Los inicios
Barbados, una isla relativamente pequeña del este caribeño, ha tomado parte en los Juegos Olímpicos desde Roma 1960, exceptuando cuando decidió no participar en 1980.
Sin embargo, le llevaría cuatro décadas conseguir su primer triunfo Olímpico.
Obadele Thompson sería el hombre que finalmente pusiera a Barbados en los anales de la historia Olímpica, y sucedió en Sídney 2000.
Pero antes de este histórico momento, Thompson ya era campeón por derecho propio y se había labrado un nombre.
Ganó cinco medallas de oro en los Juegos anuales del Caribe, CARIFTA, y rompió un récord en los 100 m en 1994. En 1996, se hizo con el triunfo en el NCAA (US Colleagiate NCAA) en los 200 m de pista cubierta, acabando con una marca de 20.36 segundos, pasando por encima del récord americano del velocista Michael Johnson (20.59).
Hizo su debut Olímpico en Atlanta 1996. A pesar de sufrir una lesión en la ingle y otra en los isquiotibiales, finalizó en una impresionante cuarta posición.
El momento dorado
Para Thompson, la final de Sídney 2000 tuvo lugar en la noche que definiría su carrera como atleta.
Con 100.000 personas en el Estadio Olímpico de Sídney y otras 11 millones en frente de su televisor, Thompson -de 22 años- estaba abierto a probar por qué era uno de los mejores velocistas del mundo.
Sin embargo, no llegó a los Juegos en su pico de forma. Semanas antes, tuvo que volar a Estados Unidos para someterse a un tratamiento en un dedo en una carrera en la Gold League de Mónaco, en la que finalizó segundo en los 100 m por detrás del estadounidense Maurice Green.
A pesar de eso, Sídney se mostraba como una ocasión prometedora. Fue el líder en su carrera de la primera manga preliminar y llegó segundo en la semifinal, con 10.15 segundos -solo uno por detrás del británico Dwain Chambers-.
Pero en la final, Thompson tuvo que enfrentarse a los mejores, entre ellos Greene, el entonces poseedor del récord mundial y doble campeón del mundo, que estaba por terminar la sequía Olímpica de 12 años de los Estados Unidos en los 100 m Olímpicos.
Sonó el primer pistoletazo, pero la salida tuvo que repetirse ya que uno de los velocistas realizó una salida en falso.
Con el segundo, todos aquellos deportistas se enfrentaban a la carrera de sus vidas. Thompson mantuvo el pulso, pero en el tramo final, se abrió paso hasta la línea de meta.
Greene finalizó en primer lugar, por delante de Ato Boldon -de Trinidad y Tobago. Ambos pararon el crono en 9 segundos. Thompson fue tercero, con 10.04 segundos. Así consiguió el bronce, y la primera medalla Olímpica para Barbados.
Además, en Sídney fue cuarto en la prueba de 200 m.
El impacto de la medalla
Tras conseguir la medalla de bronce en los 100 m, Thompson fue recibido en Barbados como un héroe local, con cientos de aficionados copando las calles para celebrar su hazaña. Recibió el título de Embajador Enviado Especial para la juventud, entre otras alabanzas que le dio el gobierno de Barbados por su contribución al deporte.
"Sienta bien volver a casa, porque al principio no tenía ningún plan de vuelta, pero estoy contento de estar aquí", dijo entonces el atleta a Reuters.
Después de los Juegos de Sídney 2000, Thompson regresó al escenario Olímpico en Atenas 2004 pero, debido a sus lesiones, solo pudo ser séptimo en la final de 100 m, con un tiempo de 10.10 segundos.
Su carrera deportiva siguió plagada de lesiones, y finalmente Thompson decidió retirarse de la competición en 2009.
Realizó un Grado en Económicas y Márketing y también el título de Derecho de la Universidad de Texas. Ahora realiza conferencias motivacionales y es consultor.
Pero el deporte siempre formará parte de su legado y sigue promocionando el deporte de Barbados.
En una entrevista con National News en los Campeonatos de Atletismo de los Institutos de Barbados, dijo: "Barbados tiene los atletas, solo hace falta hacerles entrar en el sistema adecuado y darles el apoyo necesario para que puedan competir bien tanto a nivel regional como internacional".