Álvaro Robles, el jugador de tenis de mesa inspirado por Carolina Marín

Tenis de mesa y bádminton son dos deportes con fuerte dominio asiático, pero Huelva ha dado a España a dos atletas de élite que lo han desafiado: Carolina Marín y Álvaro Robles. Ella no estará en Tokio 2020, pero Robles debutará en los Juegos Olímpicos este verano... y promete no conformarse solo con haber clasificado

Álvaro Robles, en el Preolímpico Europeo de tenis de mesa en Guimaraes (Portugal) en abril de 2021.
(Federación Española de Tenis de Mesa)

Ganó su billete para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020; dio la noticia de que va a ser padre de una niña; y todo en la misma semana de su cumpleaños. Sin duda, el mes de abril sonrió a Álvaro Robles, que recientemente se proclamó campeón de España de tenis de mesa en 2021, y que representará a este país en los Juegos de este verano.

"La verdad es que me siento muy orgulloso porque es un deporte que lo lideran los asiáticos, así que no muchos españoles se han clasificado. Han sido muchos años intentando estar en unos Juegos. Como objetivo personal es todo un logro pero también me siento orgulloso de ser un referente para todos mis compañeros y las generaciones que vienen", expresa Robles sobre su clasificación en tenis de mesa Olímpico en una entrevista para Tokio 2020.

Llegar a los Juegos fue otra manera de hacer historia para el jugador de tenis de mesa español, ya que antes ya había empezado a escribir en esas páginas en blanco a las que nadie había llegado antes.

En 2019 se alzó con una plata Mundial por parejas, y esto de hizo de él el primer español en conseguir una presea en un Campeonato del Mundo de tenis de mesa. Lo consiguió junto al rumano Ovidiu Ionescu, y esta dupla se convirtió así en la primera europea en lograr medalla en un Mundial desde 2005.

"Para mí fue una recompensa muy grande a muchos años de trabajo. Es sin duda uno de los momentos más especiales porque es bastante complicado [conseguir medalla] y se nos dio el día perfecto en el torneo perfecto", recuerda Robles.

Desafiar al 'dictador' MA Long

En aquella final del Mundial, Robles y Ionescu cayeron en la final ante la élite mundial: MA Long y WANG Chuqin, de la República Popular de China. Ma Long, apodado 'El dictador', cuenta en su palmarés con tres oros Olímpicos (uno en individuales y dos por equipos) y Wang Chuquin subió al primer lugar del podio en los Juegos Olímpicos de la Juventud.

"Si lo compararas con el fútbol, Ma Long sería como Cristiano Ronaldo o Messi. Es un jugador que es considerado ahora el mejor de la historia porque ha ganado todo y va camino de luchar por su segundos Juegos [a nivel individual]. Enfrentarte a este tipo de jugadores es una buena experiencia porque realmente están a otro nivel, como demostraron en aquella final, y la verdad es que se aprende mucho de ello", cuenta Álvaro Robles.

En Tokio 2020, este nivel de la República Popular de China en tenis de mesa seguirá siendo superior, según Robles: "El equipo da miedo. Ganarles como equipo es realmente muy complicado, porque le pueden ganar a uno, pero a los tres juntos es muy, muy difícil. Eso es lo que los hace tan dominantes".

A pesar de ello, Robles piensa que se les puede ganar. "Sí, es posible. Hay gente que les está plantando cara. Pero claro, realmente tienes que ganarles ese momento: ese es el reto. Ganarles en unos Juegos, en el mayor evento que existe y donde se preparan de la mejor manera, tiene mucho más mérito. Pero sí que se puede", sentencia.

Entre los equipos nacionales que pueden plantar cara al conjunto chino, Robles destaca a "Japón, Alemania y República de Corea". En su caso, no se ve peleando por una medalla.

"Mi objetivo principal era clasificarme, pero ahora me tengo que poner otros nuevos. No puedo clasificarme y darme por satisfecho. Lo que quiero es ir a competir al máximo nivel y poder optar a ganar las máximas rondas posibles".

(Imagen cedida por Álvaro Robles para Tokio 2020)

Alemania, el lugar donde desarrollarse

Precisamente uno de los países que Robles destaca para poner oposición a la República Popular de China es Alemania, la gran potencia europea.

Allí fue Álvaro Robles hace casi una década a mejorar su tenis de mesa. Actualmente sigue jugando en la liga alemana, aunque reside en Madrid. "Sin duda [estar en Alemania] ha sido el extra que me ha enseñado", expresa.

Pero quizá, lo más importante para él y que le ha llevado a estar en unos Juegos Olímpicos es su propia constancia, trabajo y, su principal amuleto: la concentración.

"Tengo varios amuletos: en la funda de la pala siempre llevo una cadena que era de mi abuela. También tengo un tatuaje pequeñito, que es una C, de concentración. Me la tatué porque yo me la pintaba antes de los partidos. Cuando estoy un poco perdido o lo que sea, la miro y me ayuda a reenforcar un poco".

Carolina Marín, un referente del mismo barrio

El tenis de mesa y el dominio asiático parecen ir entrelazados. Sin embargo, esta unión no sucede solo en este deporte, sino también en otros como el bádminton.

La estrella española de este deporte es Carolina Marín, ganadora del oro Olímpico en Río 2016, y prácticamente vecina de Álvaro Robles. Por cosas del destino, Huelva ha gestado a dos referentes del deporte español actual.

"Para mí Carolina Marín es una pedazo de referencia, porque no sólo somos los dos de Huelva, sino, además, del mismo barrio. Ella está en un deporte de raqueta que también es dominado por Asia. Y ya todo el mundo sabe lo que está consiguiendo. Y no sólo eso, sino que sigue superándose a sí misma", remarca Robles sobre Marín.

Y espera que, como Marín hizo en Río 2016 -y no podrá repetir en Tokio 2020 a causa de una lesión-, el tenis de mesa español también pueda romper con el dominio asiático.

"Yo creo que de eso se trata. Es difícil que suceda algo así porque Carolina solo hay una. Pero es totalmente posible que aparezca un chaval o una chica que, en un momento determinado, ya sea dentro de cinco o diez años, que empiece a plantarle cara a los asiáticos, a conseguir resultados como para estar luchando por una medalla en unos Juegos. Eso ya son palabras mayores. Yo creo que se necesita a alguien con mucho talento, pero sí que es posible".

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