El rey de la halterofilia, Süleymanoğlu, conquista su tercer oro Olímpico con un épico récord
Los Juegos Olímpicos están llenos de campeones, récords e historias fascinantes, pero son también una enciclopedia increíble de momentos extraños, graciosos, emotivos y tristes. Nos adentraremos en ellos un poco cada semana para conseguir ponerle una sonrisa en la cara o una lágrima en la mejilla. Esta semana: el campeón Olímpico de halterofilia de Turquía se enfrenta a Valerio Leonidis en uno de los mayores enfrentamientos de la historia de los Juegos
Los antecedentes
Era una estrella. Una leyenda. Cuando volvió a Ankara, la capital de Turquía, después de su primer oro Olímpico, se declaró fista nacional.
El regreso de Naim Süleymanoğlu a su país tras conquistar la gloria Olímpica en Seúl 1988 provocó tal revuelo que en aquel momento se consideró la celebración más grande en la historia de Turquía.
Y todo por un solo hombre.
Süleymanoğlu, que nació y creció en una familia turca en Ptichar -un pueblo montañoso en Bulgaria-, empezó a mostrarse como una promesa de la halterofilia desde una muy corta edad, y batió el primero de múltiples récords del mundo con solo 15 años. Al año siguiente, en 1982, alcanzó una fama mundial al levantar tres veces más que su propio peso - 56 kg.
Fue entonces cuando el gobierno de Bulgaria cambió su política sobre los residentes turcos, y esto obligaba a Süleymanoğlu a adoptar un nombre búlgaro para poder quedarse.
En vez de hacer esto, Süleymanoğlu solicitó la nacionalidad turca.
El levantador, de 1.47 m, empezó a representar a Turquía y ganó su primera medalla de oro en Seúl 1988, en la categoría de 60 kg, con un récord del mundo de 342.5 kg (tanto en arrancada y cargada, como en envión). En Barcelona 1992 replicó la hazaña, aunque esta vez sin récord del mundo.
Süleymanoğlu estaba en camino de convertirse en el primer levantador en ganar tres medallas de oro consecutivas en Atlanta 1996, pero se enfrentó a una dura competencia ante el griego Valerios Leonidis.
Los dos ya tenían historia entre ellos: en los Mundiales de 1995 empataron, pero gracias al valor de pesar menos, Süleymanoğlu consiguió el título y extendió así una racha de tres años victorioso.
"Por muchos años en mi carrera, especialmente en los ocho últimos años, no he tenido un rival o una competición real. No hasta que apareció Leonidis. Entonces tenía un rival difícil", dijo entonces a los reporteros Süleymanoğlu.
Otro tipo de rivalidades, que no estaban en sus manos, estaban por llegar.
Seis meses antes de los Juegos de Atlanta, una crisis política envolvió a Turquía y Grecia cuando los dos países entraron en una disputa territorial. El cara a cara en Estados Unidos entre los dos grandes rivales en el deporte llegó a su punto álgido, aunque Leonidis no hizo más que recordar y enfatizar el valor del deporte para conseguir unión.
"No es un concurso entre países. Es un concurso de orgullo y deporte. Creo que la gente en Grecia adora a Naim. Es un hombre con un talento fenomenal", dijo.
"Para mí, simplemente estar en el punto de competir contra él con oportunidad de ganar es un éxito en sí mismo".
La final
Al final de la tarde del 22 de julio de 1996, el Centro de Congresos Mundiales de Georgia se llenó con 5.000 aficionados, separados en dos: los fans de Grecia, vestidos de azul; los de Turquía, en rojo. La medalla de halterofilia de la categoría de 64 kg estaba a punto de empezar.
Süleymanoğlu era el vigente poseedor del récord del mundo de combinada, pero recientemente había perdido el récord de cargada y envión en manos de Leonidis.
Leonidis fue el primero en levantar, y eligió una barra de 140 kg, con la logró levantar con éxito. Süleymanoğlu sabía que tendría que dar lo mejor de sí para hacer historia, y eligió levantar 145 kg. Y lo logró.
Leonidis inmediatamente imitó esto, y levantó sus brazos para igualar la proeza.
Al haber elegido una barra más pesada en su primer intento, Süleymanoğlu contaba con ventaja, ya que los dos intentaron levantar los 147.5 kg.
Ambos fallaron, pero Süleymanoğlu tenía un intento más. Y lo consiguió.
Antes de cargada y envión, Süleymanoğlu lideraba por 2.5 kg. Sin embargo, no podía permitirse el lujo de dejarse empatar ya que en Atlanta, él era el que más pesaba de los dos.
Lo que sucedió después impresionó al mundo.
Los dos consiguieron levantar 180 kg en su primer intento. Después, Süleymanoğlu hizo lo propio con 185 kg, con lo que logró un nuevo récord del mundo. Desesperado por una medalla de oro y por conseguir ser el orgullo nacional, Leonidis eligió la barra de 187.5 kg.
"Tenemos que intentar un esfuerzo sobrehumano. Tenemos que intentar 187.5 kg. El récord del mundo", dijo su entrenador, Christos Iakovou.
Para satisfacción de la hinchada griega, Leonidis rompió el récord del mundo con ese levantamiento y Süleymanoğlu cayó a la segunda posición.
"Sabía que la competición no acababa hasta que Naim terminara. Si hubiera sido cualquier otro, habría estado más seguro. Pero no con Naim. En el pasado, siempre encontraba la manera de ganar", explicó Leonidis.
Süleymanoğlu dio un paso adelante y levantó sus brazos. Temblaba bajo los 187.5 kg con los que recuperó el liderato.
Solo una barra de 190 kg podía darle a Leonidis el oro.
Pero falló.
El resultado
Süleymanoğlu se convirtió en el primer levantador en ganar tres oros Olímpicos, y lo hizo en uno de los más grandes e intensos enfrentamientos que se recuerda en la larga e ilustre historia deportiva.
Antes de la ceremonia de medallas, la pareja contuvo la respiración para felicitarse y eligiarse el uno al otro. Así lo explicó Leonidis: "Vine para ganar el oro, no la plata. Pero soy una persona que admira las súper actuaciones. Y eso es lo que ha hecho Naim. Es por ello por lo que es tan grande. Cuando nos conocimos antes de la entrega de medallas, le dije que era el mejor. Y él me contestó: 'No, Valerios, los dos somos los mejores'".
Después de Atlanta, Süleymanoğlu intentó ganar el cuarto oro consecutivo en Sídney 2000, pero fue eliminado después de tres intentos fallidos en los 145 kg.
Leonidis nunca ganó un oro Olímpico, y su última medalla, un bronce, la logró en los Mundiales de 1999.
Tras retirarse del deporte, Süleymanoğlu forjó una carrera política. Falleció en 2017, con 50 años.