Los Juegos Olímpicos están llenos de campeones, récords e historias fascinantes, pero son también una enciclopedia increíble de momentos extraños, graciosos, emotivos y tristes. Nos adentraremos en ellos un poco cada semana para conseguir ponerle una sonrisa en la cara o una lágrima en la mejilla. Esta semana: ¿dónde está su medalla?
Una mujer pionera
El escenario es París, 1900, los primeros Juegos Olímpicos en los que podían competir las mujeres. Una tenista ya estaba brillando en el panorama internacional, e hizo lo mismo en los Juegos. Su nombre: Charlotte Cooper.
Cooper, de Gran Bretaña, venció en el primer torneo Olímpico después de superar a su rival francesa, Helene Prevost, en la final. Pero la estrella del tenis no recibió medalla. No se entregaron preseas hasta los siguientes Juegos, en St. Louis 1904.
Reina de Wimbledon
Cooper no es solo una leyenda Olímpica, sino también un icono en su deporte. Ganó cinco títulos de individuales femeninos en Wimbledon, torneo en el que llegó consecutivamente a la final desde 1895 hasta 1902.
La última vez que conquistó Wimbledon fue en 1908, cuando tenía 37 años y 282 días, algo que aún hoy es un récord mundial.
Además de esto, Cooper se hizo con el Irish Lawn Championships en 1895 y 1898.
¿Cómo suena la pelota?
La historia de Cooper es incluso más inspiracional cuando se tiene en cuenta que perdió la audición con 26 años. "En un deporte en el que el sonido de la pelota cuando roza la red es una parte integral del juego, Cooper consiguió todos sus títulos menos uno sin el beneficio que aporta el sonido, que es primordial a la hora de reconocer la velocidad y el ritmo del disparo del oponente", explica el Salón Internacional de la Fama del Tenis.