Manny Santiago: "El skateboarding es otra puerta para estar libre en el mundo"
No solo quiere vivir el debut del skateboarding en los Juegos Olímpicos, el 25 de julio, sino también hacer historia para Puerto Rico. Conozca a Manny Santiago, 'El mella'o con un sueño', en esta entrevista exclusiva con Tokio 2020
"El mella'o con un sueño". Así es como se define Manny Santiago, el skater de Puerto Rico, y el 14º en el ranking mundial de World Skate antes del debut del skateboarding street en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que tendrá lugar el domingo, 25 de julio de 2021.
Pero, ¿de dónde viene esta manera de llamarse?
Manny Santiago contesta a esto, y más, en una entrevista exclusiva para Tokio 2020.
¿De dónde viene lo del sueño?
Yo siempre soy una persona que siempre estoy soñando despierto, y así empezó eso.
¿Y lo del mella'o?
Lo del diente fue en el 2010, en California. Estaba haciendo un truco y pisé mal el tubo y me fui de cara al piso. Imagínate California como a las 3-4 de la tarde en el verano: el piso negro, que es asfalto, eso es goma literal. Me partí el diente en mitad y después de eso pasaron unos cuantos meses y se me hinchó la cara, se me infectó el diente y por poco me muero porque la infección estaba llegando mi cerebro. Y cuando me sacaron el diente, le dije al dentista "Cierra eso porque no quiero saber de ese dolor nunca otra vez en mi vida".
¿Y, entonces, qué pasó?
Lo que pasa es que todo el mundo tiene algo que ama y odia de su cuerpo. Pues yo odio a mis pies, que es bien irónico porque mis pies son lo que me hacen mi carrera y son los pies de mi papá. Pero amaba mi sonrisa y, cuando me pasó lo del diente, como que se me bajó un poco la confianza en el momento... pero hablé con mi mamá. Ella me dijo “Mira, tú eres bello, no importa si tienes dientes o no. Te amo con todo y no importa”. Y ahí dije “Si la persona que me dio vida en este mundo me dice que soy bello, no me importa lo que diga la gente”.
Y se ha quedado así, como el mella'o.
No me lo arreglo por dos cosas: por el dolor que tengo que pasar si tengo que ponerme algo y también porque me di cuenta de que no tener el diente me hace súper fácil hablar con alguien porque siempre hay tema de conversación. Obvio, yo me puedo comprar un diente si quiero, pero a mí no me importa y no lo necesito. El mella’o se queda.
La patineta me dio una razón para vivir. Me dio la razón para tener paz.
Soñar me dio la razón para poder lograr muchas cosas. Y a mi patineta le debo mi vida completa
¿Cómo después de aquel accidente no tuvo miedo a montar de nuevo?
El miedo, tú lo creas; el peligro sí es real. Pero el miedo una persona lo crea. Yo suelo decir que, si te caes de una patineta, tienes que levantarte otra vez e intentarlo otra vez porque eso te enseña una lección más allá del skateboarding: si en la vida algo pasa, tú puedes luchar para levantarte otra vez. Así que: tírate por una cuesta, con cuidado; tírate de una rampa, con casco, claro... Nosotros tenemos una vida solamente y lo único que temo yo es que la gente no viva su vida. Eso es bien triste.
¿No tuvo miedo ni siquiera al principio?
Al contrario. Me encantaba pensar en tirarme y si me iba a caer o si lo podía lograr. Pensar eso era como una droga para mí. La patineta me dio una razón para vivir. Me dio la razón para tener paz. Soñar me dio la razón para poder lograr muchas cosas. Y a mi patineta le debo mi vida completa.
Pero se habrá caído muchas veces.
Yo siempre digo que es un truco más que aprender: caerte y levantarte.
¿Y cómo empezó?
A los 14 años vi un grupo de skaters en mi pueblo. Me dejaron probar mientras se reían, porque sabían lo que iba a pasar: me caí. Y estaba tan frustrado, pero estaba tan feliz. Al ver que no sabía hacerlo, me cogió la atención y cuando yo me fui, que pasaron como 45 minutos; en esos 45 minutos me di cuenta que yo estaba tan presente en el momento y feliz que ahí empezó el amor sobre una patineta para mí. De una, literal.
