Hasta seis bolas de partido y casi tres horas de batalla necesitó el tenista español Pablo Carreño para derrotar a Novak Djokovic y colgarse el bronce Olímpico en Tokio 2020.
El tenista español superó al número uno del mundo por 6-4, 6(6)-7 y 6-3. Djokovic, número uno del mundo, había salvado las cinco anteriores con un abanico de grandes goles, incluido una derecha cruzada tan ajustada que tuvo que aclarar el ojo de halcón.
Pero cuando la última bola del tenista serbio se quedó en la red, Carreño se dejó caer de espaldas para celebrar un bronce Olímpico en el que ha derrotado a los dos mejores tenistas del mundo. Medvedev en cuartos de final y a Djokovic en la pelea por el último escalón del podio.
"Creo que es el mayor logro de mi vida. Esto es algo increíble. Después de la derrota [en semifinales] he sentido todo el apoyo y cariño de la gente. Después de perder el segundo set tenía que darlo todo otra vez. He conseguido rehacerme y creo que ha sido gracias a toda España”, aseguró en declaraciones al Comité Olímpico Español.
"Me habéis animado, me habéis apoyado, y la sensación que he tenido durante esta semana ha sido algo increíble. Es un bronce. No he podido dar más, pero lo he dado todo. Y ojalá os haya servido para recompensar todo el cariño que he sentido”, añadió.
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Medvedev ya había alabado el rendimiento de Carreño después de caer derrotado:
“Me ha sorprendido su nivel, porque jugando como ha jugado hoy [Pablo Carreño] podría llegar fácilmente a la final de un Grand Slam", concedió tras la derrota. "Luego ahí ya te toca jugar contra Rafael Nadal o Novak Djokovic y es distinto", bromeó.
Pero como ya había hecho en el US Open de 2020, Carreño mostró su mejor cara contra Novak Djokovic para ganar el bronce.
Como ya ocurrió en Flushing Meadows, la gran actuación de Carreño logró descentrar al serbio cuando se vio 3-0 al inicio de la tercera manga.
El serbio había logrado salvar una bola de partido en contra en el tie-break del segundo set, pero tras el receso Carreño retomó el partido donde lo había dejado. Inaccesible con el servicio (70% de primeros servicios, con un 73.5% de puntos ganados) y oportuno para castigar el mal inicio de Djokovic en el set decisivo.
Es la cuarta medalla Olímpica para un tenista español en el torneo individual masculino, después de las ganadas por Jordi Arrese (plata en Barcelona 1992), Sergi Bruguera (plata en Atlanta 1996) y Rafael Nadal (oro en Pekín 2008).