Los ojos de la estadounidense Brittany Bowe están puestos en el oro de los 1000 metros, su prueba favorita

Tras convertirse en un ejemplo de espíritu olímpico por un generoso gesto que tuvo con su amiga y compañera de equipo Erin Jackson, Brittany Bowe, que ostenta el récord del mundo en 1.000m, habla con Olympics.com sobre el sueño olímpico que está cerca de lograr en su distancia favorita. 

Team USA's Brittany Bowe at her third Olympic Games
(2022 Getty Images)

"Oro", dice Brittany Bowe sin titubear.

"Estaría mintiendo si digo que mi objetivo es menor", añadió en una entrevista exclusiva con Olympics.com en los días previos a sus terceros Juegos Olímpicos de Invierno. En ella, además, habló sobre el evento en el que se siente más fuerte: la carrera de 1.000 metros, su favorita.

La patinadora, de 33 años, no duda. No duda antes de una carrera ni ante la explosión y el eco del disparo de salida en el óvalo del patinaje de velocidad. Tampoco duda hablando de lo que hace tan especial a su deporte. Incluso tampoco lo hace cuando la conversación trata las dificultades que ha vivido para llegar hasta la cúspide de su carrera; hasta la batalla olímpica.

Un regalo para una vieja amiga de Ocala

Bowe obtuvo gran notoriedad antes de los Juegos Olímpicos, cuando cedió su plaza en los 500 metros a su amiga de la infancia en Ocala (Florida) y compañera de equipo Erin Jackson. Jackson era favorita para ganar el oro en los 500 metros -como, de hecho, ha conseguido-, pero contra todo pronóstico no logró clasificarse para los Juegos Olímpicos y pudo habérselos perdido sin no llega a ser por su amiga.

Esa generosidad y espíritu de equipo, que es tan natural para Bowe como respirar, le hizo convertirse en un símbolo de amistad y solidaridad. Nos brindó ese maravilloso romanticismo que el deporte nos regala de vez en cuando. La popularidad de Bowe en ese momento fue tal que se convirtió en la abanderada de Estados Unidos en la Ceremonia de Apertura, junto a al jugador de curling John Shuster. Algo que ella describe como "un gran honor".

Pero toda esa fama es secundaria para Bowe. Y ahora, con su inesperado momento de fama ya en el pasado, está exactamente donde quiere estar: lista en la línea de salida, iluminada por luces brillantes y con un camino de hielo liso y azulado ante sus ojos.

“Lo que amo es competir en las carreras", dice Bowe, la mujer más rápida sobre patines en el evento de 1000 metros. Estableció el actual récord del mundo en marzo de 2019 con un tiempo de 1:11:61 en un evento de la Copa del Mundo en Utah. "Definitivamente hay una diana en mi espalda y por supuesto eso añade presión. Pero también me da confianza porque nadie ha ido más rápido que yo nunca", prosigue.

Aunque los patinadores de velocidad suelan competir en varias distancias, siempre tienen su favorita. Y este ha sido el caso de Bowe en Beijing 2022. Terminó en la posición 16 en la carrera de 500 metros (los astros se alinearon para que estuviera en la prueba incluso después de haber cedido su puesto a Jackson), y la décima posición en los 1500 metros, pero no está nerviosa por ello.

Sin una sombra de duda, la carrera de Bowe son los 1000 metros. Está hecha para ella, como la equipación que lleva en la pista de hielo que le ayuda a ser completamente aerodinámica.

"Los mil metros son mi carrera favorita", añadió la siete veces campeona del mundo. "Tengo la velocidad a mi favor, pero también puedo tolerar el dolor y empujar más allá de él. Este es mi momento. Esta prueba es una combinación genial de velocidad, poder y resistencia". Y estos son, precisamente, los atributos de Bowe.

Y ella los tiene desde una edad muy temprana, cuando fue vista por el famoso entrenador Renee Hildebrand en un cumpleaños en una pista de patinaje sobre ruedas en Florida. Hildebrand no solo ha entrenado a Bowe, sino también a Erin Jackson y a Joey Mantia, quien ganó el bronce en persecución por equipos en Beijing 2022.

"Bowe es muy perseverante y tiene una gran fuerza y voluntad", dijo Hilderbrand, quien llevó a Bowe cuando sólo tenía 13 años a los Juegos Olímpicos de Salt Lake City en 2002, antes de que siquiera se hubiera puesto unos patines de hielo, para que pudiera ver a sus ídolos como Jennifer Rodríguez, de Florida como ella, o Apolo Ohno.

(2022 Getty Images)

La adolescente Bowe no lo sabía en el momento, pero estaba mirando en una bola de cristal hacia su propio futuro. "Siempre quería empujar, trabajar extremadamente duro y sobrepasar su zona de confort", añadió Hildebrand sobre Bowe, una de sus preciadas discípulas.

El talento de Bowe y su dedicación mientras se hacía mayor en Ocala, Florida -una ciudad que ni siquiera tenía una pista de hielo- era tal que tuvo casi demasiadas puertas abiertas. Tuvo que dejar el futbol y el baloncesto.

Y todo eso sucedió mientras pasaba los veranos volando sobre sus patines en línea, con los que ganó ocho Campeonatos del Mundo y el oro en los Juegos Panamericanos de 2007.

Sueños olímpicos tempranos

“Desde que tengo memoria, cuando era una niña, recuerdo que siempre le decía a la gente que iba a ser olímpica", dice Bowe, que en 2010 se trasladó a Salt Lake City para apostar por su sueño. "Lo único que no sabía era en qué deporte iba a serlo", afirma.

Estos Juegos Olímpicos de Invierno Beijing 2022 no son los primeros para ella.

Llegó a Sochi en 2014 como una joven y recién llegada. Solo hacía cuatro años que se había bajado de los patines sobre ruedas y aún estaba aprendiendo sobre las cuchillas, aunque ya tenía un récord del mundo en los 1000 metros.

"Era una patinadora inmadura aún en muchos sentidos", dijo de esos Juegos de Sochi, cuando tenía 25 y terminó octava en el evento de 1000 metros. "Me esforzaba demasiado duro en cada evento", reflexiona.

Cuatro años más tarde, en PyeongChang 2018, Bowe aún se estaba recuperando de un golpe sufrido durante un entrenamiento contra una compañera de equipo. Aquello la dejó maltrecha, y lidiando con sentimientos de ansiedad y pánico por primera vez en su vida. "Casi no era capaz de funcionar como una persona normal". Aún con eso, luchó contra reloj para poder participar en los Juegos Olímpicos, en los que terminó en un cuarto puesto en su evento favorito de los 1000 metros, aunque logró ganar un bronce en persecución de equipo.

Ahora, en plena forma, Bowe está exactamente donde quiere para enfrentarse a su evento favorito en este escenario olímpico.

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