Mary Dee Vargas, la esperanza del judo chileno: "Me gustaría llevarme el oro panamericano en casa"

En Tokio 2020, se convirtió en la primera mujer chilena en participar del judo olímpico. En una entrevista con Olympics.com, detalla su decisión de irse a vivir a España para entrenarse y analiza el sueño de triunfar en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023.

8 minPor Joaquín Cavanna
El único triunfo de Mary Dee Vargas en los Juegos de Tokio 2020
(Comité Olímpico de Chile)

Cada vez falta menos para el comienzo de los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 y la nación anfitriona, Chile, no puede quitarle los ojos de encima a aquellos atletas en los que deposita sus mayores esperanzas de medalla.

Una de esas atletas es una judoca pequeña, que compite en la categoría de hasta 48 kg y que está indicada como una de las grandes favoritas a colgarse una medalla en el certamen continental.

Se trata de Mary Dee Vargas (1996), que se colgó el bronce cuatro años atrás en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 y que en Tokio 2020 fue la primera competidora de judo chilena en la historia de los Juegos Olímpicos.

Sin embargo, contra muchos pronósticos, Vargas prefirió preparar muy lejos de su Chile natal los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 y su gran sueño, ir a los Juegos Olímpicos de París 2024. Hace dos años se mudó a la ciudad de Valencia, España, para poder elevar el nivel de sus entrenamientos, mantenerse al margen de la presión existente en su país antes de los Panamericanos y poder continuar con su carrera universitaria de arquitectura.

En una entrevista con Olympics.com, Mary Dee Vargas compartió su presente, reflexionó sobre su decisión de mudarse a Europa y explicó su necesidad de mantener los pies sobre la tierra de cara a dos de las competiciones más importantes de su carrera.

(Comité Olímpico de Chile)

Mary Dee Vargas y la presión de ser local en los Juegos Panamericanos

Aún faltan cinco meses para los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, pero la euforia en el ambiente deportivo y la ilusión sobre los deportistas locales es por momentos abrumadora.

Encontrar el equilibrio entre la emoción y la cautela es uno de los grandes desafíos que se pone por delante Mary Dee Vargas, que ganó el oro en el Campeonato Panamericano de Guadalajara 2021.

“Los Panamericanos tienen bastantes lecturas. Por un lado, la de la presión. Como deportistas chilenos sentimos bastante presión y el país nos hace sentir esa presión. Sin duda alguna yo voy huyendo un poco de ahí y eso me tiene más tranquila también. El hecho de estar fuera de Chile, parezca broma o no, me mantiene bien al tanto de la situación, de qué es lo que está pasando, lo que están montando, y yo quiero llegar como una más que puede jugársela el todo por el todo en la categoría”, aseguró Vargas mediante una videollamada desde Valencia con Olympics.com.

“Al final, el deportista tiene que aprender a gestionar esas situaciones y el externo no tiene por qué tampoco saber que está cargando con ciertas presiones. Esa parte hay que saber gestionarla bien, sobre todo en estos eventos que, al ser en casa, también se transforma en un poco invasivo. O sea, no te aseguro cuántas veces en la semana hay gente que me pregunta ‘oye, ¿cómo estás para los Juegos Panamericanos?’”.

Así y todo, a la judoca de 26 años le resulta imposible evitar la ilusión de poder disputar un torneo del más alto nivel en su propio hogar.

“Más allá de ser la favorita o no, me gustaría mucho llevarme un oro y sobre todo en casa. El orgullo de tener también a tu gente ahí, que es algo que no pasa todos los días, es muy bonito. Espero que sea un gran evento, que se pueda acoger a todos estos países, que cuando se hizo en Lima estuvo muy bien, así que espero que el evento en general sea muy potente. Y espero que marque a la sociedad, nosotros como sociedad necesitamos el boom y el apoyo del deporte. Todos los deportistas chilenos intentaremos hacer nuestra mejor performance”.

Mary Dee Vargas y la difícil decisión de emigrar

Transcurría el 2021. Ya habían pasado sus primeros Juegos Olímpicos. Una victoria y una derrota habían servido para que Vargas se demostrara a sí misma que podía estar a la altura de semejante cita deportiva. Fue justo en esos instantes cuando dijo: “Ya llegada a este nivel de exigencia y competitividad, ahora no se puede bajar más”.

Sin embargo, al cabo de pocos meses, el equipo nacional de judo de Chile se quedó sin entrenador y el objetivo de Vargas de mantenerse en el nivel más alto de competencia se vio amenazado.

