María del Rosario Espinoza, el triunfo del taekwondo en México

Desde que debutó en Sídney 2000, el taekwondo es uno de los deportes en los que México ha ganado más medallas en los Juegos Olímpicos. En concreto siete, cosa que lo convierte en el deporte del país azteca con más éxito Olímpico en los últimos 20 años. Gran parte de este éxito se debe a una mujer: María del Rosario Espinoza. La taekwondista naciada en La Brecha, una población del estado mexicano de Sinaloa, es la deportista que más triunfos ha dado en este arte marcial con tres medallas en tres Juegos Olímpicos distintos.

Desde que se proclamó campeona Olímpica en Pekín 2008, Espinoza no se ha bajado del podio. También ganó un bronce en Londres 2012 y una plata en Río 2016. Tokio 2020 va a ser su última participación Olímpica y se está preparando con la misma ilusión que en las citas anteriores.

“De Tokio 2020, yo espero sobre todo tener mis mejores Juegos Olímpicos. Sé que todavía falta un proceso aquí en México para estar segura de estar en la competición. Pero si todo sale bien, si todo sale a la perfección y me toca vivir mis cuartos Juegos Olímpicos, yo solamente lo que deseo y espero es lo mismo que antes de la pandemia: que estos Juegos Olímpicos me sorprendan”, explica en una entrevista en exclusiva con el Olympic Channel.

Tres medallas para la historia

Pase lo que pase, Espinoza ya forma parte de la historia deportiva de México: es la primera mujer deportista que ha ganado una medalla en tres ediciones consecutivas de los Juegos. Ahora se está preparando para batir nuevos records.

“Tokio 2020 será mi cierre de ciclo deportivo en unos Juegos Olímpicos porque soy consciente de que serán los últimos”, añade.

La deportista debutó en Pekín 2008, donde ganó el oro al vencer a la noruega Nina Solheim con un marcador de 3-1, proclamándose campeona de taekwondo en la modalidad de +67 kg y​ siendo la segunda mujer mexicana en conquistar una medalla de oro en unos Juegos Olímpicos después de la levantadora de pesas Soraya Jiménez que previamente lo había logrado en Sídney.

“Recuerdo que estaba muy nerviosa, pero a la vez emocionada de vivir mis primeros Juegos Olímpicos. Cuando yo piso por primera vez la Villa Olímpica para mí fue increíble porque no tenía ni idea de que se trataba y en ese momento dije ‘esto está muy padre, muy emocionante, pero creo que ese no es mi objetivo. Mi objetivo es ganar estos Juegos Olímpicos’”, recuerda.

Y su objetivo se cumplió.

“Cuando me subí al podio era consciente de que había ganado un torneo muy importante, pero no sabía lo importante que era o lo que suponía acá en México. Yo simplemente estaba viviendo mi momento”, añade.

Su segunda experiencia Olímpica llegó cuatro años después en Londres 2012, donde además fue la abanderada de su país. 

“Esa parte de ser la abanderada fue algo muy emocionante porque en el momento que yo entro al estadio con la bandera, yo decía, ‘wow, que increíble, que emoción, yo llevo la bandera de México’, pero también sabía que había muchos mexicanos detrás de mí, en mi espalda”.  

En el Reino Unido, a nivel deportivo, las cosas no fueron como Espinoza esperaba, aunque acabó ganando una medalla de bronce. 

“Fue un combate muy complicado, de los más complicados que he tenido, porque estaba muy nerviosa, porque si perdía me quedaba sin nada, pero si ganaba me quedaba con la medalla de bronce”, recuerda. 

Sus terceros Juegos Olímpicos fueron los de Río 2016. De nuevo, una experiencia muy diferente a la de Pekín o Londres. 

“De los tres Juegos Olímpicos, la experiencia más desagradable ha sido esa final porque fue, ok, pasó el combate, perdí, pero tengo una medalla de plata, pero sin la sensación de ganar, que es lo que me hace muy feliz”, argumenta.

Joaquín Capilla, un referente

Ahora el objetivo es volver a subirse al podio en Tokio. Si logra una nueva medalla igualaría al legendario clavadista Joaquín Capilla, el mejor deportista mexicano en los Juegos Olímpicos.

“Curiosamente para mí, Capilla desde que empezó mi ciclo Olímpico, ha sido un referente muy importante. Me tiene siempre con alerta de los Juegos Olímpicos, al desear otra medalla Olímpica. Ha sido siempre una parte que me motiva”, explica.

Los clavados es el deporte en el que México ha ganado más medallas a lo largo de los Juegos, con 14 preseas. Pero el taekwondo sigue avanzando a paso firme.

“La escuela mexicana de taekwondo es un referente muy grande en el sentido que sabes que vas representando no solamente México, sino el taekwondo mexicano y siempre hay esa parte de presión por el resultado de la historia del deporte. Creo que hay una escuela de muchos años en el taekwondo mexicano en la cual se ha ido pasando la estafeta de generación en generación”, dice.

Espinoza también siente la presión de llevar ya 12 años en lo más alto de su deporte, algo que asegura que ha cumplido al no marcase objetivos a largo plazo.

“Lo voy haciendo poco a poco, tras objetivos. Siempre me pongo un objetivo por delante, trabajo para ese objetivo, siempre a corto plazo. La gasolina y el motor de todo es la motivación. Me he encontrado en situaciones que no encuentro esa chispa, y me ha ido muy mal. He pasado tragos amargos. Pero siempre que encuentro la motivación es cuando me voy para arriba. Siempre que tenga esa motivación y ese objetivo claro trabajo para conseguirlo”, apunta.

Ahora mismo su principal motivación son esos cuartos Juegos Olímpicos, una competición para la que hace tiempo que cuenta los días que faltan.

“Así como para mi Joaquín Capilla fue un referente, yo quisiera ser también un referente para muchas generaciones de México. Me gustaría que los jóvenes deportistas vean que todo es posible”, comenta sobre su futuro legado.

Pase lo que pase el próximo verano en Tokio, Espinoza ya hace tiempo que se convirtió por motivos propios en un referente para muchos deportistas de su país que sueñan con emular lo que ella ya ha conseguido en el panorama internacional.

Escucha la entrevista con María del Rosario Espinoza en el podcast del Olympic Channel.