Soy todo lo que quería lograr
¿Cuándo pasó de convertirse en un hobby a una manera de ganarse la vida?
Yo me crié en un pueblo muy pequeño. Allí había otro chamaco que es mi mejor amigo, mi hermano, Dave Bachinsky. Él es bien competitivo y a él le gusta todo lo que sea skate. Cuando yo empecé, él estaba durísimo y yo me recuerdo que, tres años después de conocer el skate, la competición empezó a entrar en mi mente. Y si a eso le sumas que tú tienes por dentro lo que es luchar por lo que tú amas, pues ahí empieza la semilla y poco a poco se le echa agua. Y yo me recuerdo que siempre cuando íbamos para la competencia, todo el mundo siempre peleaba por el segundo porque Dave siempre ganaba. Cuando le gané por primera vez, me sentí como "Yo puedo hacer esto".
Mi sueño entonces fue irme a California a competir, a tener el hospicio y tener una tabla, ser un pro y cambiar mi vida. Pues ahora habito en California, soy un pro y ha cambiado mi vida. Soy todo lo que quería lograr.
Y ahora está en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. ¿Cómo se sintió cuando se confirmó finalmente que participaría en ellos?
No se sentía real hasta la última competencia, no sabía lo que iba a sentir. Pero sí que vamos a Tokio, sí que voy a representar a Puerto Rico en la competencia más grande mundial, la que vale más que todo… y todavía no lo creo. Esto es una loquera y estoy súper feliz.
Y también el amor de mi país, de mi gente, del pueblo de Puerto Rico que me está dando ahora mismo... es lo que yo siempre quería en mi carrera y, como una carrera de correr una patineta no era común en Puerto Rico, el pueblo nunca sabía de mí como tal o no me apoyaban como me están apoyando ahora y es algo que yo he esperado estos diez años y me siento súper feliz.
Eso le han aportado los Juegos, pero, ¿qué puede aportar el skateboarding a los Juegos Olímpicos?
Lo que puede ofrecer a una patineta en los Juegos Olímpicos es el cambio en el sentido de los deportes que hay en el mundo y para la juventud. Mucha gente tenía la imagen de que alguien que corría en patineta era alguien que estaba solo, en la calle o alguien que siempre traía problemas. Y ahora les estamos enseñando que eso ha cambiado full de un lado a otro. Somos buenas personas, ayudamos, si podemos aportar en algo, aportamos… Ahora yo creo que el deporte y la gente se va a dar cuenta que si tu hijo o hija o una persona quiere correr en skate, en vez de darle mucho regaño, hay que apoyarlo porque va a estar feliz. Y eso es lo que una persona quiere para otra: que tú estés feliz, que estés logrando lo que tú quieres y estés libre. Y eso es lo que ofrece: otra puerta para estar libre en el mundo.
Quiero cambiar la historia de Puerto Rico
Ahora que está aquí, ¿cuál es el sueño de 'El mella'o con un sueño'?
El objetivo es siempre ganar el oro; siempre hacer lo máximo posible para lograr la meta. Si tú vas a los Juegos y tu mentalidad no es ganar el oro, tú vas a perder; no vas a lograr lo que es la meta, que es ganar. Yo quiero cambiar la historia de Puerto Rico. Quiero ser el primer varón en ganar el oro para mi isla. Yo quiero cambiar cómo la gente de mi isla ve este arte-deporte que es una patineta. Que apoyen, que sepan que en Puerto Rico hay muchos, muchos, muchos atletas más allá del boxeo, baloncesto o atletismo; que hay mucha gente que logra muchas cosas y tenemos que ponerles cara y dar mucho cariño a los atletas que siempre están representando a Puerto Rico.
¿Le queda algún sueño para después?
Desde que empecé, los sueños se lograron, pero siempre hay más. Después mis sueños serán llegar a los Juegos de 2024 en París, y tengo opción de correr en Los Ángeles [2028]. Entonces tendré 43 años y será mi manera de enseñarles a todos que no se pueden quitar y que, si cuidan el cuerpo y la mente, pueden luchar más y cambiar lo establecido. Parece que si tienes 30 años, eres muy eres muy viejo. Yo no creo en eso. Yo voy por los 36 y estoy corriendo mejor que nunca. Me siento mejor que nunca y todavía no ha llegado mi peak.