Laviai Nielsen, pese a su diagnóstico de esclerosis múltiple: "Haré todo lo posible por estar en París 2024"
En una entrevista exclusiva con Olympics.com, la atleta británica de 400 metros habla sobre cómo recibió el diagnóstico de esclerosis múltiple antes de su debut olímpico en Tokio y sobre cómo, ahora, atraviesa su mejor momento.
De la colección de tatuajes que Laviai Nielsen tiene en su cuerpo, el de los anillos olímpicos que luce en la parte inferior izquierda de su abdomen es, según confiesa, el que le dolió más.
Tatuar esos aros requirió más de una hora y cada minuto supuso una agonía. Pero el tatuaje simboliza un logro tan grande que todo ese dolor valió la pena.
"Es el tatuaje del que estoy más orgullosa", dice Nielsen, con una sonrisa, mientras muestra los cinco anillos olímpicos.
"Ir a los Juegos Olímpicos y convertirme en deportista olímpica fue uno de los logros más grandes de mi vida", asegura la corredora de 400 metros, de 27 años.
"A los 16 años, decidí que iba a ir a los Juegos y que, después, iba a tatuarme los anillos olímpicos. Pude hacerlo hace un par de años, así que estoy muy orgullosa de tener ese tatuaje en mi cuerpo", prosigue.
Los Juegos a los que se refiere son los de Tokio 2020, celebrados en 2021 debido a la pandemia de la Covid-19. Nielsen fue seleccionada para disputarlos como una de las integrantes del equipo británico del relevo 4x400m femenino.
Su elección fue de lo más lógica: Nielsen ya había formado parte del equipo que conquistó la medalla de plata en el Mundial de Atletismo de 2017 en Londres y su incorporación al equipo de Tokio se preveía como una de las grandes historias británicas del evento.
Nielsen y su gemela Lina, notable vallista de 400 m, habían sido voluntarias en los Juegos de Londres 2012, los de su casa. Y habían tenido la responsabilidad de llevar las bolsas de la campeona olímpica de heptatlón Jessica Ennis-Hill, la estrella del equipo británico en aquel momento.
Ver brillar a Ennis-Hill en el escenario olímpico inspiró a la joven londinense de tal manera que, en aquel momento, decidió que quería dedicarse a lo mismo.
Y se puso a trabajar. Sin saber lo que el destino le reservaba.
Nielsen, sobre su diagnóstico antes de los Juegos de Tokio: "Psicológicamente, fue bastante difícil de superar"
Nielsen esperaba cumplir su sueño en Tokio 2020. Y cuando los Juegos se pospusieron a 2021, ella continuó con sus entrenamientos e hizo todo lo necesario para estar lista para su debut olímpico.
"Exigía mucho a mi cuerpo", recuerda Nielsen. "Al llegar a Tokio, mucha gente no cayó en que habíamos empezado a entrenarnos para los Juegos Olímpicos de 2020, así que ya habíamos forzado nuestro cuerpo un poco más de lo habitual".
Así, cuando empezó a sentir que su cuerpo no estaba del todo bien, se preguntó si no sería porque se había estado esforzando demasiado en los entrenamientos.
"Estaba en muy buena forma", dice echando la vista atrás. "Pero terminaba las carreras con lo que describiría como una sensación de entumecimiento en un lado y me ocurría siempre que tenía calor o mucha adrenalina en el cuerpo".
Unas dos semanas antes de los Juegos de Japón, Nielsen empezó a consultar con los médicos para tratar de entender lo que le pasaba. Le diagnosticaron esclerosis múltiple, una enfermedad crónica que afecta al cerebro y al sistema nervioso.
Como a su gemela Lina ya se la habían diagnosticado a los 17 años, a raíz de unos síntomas que se habían manifestado por primera vez cuando tenía 13, Nielsen comprendió de inmediato de qué se trataba.
Aun así, digerir la noticia no le resultó más fácil.
