Los mejores momentos del judo español en la historia de los Juegos Olímpicos

En el Día Mundial del Judo, repasamos los mejores momentos de los judocas españoles en los Juegos Olímpicos. Desde el histórico oro de Miriam Blasco en Barcelona 1992 a las dos medallas de Isabel Fernández o el bronce de Fran Garrigós en París 2024.

7 minPor Andrés Aragón
El judoca español Fran Garrigós compitiendo en París 2024.
(Diego Souto (Comité Olímpico Español).)

Este sábado 28 de octubre es el Día Mundial del Judo, y para celebrarlo queremos recordar los momentos más destacados del judo español en la historia de los Juegos Olímpicos.

El judo entró en el programa olímpico por primera vez en Tokio 1964, pero España no compitió en este deporte hasta Múnich 1972, y tendría que esperar a Barcelona 1992 para ganar sus primeras medallas. Eso sí, lo hizo a lo grande: el oro de Miriam Blasco fue el primer metal de una deportista española en unos Juegos Olímpicos de Verano, y al día siguiente se sumó el de Almudena Muñoz.

Después llegarían las medallas de Isabel Fernández (la única doble medallista española en judo), Ernesto Pérez Lobo, Yolanda Soler, o esa larga espera de 24 años hasta el bronce de Fran Garrigós en París 2024. Pero no todo fueron metales.

Repasamos a continuación los mejores momentos del judo español en los Juegos Olímpicos.

Santiago Ojeda, el pionero del judo olímpico español

La lucha canaria fue durante años la puerta de entrada al judo para muchos deportistas de esta región. Y una de sus leyendas, Santiago Ojeda, llegaría a ser también una gran estrella de este deporte, donde fue 19 veces campeón de España en categoría sénior. Medio siglo más tarde, su récord todavía sigue vigente.

Santiago Ojeda fue el pionero que derribó barreras: fue el primer judoca español que compitió en unos Juegos Olímpicos, los de Múnich 1972 (fue 11º en +93 kilos, y cayó en primera ronda de la categoría Open); fue el primer campeón de Europa (1973); y el primero en ganar una medalla (bronce) en el prestigioso Villa de París, actual Grand Slam de París.

Quino Ruiz, el maestro de judocas

Sobre el tatami, Quino Ruiz hizo méritos para estar considerado como uno de los mejores judocas español. Participó en tres Juegos Olímpicos (desde Los Ángeles 1984 hasta Barcelona 1992); fue subcampeón del mundo en 1991, perdiendo solo ante una leyenda como el japonés Toshihiko Koga; y campeón de Europa.

Pero con su labor como entrenador desde la retirada se ha convertido además en una de las figuras más importantes del judo en España, siendo parte fundamental en el crecimiento del judo en los últimos años. En su Dojo Quino entrenan cinco de los judocas españoles que compitieron en París 2024, incluidos Niko Shera, doble campeón del mundo; Fran Garrigós, campeón del mundo y bronce olímpico; o Laura Martínez, subcampeona del mundo júnior y diploma olímpico.

Miriam Blasco, la primera campeona olímpica

El deporte femenino en España ganó curiosamente su primera medalla olímpica en invierno. El honor correspondió a la esquiadora Blanca Fernández Ochoa, que ganó el bronce en eslalon en Albertville 1992, la última vez que los Juegos Olímpicos de Invierno y Verano se celebraron el mismo año. Unos meses más tarde, la judoca Miriam Blasco rompió este techo de cristal ganando una medalla de oro en Barcelona 1992.

Era una medalla esperada, pues en ese ciclo olímpico Blasco había sido bronce en el Mundial de 1989 y campeona del mundo en 1991 sobre ese mismo escenario, el Palau Blaugrana de Barcelona. Y una medalla con mucho dolor detrás, pues unas semanas antes su entrenador falleció en un accidente con una moto que ella misma había comprado. Actualmente, Blasco está casada con su rival en aquella final olímpica, la británica Nicola Fairbrother.

Almudena Muñoz, la campeona impasible

Cuando Almudena Muñoz derrotó a la japonesa Noriko Mizoguchi en la final olímpica de Barcelona 1992, apretó los puños y se marchó del tatami. Entre el mar de abrazos que la esperaba fuera, solo asentía con la cabeza y, cuando volvió para hacer el saludo protocolario, apenas pisó una orilla del tatami. Muñoz, extremadamente tímida, había quedado en shock y no sabía dónde ‘esconderse’ de los miles de personas que celebraban su hazaña en el pabellón.