“Viendo este escenario, decidí venirme a España. Eso lo estuve tanteando, analizando, lo habíamos hablado antes de los Juegos de Tokio. Decíamos, 'ya tenemos un nivel, y este nivel hay que subirlo y potenciarlo, pero eso ya no se puede hacer en Chile'. Antes íbamos, hacíamos base en Chile y luego salíamos alrededor del mundo a entrenar, prepararnos, subir un poquito, competir y volver a hacer base. Hoy en día eso era imposible. Si queríamos alcanzar más, había que apostar por vivir fuera”, recuerda para Olympics.com.

“Logré coordinar muchas cosas: que el lugar donde vivo me quede cerca del lugar donde entreno y del lugar donde estudio. Son cosas de logística que parecen descartables, pero en el día a día te van desgastando. Hoy en día voy a una competencia en París y son cuatro o cinco horas de vuelo. No son 14 horas de viaje a Europa y otras cinco más a París. O sea, todas esas cosas van mermando al deportista", explica.

"Además, la calidad de los entrenamientos que hay aquí es permanente. No necesito ir a algún lugar a concentrarme porque esto es una concentración permanente. Todo el tiempo vienen nuevos equipos, hay nuevas personas, nuevos desafíos, nuevas rivales, que al final están permanentemente en el circuito. Son la gente con la que compito y vienen acá a buscar combates”.

(Comité Olímpico de Chile)

Mary Dee Vargas y el recuerdo soñado de Tokio 2020

Mary Dee Vargas recuerda cada instante, cada detalle de cómo se confirmó su clasificación a Tokio 2020 y de lo que significó para Chile tener por primera vez a una mujer en este deporte olímpico. El cupo continental le permitió vivir el sueño por el que tanto había trabajado, y además venció en su primer combate. 

“Gané un combate y creo que eso también era crucial (a la alemana Katharina Menz). Poner el sello y decir: ‘oye tengo el nivel para estar acá, no vine sólo a participar’. En la siguiente ronda me tocó una chica que era muy fuerte, efectivamente ganó el bronce olímpico (la mongola Urantsetseg Munkhbat), pero claro. Ahí era cosa del sorteo”.

Al margen del noveno puesto general en su categoría, lo más fuerte que Vargas se llevó de su primera experiencia olímpica fue el compartir el equipo con sus compatriotas y poder compartir las historias de vida.

“Para mí fue súper rico poder juntarme con otros de Chile que hacen otros deportes y yo sólo veía a través de redes sociales, porque al final cada uno estaba por su cuenta tratando de clasificar, y empaparnos ahí, conocer un poco las historias. Fue muy bonito", recuerda Vargas.

"Eso lo valoro mucho, poder afianzarme en el Team Chile y conocer las historias de cada uno, porque al fin y al cabo cada uno había tenido su recorrido para llegar. No éramos muchos, así que eso también se valoró un montón. Sabías que la persona que estaba ahí había trabajado mucho para estar ahí. Estabas representando a tu país y a tu gente entre los mejores del mundo”.

Mary Dee Vargas: una vida en España, un sueño en París

Vargas se considera a sí misma como una persona excesivamente metódica. Por eso, logró acomodarse los tiempos como para que los entrenamientos y su carrera deportiva no atenten contra su carrera universitaria de arquitectura.

“Es duro estar fuera de casa, pero no deja de ser un sueño hecho realidad poder vivir aquí. Poder conocer la cultura que tienen los españoles, a mí me gusta mucho Valencia, tiene playa, la paella, y la verdad que se disfruta bastante”.

“Estoy sola, estoy en un apartamento con dos chicos de España, todos entrenamos judo. Venir sola ha sido una aventura, un desafío personal”.

En el futuro más inmediato, Vargas participará en el Grand Prix de Austria; en julio competirá en el Abierto Panamericano de Guayaquil (Ecuador); y, antes de los Juegos Panamericanos, disputará el Campeonato de Panamérica y Oceanía en Calgary, Canadá.

“No da puntos para los Juegos Panamericanos pero sí da muchos puntos para la clasificación olímpica. Es un mes antes de los Juegos Panamericanos y probablemente de ahí el medallero será muy parecido al de los Juegos Panamericanos. Va a ser un poco el torneo experimento”.

Ya con el 2023 finalizado, la judoca chilena, actual 21ª del ranking mundial en su categoría, intentará conseguir los puntos necesarios y cumplir su gran sueño de competir en París 2024.

“Hoy estoy feliz donde estoy. Esa tranquilidad de levantarte todo los días y saber que tienes un lugar donde entrenar, y además el lugar donde entrenan los mejores. Después vas a tener rivales que también están a nivel mundial y que van a ir a los torneos en los que tú participas. Y aquí no estás perdiendo el tiempo, estás remando hacia un objetivo que es súper concreto, que al final es llegar a París 2024. Eso me da los ánimos para seguir”.

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