Mijaín López: El Coloso de oro que entró al olimpo dejando un sueño en los colchones
El 'Coloso de la lucha'. Un gigante del deporte.
Cinco veces campeón olímpico.
Cinco veces campeón del mundo.
Podrían llamarle el GANADOR.
Así, con mayúsculas.
Pero también le llaman el 'Niño'. Mijaín López saca la lengua, corre por la colchoneta, sonríe e incluso baila. Verle celebrar es ya de por sí un espectáculo.
A partir de ahora, sin embargo, lo hará a puerta cerrada: Mijaín López, con su oro de récord en los Juegos Olímpicos París 2024, dijo adiós a su exitosa carrera en lucha grecorromana. Empezó a practicar la lucha con 10 años, y ya tiene 41.
Era el momento de parar y pasar más tiempo con su esposa y sus dos hijos, por lo que demostrar que sigue en un estado de forma idóneo para combatir no le iba a frenar en la decisión de su retiro.
Lo demostró cuando, al proclamarse campeón olímpico por quinta vez consecutiva en París 2024, celebró de una manera más sencilla: besó el tapiz, se quitó con mimo sus botas de lucha y las dejó en el centro de él.
"[En ese momento de dejar las botas] me sentí un poco triste. Creo que dejar eso en el colchón es como que estás dejando algo de tu vida. Desde muy temprana edad me vinculé a este deporte. Un deporte que me ha hecho reconocido a nivel mundial. Dejé un sueño en los colchones, pero un sueño que va a dar inspiración a todos los jóvenes", dijo Mijaín López en exclusiva para Olympics.com.
Esta fue su despedida dorada: entrar al olimpo por la puerta grande y dejando un legado incomparable.
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Mijaín López: "Sean sabios: déjense querer siempre"
En la misma línea que Idalys Ortiz cuando anunció su retiro, el legado que Mijaín López quiere dejar es algo que parece simple y opuesto a sus deportes, judo y lucha respectivamente:
No hay más legado que el amor.
"El legado que quiero dejarle a todos los jóvenes que me siguen es que luchen siempre por lo que quieran alcanzar. No hay metas, no hay edad, no hay propósitos en la vida que no se puedan alcanzar. Sean sabios: dejénse querer siempre por toda la gente que les quieren, por sus preparadores, por su familia. Eso va a ser un legado muy bonito para poder obtener resultados grandes en el deporte", expresó para Olympics.com.
El retiro de Mijaín López con su quinto oro
Con una final casi poética, ante otro cubano con el que guarda una gran amistad, Yasmani Acosta, que representa a Chile, la sonrisa de Mijaín mientras elevaba al cielo a sus entrenadores y les abrazaba en señal de reconocimiento era la cara A de la celebración; en la cara B, las lágrimas de todos los miembros del equipo de Mijaín presentes en la arena.
La despedida sabía a lo que tenía que saber: a adiós.
Y a pesar del oro, no fue fácil el retiro. Tampoco llegar a los cinco oros olímpicos.
"Creo que son muchos años de carrera deportiva, 32, y es una tarea muy, muy grande poder obtener cinco medallas de oro. Es duro. Es una vida eterna entregada al deporte, donde tienes que sufrir con las lesiones y con la lejanía de la familia", reconoce Mijaín López, que, a pesar de la dureza, siempre vio la luz.
Llegó a plantearse la retirada tras Tokio 2020, pero se dio otra oportunidad de batir récords en París 2024. Sin luchar oficialmente desde los pasados Juegos Olímpicos, Mijaín López ganó de nuevo en París 2024.
Una vez más pareció fácil pero no lo fue. Su vida es una constante lucha. Precisamente.
"A pesar de lo duro, siempre hay un futuro en el cual uno lucha y al final, deja un legado. Creo que dejé un legado en el deporte: la lucha de vuelta al nivel mundial, la inspiración de poder tener cinco medallas en unos Juegos Olímpicos", remarcó Mijaín López.
Con esta retirada, el Coloso entró en el olimpo después de haber dejado sus botas y un pedazo enorme de su vida en el colchón.
El gigante de la lucha hizo, una vez más, gigante la lucha.
Y eso permanecerá siempre en el colchón.