravilloso desde el principio. Fue muy especial para mí recibir este apoyo en todo el mundo, pero aquí es el lugar más especial para mí, no va a ser suficiente nunca el agradecimiento", prosiguió Nadal.
Y la leyenda del tenis español ha disfrutado en el adiós, aunque le ha faltado algo en él: una medalla.
"Hoy fue un día difícil, pero hemos tenido una buena semana, hemos compartido un montón de cosas y eso es lo que nos llevamos en nuestra vida. Ha sido una semana emocionante con Carlos: Hemos podido compartir mucho juntos, compartir pista, momentos fuera de la pista... Hemos creado un ambiente muy positivo, de conocernos más y creo que nos llevamos una experiencia única en nuestras vidas".
"Hemos disfrutado al máximo y dado todo lo que hemos podido dar. Hoy [refiriéndose al partido de dobles en cuartos de final] no hemos tenido el día, honestamente no hemos estado al nivel que queríamos y que necesitábamos para seguir adelante. Es una decepción porque queríamos llevar una medalla a casa, que creo hubiera sido una medalla especialmente especial para nosotros y para el país. Pero no ha sido posible. Hay que felicitar al rival y la vida sigue", sentenció Nadal, mientras un gran grupo de aficionados coreaba su nombre en las puertas de la zona mixta.
Incluso se escuchó un "¡Rafa, te amo!" mientras él hablaba.
Y tiene sentido.
Porque quizá, en Roland Garros, el amor sí que basta y resulta que allí Rafael Nadal sí que es eterno.