Simone Biles puede ampliar en París 2024 un legado sin precedentes dentro y fuera de la competición
Simone Biles ya ha reescrito los libros de historia, consolidándose como una leyenda de la gimnasia artística.
Su nombre se ha convertido en sinónimo de excelencia y de superación de límites en todos los sentidos, y su impacto trasciende la competición. Su influencia es mundial y profunda: desde ser pionera en los movimientos innovadores que llevan su nombre hasta abogar por la concienciación sobre la salud mental.
A pesar de su dilatada carrera, de sus innumerables galardones y de haber iniciado una conversación sobre salud mental que ha cambiado la forma de ver este importante aspecto en el deporte, Biles aún no ha terminado.
Tras las dificultades vividas en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde se retiró de la final femenina por equipos y de cuatro finales individuales posteriores para dar prioridad a su salud mental, Biles ha manifestado su deseo de redimirse.
"Nuestras actuaciones en Tokio no fueron las mejores. Tampoco estábamos en las mejores circunstancias», dijo Biles durante el selectivo de Estados Unidos. "Pero siento que tenemos mucho peso sobre nuestros hombros para salir ahí fuera y demostrar que somos mejores atletas, que somos más maduras, que somos más inteligentes, que somos más consistentes".
“Este es sin duda nuestro viaje de redención”.
Para Biles, los Juegos Olímpicos de París 2024 no representan una competición más, sino una oportunidad de reafirmar su inigualable legado dentro y fuera de la competición.
Biles ha dejado huella más allá de su deporte
Más allá de las cinco movimientos del Código de Puntos de gimnasia artística que llevan su nombre, los récords y las medallas, París mostrará los cambios que Biles ha introducido en su carrera desde los Juegos de Tokio, donde su retirada puso en primer plano la importancia de la salud mental en el deporte.
"Siempre vamos a dar prioridad a la salud mental", dijo Biles tras el último selectivo de Estados Unidos. "Y creo que está muy bien que Tokio nos haya dado esa oportunidad de abrir ese escenario para esa charla. Creo que ahora los atletas estamos un poco más en sintonía. Confiamos en lo que nos dice nuestro instinto y nos tomamos la salud mental un poco más en serio".
Cuidarse ha pasado a formar parte del legado de Biles. También forma parte de su nueva visión del éxito.
"Creo que lo que significa el éxito para mí es un poco diferente que antes, porque antes todo el mundo definía el éxito por mí, aunque yo tuviera mi propia visión de ello", dijo a Olympics.com el año pasado antes de los Campeonatos del Mundo. "Así que ahora se trata simplemente de aparecer, estar en un buen momento mental, divertirse ahí fuera, y lo que tenga que pasar, que pase".
Además de su enfoque en la salud mental, el legado de Biles es el de una poderosa defensora contra el abuso en la gimnasia después de que en 2018 diera la cara para decir que ella también había sido víctima de la agresión del exmédico del equipo estadounidense.
Su valentía para denunciar los hechos, unida a su inmensa plataforma, contribuyó a que se produjeran cambios sistémicos en el deporte.
Aunque no es el objetivo de Biles, los récords y las medallas son posibles en París
A sus 27 años, la joven nunca se ha conformado con los récords, que se han ido acumulando a lo largo de su carrera.
"No me centro en las estadísticas, me centro en las rutinas y en salir ahí a competir y ver lo cómoda y confiada que me siento", dijo Biles en el Campeonato Mundial de 2023 tras conseguir su 23ª medalla de oro en el evento. "Me refiero a que 23 (títulos mundiales) es sólo un número".
Sin embargo, aunque los datos y las cifras no sean lo más importante para Biles, sin duda estarán presentes en la mente de muchos a lo largo de la competición de París.
Biles sólo necesita una medalla de cualquier color para ser la gimnasta estadounidense más laureada en los Juegos Olímpicos. Actualmente está empatada con Shannon Miller, olímpica en Barcelona 1992 y Atlanta 1996.
Una segunda victoria en el concurso completo ocho años después de ganar la primera sería algo único para Biles, mientras que dos mujeres (Larisa Latynina 1956-60 y Vera Caslvaska 1964-68) y cuatro hombres (Alberto Braglia 1908-12; Viktor Chukarin 1952-56; Kato Sawao 1968-72; y Uchimura Kohei 2012-2016) poseen dos medallas de oro olímpicas en el concurso completo.
A sus 27 años, Biles podría convertirse en la mujer más veterana en ganar la medalla de oro olímpica desde Maria Gorokhovskaya, que tenía 30 años cuando se impuso en Helsinki 1952.
Ganadora de 30 medallas en Campeonatos del Mundo y siete en Juegos Olímpicos, Biles ya es la gimnasta más laureada de todos los tiempos, y aunque no puede alcanzar el récord de 18 medallas de Latynina en su carrera, cinco oros (una hazaña que alcanzaría en los Mundiales de 2019 en Stuttgart) le permitirían empatar su cosecha de medallas de oros con nueve.