“Cuando vas a unos Juegos Olímpicos, quieres estar en tu mejor forma y sentirte como si fueras sobrehumano, como que vas a volar. Pasar por algo que, de alguna manera, frenaba mi cuerpo fue bastante duro de superar psicológicamente", dice Nielsen recordando cómo respondió al diagnóstico.
"Y no llegué bien a los Juegos Olímpicos. Esas dos semanas hasta el inicio de la competición no fueron suficientes para superarlo", reconoce.
El equipo femenino de relevos 4x400m acabó quinto y Nielsen se mostró decepcionada, sobre todo, por su propia actuación.
"Recuerdo que me di la vuelta y pensé: 'Dentro de tres años lo tendré todo bajo control'", dice con determinación. "Voy a saber trabajar con mi cuerpo, con esta enfermedad que tengo ahora, y aun así, estaré en mejor forma para París".
Laviai Nielsen: "El camino no siempre va a ser fácil"
Cuando Lina, la gemela de Laviai, sufrió un brote el día antes de su eliminatoria en los Mundiales de Atletismo de 2022 en Oregón que le impidió rendir en plenas condiciones, las hermanas decidieron hacer pública su enfermedad.
La esclerosis múltiple les afecta de manera diferente. Lina es la que más la sufre, pero ambas tienen que controlar y gestionar sus síntomas a diario para poder seguir con sus objetivos deportivos.
"Al contar nuestra historia, mi hermana y yo entendimos que teníamos una especie de responsabilidad social", explica Nielsen sobre la decisión de hacer pública su enfermedad.
Apoyándose la una en la otra, como han hecho desde que saltaron por primera vez a la pista, ambas reconocieron el valor de compartir sus experiencias para demostrar que la enfermedad crónica que padecen no les impide hacer lo que tanto les gusta.
"No se trataba sólo de contar nuestra historia y ya está, ya lo hemos dicho. Queríamos que sirviera de inspiración para otras personas", expone Nielsen.
"Seguimos siendo capaces de hacer lo que nos gusta, que es correr tan rápido como podemos. Y queremos demostrar a la gente que, aunque haya un obstáculo en el camino, se puede seguir adelante. Puede que sea por un camino diferente, pero, al final, se puede llegar al mismo sitio. Y eso es poder seguir haciendo lo que te gusta”.
"Se trata de seguir haciendo lo que te gusta entendiendo que el camino no siempre va a ser fácil. Una vez que aceptas eso, es mucho más fácil seguir adelante. Y eso es lo que quiero compartir con la gente”, afirma la velocista londinense.
"Ahora, estoy mucho mejor psicológicamente, pero físicamente también. He logrado controlar muy bien mis síntomas y sólo me centro en estar fuerte y lo más rápida posible para París".
Hacia París 2024
Como se prometió a sí misma al abandonar la pista en Japón hace dos años, Nielsen ha dado grandes pasos hacia su próxima meta olímpica, París 2024.
Con sus síntomas bajo control, el objetivo de la cuatrocentista británica es estar "en la mejor forma posible" para los Juegos que se avecinan.
En agosto de 2023, en el meeting de Berna, Nielsen ganó los 400 m en 50,83, igualando su mejor marca personal, que está muy por debajo de la mínima olímpica (50,95).
En el Mundial de Budapest, fue una de las atletas que contribuyó a que Gran Bretaña volviera al podio de los relevos con una plata en la carrera mixta y un bronce en el 4x400 m femenino.
Según afirma, 2023 fue el año del reencuentro consigo misma. Ahora, después de todo lo que ha pasado, Nielsen se siente preparada para echar el resto y cumplir su sueño.
"He perdido varias competiciones en los últimos años, pero 2023 fue el primer año en el que me sentí segura, con confianza en mi entrenamiento y en mi capacidad para competir en la élite. Estoy muy contenta”.
"Se trata de aceptar que soy lo suficientemente buena. Creo que durante mucho tiempo no quería aceptarlo. Pero lo soy y quiero estar en París, así que haré todo lo posible por conseguirlo".