"Resoplé y me dije: ‘Ya está, se ha acabado’. Me quedé en estado de shock", recordó en una entrevista para Sport. "Yo era muy tímida. Era consciente de que millones de personas me estaban mirando en ese momento, no me podía creer lo que había hecho. Todos esos gestos los hice para esconderme, en ese momento pasé una vergüenza absoluta", confesó en una entrevista para Mundo Deportivo.

Al año siguiente, sería subcampeona del mundo ante la cubana Legna Verdecia, la misma rival ante la que caería en la pelea por el bronce en Atlanta 1996.

Ernesto Pérez Lobo, el primer medallista masculino

El historial del judo español en los Juegos Olímpicos es curioso pues, mientras que en categoría femenina ganó dos medallas de oro en su debut, en masculina tuvo que esperar hasta la séptima participación para subir al podio. En Atlanta 1996, Ernesto Pérez Lobo ganó la medalla de plata en un gran torneo donde solo cedió ante el gran favorito, el francés David Douillet –el mismo rival contra el que había perdido en Barcelona 1992 y en el Mundial de 1995.

Pese a topar repetidamente con Douillet, doble campeón olímpico y cuatro veces campeón del mundo, Pérez Lobo dejó un currículo brillante en los Juegos Olímpicos: en tres participaciones, logró una medalla de plata (aún hoy el mejor resultado de un judoca español en categoría masculina) y dos diplomas olímpicos.

Yolanda Soler, medallista, entrenadora y madre olímpica

En el judo hay veces hilos invisibles que unen unas medallas con otras. De la misma forma que Quino Ruiz empezó a entrenar una vez retirada, después del oro en Barcelona 1992 Miriam Blasco acogió bajo su ala a Yolanda Soler e Isabel Fernández, dos jóvenes judocas que también serían medallistas olímpicas.

Soler ya había ganado un diploma en Barcelona, pero desde que empezó a entrenar con Blasco subió un peldaño en su carrera: se proclamó campeona de Europa tres años seguidos (1994, 1995, 1996) y en Atlanta 1996 ganó la medalla de bronce. Actualmente, además de ser una de las entrenadoras del equipo nacional, es también la madre de Ariane Toro, una de las judoca españolas más prometedoras y olímpica en París 2024.

Isabel Fernández, la única doble medallista olímpica

En la historia del deporte olímpico español, Isabel Fernández es la única judoca que ha subido dos veces al podio. La alicantina ganó un bronce en Atlanta 1996 y el oro en Sídney 2000, la guinda a un ciclo olímpico brillante. En los cuatro años que separaron esas dos medallas olímpicas, Fernández fue campeona del mundo en 1997, campeona de Europa en 1998 (el primero de seis títulos continentales) y subcampeona del mundo en 1999.

Isabel Fernández es junto a Miriam Blasco una de las dos únicas judocas españolas que han conquistado la triple corona: campeona olímpica, mundial y europea. Su oro en Sídney 2000 sería el último del deporte femenino español hasta Londres 2012, y la última medalla olímpica del judo español hasta el bronce de Fran Garrigós en París 2024.

Fran Garrigós, el final de la espera

En los 24 años que siguieron a Sídney 2000, España tuvo grandes judocas como el campeón del mundo Niko Shera y peleó hasta en siete ocasiones por las medallas de bronce, pero no volvió a subir al podio olímpico hasta París 2024: en el primer día de competición en la capital francesa Fran Garrigós, otro alumno aventajado de Quino Ruiz y campeón del mundo en 2023, puso fin a esa larga espera con una medalla de bronce.

Garrigós se quitaba así el mal sabor de boca de Tokio 2020 donde, semanas después de haberse proclamado campeón de Europa y ganar su primera medalla en un Mundial absoluto, perdió en su primer combate. "La presión la sentimos sobre todo en Tokio 2020, porque en el Mundial anterior habíamos conseguido cuatro medallas para España", confesó. "Pero en estos Juegos he salido sin presión, pensando solo en lo que dependía de mí y disfrutando del tatami".

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