La palabra pionera se ha convertido en algo parecido a un cliché. ¿Pero qué otra palabra se puede utilizar para definir a Nicola Adams, quien ganó la primera medalla de oro Olímpica de la historia en boxeo femenino en los Juegos de Londres 2012 y después repitió la hazaña en Río 2016?
El camino hasta convertirse en una estrella Olímpica comenzó por casualidad para la británica Adams, que entró por primera vez en un gimnasio de boxeo con 12 años. Su madre quería ir clases de aerobic, pero no encontraba una niñera que se hiciera cargo de su hija, así que llevó a Adams y a su hermano pequeño al gimnasio local. Se enamoró del deporte al instante:
"La primera vez que entré a un gimnasio de boxeo me encantó todo de él: el trabajo de pies, el movimiento, los golpes... Y también me enganché a mi héroe, Muhammed Ali", recuerda Adams, de 37 años.
Desde entonces nunca miró atrás, y creció de pelear en combates para adolescentes en clubes masculinos hasta convertirse en la primera mujer británica en ganar una medalla Europea de boxeo en 2007 y la primera en conseguir una presea en un Mundial en 2008.
Después de demostrar en los rankings amateurs que era formidable, Adams fue recompensada con una plaza en el equipo de Gran Bretaña para competir en Londres 2012.
La primera vez que el boxeo femenino fue Olímpico fue en los Juegos de Londres 2012. En frente de su afición local, Adams, que no estaba entre las favoritas por el título, ganó a la triple campeona del mundo Ren Cancan (CHN) en la final para conseguir la medalla de oro del peso pluma, tras superar a su condecorada rival y convencer a todos con una victoria a los puntos (16-7).
"Fue una sensación increíble. Estaba en las nubes. También fue un poco surrealista darme cuenta de que había hecho historia al convertirme en la primera mujer en ganar una medalla de oro Olímpica", expresa Adams.
Después de su éxito en Londres, su vida cambió totalmente: de ser relativamente desconocida, Adams pasó a ser de repente el nombre de moda. "Una vez estaba en el supermercado y la gente me rodeó. Tuve que dejar mis compras y el personal de seguridad me tuvo que ayudar a salir de la tienda. Fue una locura", recuerda.
En Río 2016, Adams repitió su triunfo Olímpico, tras ganar el título de peso pluma al vencer por unanimidad a la francesa Sarah Ourahmoune. De esta manera volvió a hacer historia, ya que se convirtió en la primera boxeadora británica -en categoría femenina y masculina- en retener un título Olímpico. Sin embargo, ganar por segunda vez fue incluso más difícil que la primera.
"Es muy duro ser la número uno y tener esa responsabilidad sobre tus espaldas. Había mucha más presión sobre mí. Todo el mundo esperaba que ganara la medalla de oro antes incluso de lograr la clasificación para los Juegos. Pero aún así conseguí divertirme finalmente", explica.
Adams continuó con una carrera profesional estelar, ganando el título de la WBO. Puso fin a su trayectoria en el boxeo con un récord de imbatibilidad (5-0-1), tras retirarse por lesión en noviembre de 2019.
Pero colgar sus guantes no ha hecho que cayera el entusiasmo de Adams hacia el boxeo. Ahora, con Tokio 2020 en el horizonte, se muestra emocionada con los Juegos Olímpicos.
"Me entusiasma todo de Tokio 2020, especialmente quién será la próxima ganadora de la medalla de oro en mi antigua categoría, el peso pluma. He tenido el privilegio de ver a todas las chicas que están llegando. Tenemos un gran equipo en Gran Bretaña, y solo espero que todas lo hagan bien", vaticina.
Adams, con ocho medallas mundiales importantes, ha cimentado su lugar entre los mejores boxeadores. Ahora, como pionera del deporte, tiene un consejo para aquellos boxeadores que esperan seguir sus pasos en Tokio 2020: "Les aconsejo que mantengan la concentración, que escuchen a los entrenadores, que no pierdan esta oportunidad y, simplemente, que se diviertan. ¡Son los Juegos!".