29 de febrero en Atlanta, en el estado norteamericano de Georgia. Algunos de los nombres más importantes en el atletismo están a punto de participar en las pruebas de maratón Olímpico de Estados Unidos con la esperanza de reservar su boleto para Tokio 2020. Entre los atletas experimentados y reconocidos se encuentra alguien que está corriendo su primer maratón. Una primeriza.
Se llama Molly Seidel.
Tiene 25 años, tiene dos trabajos y, después de terminar en segundo lugar ese día, se ha clasificado para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. La sorpresa de la jornada.
Comienzos prometedores
Decir que Molly Seidel conmocionó al mundo deportivo ese día sería quedarse corto. Pero la idea de que apareció de la nada también está un poco fuera de lugar.
Hace solo cuatro años, Seidel era la principal corredora de fondo en la Asociación Nacional Deportiva Universitaria (NCAA) con cuatro títulos nacionales a su nombre. Parecía destinada al triunfo, pero lesiones y problemas personales hicieron mella en una carrera muy prometedora.
En 2016, antes de las pruebas Olímpicas de atletismo de Estados Unidos, Seidel fue apartada debido a una fractura de estrés del sacro o, como diría la mayoría de la gente, una fractura en la espalda. También había estado luchando en silencio durante mucho tiempo contra su trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), algo que la había llevado a desarrollar un trastorno alimentario.
Como explicó a Runner’s World en una entrevista reciente: "Con el TOC tienes ansiedad todo el tiempo y sientes que no puedes controlar nada, así que desarrollas algunos patrones y comportamientos".
“Obligatoriamente, toco cosas en patrones específicos porque siento que tengo cierto control sobre el universo. Con el tiempo, se convirtió en un mecanismo de control para comer o correr”, explica.
Al final, en lugar de embarcarse en su carrera en atletismo, Seidel buscó tratamiento para su trastorno alimentario. Se registró en una clínica de Wisconsin durante un período de cuatro meses y pasó un total de dos años en terapia.
Todo indicaba que su carrera como corredora estaba acabada.
42 kilómetros de gloria
Nos situamos en el 2020 y Seidel está a punto de competir contra diversas estrellas en las pruebas de maratón Olímpico de Estados Unidos. Tan solo dos meses antes se había clasificado para la carrera después de una impresionante victoria en el Rock ’n’ Roll San Antonio Half Marathon. Pero al conseguir la clasificación, sus expectativas eran modestas.
Realista, algunos podrían decir, al tratarse de su primer maratón.
“Quedar entre el décimo y el vigésimo puesto sería un buen resultado para mí. Todas estas mujeres son realmente buenas y tienen excelentes marcas. Quiero salir y ser realista, pero no descartarme", dijo a Runner’s World.
Lo que sucedió después hizo historia.
Después de unos primeros 33 kilómetros relativamente tranquilas que incluso incluyeron a su hermana chocando la palma de su mano a los 11 kilómetros, Seidel salió del grupo. Junto a Aliphine Tuliamuk y Sally Kipyego, se separaró del principal grupo de corredoras.
Fue un movimiento que estaba destinado a terminar en gloria o en fracaso, como ha reconocido la propia Seidel.
Cuando terminó la carrera, estaba claro para todos que la apuesta había valido la pena. Y de una manera impresionante.
Seidel no solo había corrido el décimo maratón más rápido de una mujer estadounidense, sino que también había terminado en segundo lugar en la prueba.
Y, al hacerlo, cumplió su sueño de clasificarse para los Juegos Olímpicos.
De ordinario a extraordinario
Una de las partes más entrañables de la historia de Seidel es el hecho de que su vida antes de la carrera parece haber sido muy normal. Todavía tiene dos trabajos, incluido uno en una cafetería local.
"Por lo general me levanto, hago mi sesión principal de entrenamiento, regreso, trabajo un par de horas en la cafetería o voy a cuidar niños, y luego vuelvo a correr más tarde en el día", dijo al New York Times.
Y parece que sus clientes no están muy impresionados por sus éxitos.
"Les dije que me había clasificado para los Juegos Olímpicos y estaban entusiasmados, pero también dijeron: "Eres la chica rara que corre".
Pero si su vida previa era normal, ahora está a punto de dar un giro espectacular al mismo tiempo que se prepara para competir con los mejores del mundo en el mejor escenario deportivo de todos: los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
¿Habrá otro giro en la historia de esta primeriza en maratón que sorprendió a todos?