Laia Palau es una leyenda del baloncesto femenino. Con 40 años, lleva 18 jugando con la selección. Su palmarés es impresionante: ha disputado nueve Europeos, cinco Mundiales y tres Juegos Olímpicos y suma 298 partidos con España. Este verano se iba a convertir en la jugadora más veterana en su deporte en disputar unos Juegos.
La inmortal, como la llaman sus compañeras de equipo, tenía pensado dejar la selección española de baloncesto después de las Olimpiadas. Pero su intención era seguir jugando al baloncesto a nivel profesional. Por lo que el retraso de los Juegos no la preocupa en exceso. “Yo quería dejar de jugar con la selección al terminar los Juegos y, si todo evoluciona con normalidad, eso haré. Si no hay ningún contratiempo físico y cuentan conmigo, iré a Tokio el año que viene”, afirma convencida.
Como muchos deportistas, la base vive con incertidumbre la evolución de la pandemia que afecta el planeta. Con todo lo que está sucediendo, el retraso de los Juegos Olímpicos no la sorprendió. “Tenía esperanzas que los Juegos se celebrarán este año, pero creo que el retraso es lo mejor. Me parece bien. Entiendo que, sobre todo, la preparación de los deportistas individuales se estaba viendo afectada. Es un poco diferente con los deportes de equipo porqué normalmente nosotras solo necesitamos un mes y medio de pretemporada para estar a punto. Pero nadie sabe lo que va a pasar en los próximos meses y es mejor ser precavido”, opina la capitana.
Palau lleva encerrada en su casa desde que el gobierno español declaró el confinamiento el pasado 14 de marzo. Durante este tiempo está haciendo mucho ejercicio para mantenerse en forma, incluso demasiado. “La verdad es que tengo muchas agujetas y me duele todo el cuerpo. Estoy haciendo muchas cosas que normalmente no hago. Cada día a las 12.30 hago una clase online de gimnasia con una profesora que está como una cabra y me está destrozando. Voy a salir del encierro hecha una bestia”, dice riendo.
Además de hacer deporte, Palau pasa el resto del tiempo hablando con sus familiares y amigos, haciendo puzles, jugando a ping-pong, dibujando y viendo series de televisión.
Uno de los efectos colaterales de la extraordinaria situación que vivimos y que la tiene preocupada es la posible cancelación de la liga de baloncesto. “Aún no es oficial, pero es muy difícil que la liga sigue adelante. Ahora mismo tendríamos que estar empezando los play-offs y eso no va a suceder. Si la liga se reanuda y sin Juego Olímpicos, eso quiere decir que voy a estar al menos cinco meses sin competir, algo que es un verdadero reto. Nunca había estado tanto tiempo sin competir”.
De todas formas, a la jugadora del Spar CityLift Girona le gusta poner las cosas en contexto. “Que yo no pueda jugar con mis compañeras durante este tiempo es un problema menor. Yo solo meto canastas. Si está crisis que estamos viviendo está dejando algo claro es quien es realmente importante en esta sociedad: toda la gente que se está dejando la vida para que superemos todo esto”, dice.
Para Palau, Tokio 2020 serán sus cuartos Juegos Olímpicos. La deportista tiene multitud de buenos recuerdos de todas sus experiencias Olímpicas. La primera que recuerda fue como espectadora, en Barcelona 92. “Yo tenía 12 años, pero en casa vivimos los Juegos intensamente. Mi padre era jefe de voluntarios. Y una amiga de la familia me llevo a ver una semifinal del Dream Team -el mítico equipo norteamericano con Michael Jordan, Magic Johnson y Larry Bird- contra Lituania. Fue muy emocionante”, recuerda.
El siguiente recuerdo Olímpico de Palau, y uno de los más especiales, se produjo durante su primera participación en unos Juegos, en Atenas 2004. “Lo que más recuerdo, más que el primer momento que pisamos la cancha, es la ceremonia de apertura, los momentos antes del desfile. Estar esperando en aquel túnel oscuro, con un ruido ensordecedor, con todos tus compañeros y los deportistas que admiras, y luego salir a la pista del estadio, es algo increíble. Me gustaría que todo el mundo pudiera vivir esa experiencia”, comenta.
De todas formas, el recuerdo Olímpico más dulce se remonta a Río 2016, cuando la selección ganó la medalla de plata después de una intensa final contra los Estados Unidos y vencer a Serbia en las semifinales. “Éramos muy conscientes de contra quien jugábamos la final y la plata fue la culminación de muchos sueños”.
Palau tiene muchas esperanzas en los Juegos de Tokio. “Cuando fui a Pekín 2008 me impresionó mucho el nivel de organización y me imagino que en Japón no serán menos. Tengo muchas ganas de ver todo lo que tienen preparado. Además, con todo lo que está pasando, van a ser unos Juegos muy emotivos para todos. La verdad, ahora que lo pienso, tengo más ganas que nunca. Voy a hacer todo lo posible para estar ahí”, concluye la deportista, la más laureada del baloncesto español.