Los Ángeles 1932: California recibe al mundo

Al igual que Londres y París antes de ella, Los Ángeles acogerá los Juegos Olímpicos de Verano por tercera vez en 2028. Para conmemorar este hecho, hacemos un repaso a las dos ediciones anteriores que ha organizado la metrópoli californiana. A pesar de tener como antecedente la Gran Depresión, Los Ángeles 1932 resultó ser un gran éxito y estableció una serie de puntos de referencia que ayudaron a dar forma a las futuras ediciones de los Juegos Olímpicos.

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Los Angeles 1932: California welcomes the world
(IOC)

“Había llegado el momento de dar reconocimiento a la juventud deportiva de los Estados Unidos por el esfuerzo que habían realizado desde Atenas y por sus siempre brillantes contribuciones a los Juegos en el pasado”, escribió Pierre de Coubertin en sus Memorias Olímpicas. “Fue por estas tres razones que los miembros del COI eligieron de forma unánime a Los Ángeles como ciudad anfitriona de la X Olimpiada”.

Única candidata a organizar los Juegos Olímpicos de 1932, la "Ciudad de Ángeles" fue oficialmente confirmada como sede en la 21ª Sesión del COI, celebrada en Roma, en abril de 1923. Seis años más tarde, en Lausana, la estación de esquí estadounidense de Lake Placid fue elegida como sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 1932, de acuerdo con la norma de la época, que exigía que los Juegos de Verano y los de Invierno se disputaran en el mismo país, siempre que éste pudiese ofrecer un lugar con montañas adecuadas.

El Memorial Coliseum

El Memorial Coliseum, uno de los edificios olímpicos más ilustres, fue encargado en 1921 y terminado dos años después. En el momento de la celebración de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1932, la capacidad del estadio había aumentado a más de 105.000 personas gracias a la inclusión de gradas superiores. Renombrado como Estadio Olímpico, fue el escenario de las ceremonias de inauguración y clausura y de los eventos de atletismo, hípica, gimnasia y hockey sobre hierba. Con 32 metros de altura, su característico pebetero olímpico en forma de antorcha se instaló sobre el arco central del peristilo y albergó la llama olímpica que ardería durante las dos semanas de competición. El Memorial Coliseum, que también fue la sede principal de Los Ángeles 1984, se convertirá en 2028 en el primer estadio del mundo en albergar las ceremonias inaugurales y de clausura, además de los eventos de atletismo, de tres Juegos Olímpicos distintos.

Debido a la Gran Depresión (la profunda crisis económica que asolaba el mundo en aquella época), Los Ángeles utilizó ampliamente las instalaciones existentes para los Juegos de 1932. Entre ellas se encontraba el Gran Auditorio Olímpico, el mayor recinto cubierto de Estados Unidos en aquella época con capacidad para 15.000 personas, que acogió las competiciones de boxeo, lucha y halterofilia. Sin embargo, cerca del Memorial Coliseum se construyó un nuevo estadio acuático que albergó las pruebas de natación, salto y waterpolo, mientras que el Rose Bowl de Pasadena (otro edificio emblemático en la historia olímpica) se convirtió en un velódromo para los eventos de ciclismo en pista. Situada en Baldwin Hills, al sur de Los Ángeles, la Villa Olímpica contaba con más de 500 casas portátiles, así como con una oficina de correos, un cine, un hospital, un banco y otros servicios. Solo podían ser utilizadas por los atletas masculinos, mientras que las mujeres se veían obligadas a residir de forma temporal en el Hotel Chapman Park.

Innovaciones duraderas

Debido a la Gran Depresión y al hecho de que California no era de fácil acceso ya que la aviación comercial estaba en sus inicios, la participación de atletas en Los Ángeles 1932 se redujo a la mitad respecto a Ámsterdam 1928. En total, 37 CON y 1.332 atletas, (126 mujeres y 1.206 hombres) participaron en los 177 eventos que se llevaron a cabo en 14 disciplinas. El fútbol desapareció temporalmente del programa.

Sin embargo, la inauguración de los Juegos Olímpicos de Verano en la ciudad supuso la introducción de cambios significativos y duraderos. Primero que nada, los Juegos de L.A. se disputaron en un periodo mucho más corto de tiempo. Mientras que las anteriores ediciones se habían disputado durante varias semanas o incluso meses, Los Ángeles 1932 solo duró 16 días, estableciendo el formato que se ha puesto en marcha desde entonces. En otra innovación, los atletas subieron a podios para recibir sus medallas, con los medallistas de oro ocupando el lugar más alto, ubicado en el centro del podio, y flanqueado por el medallista de plata y el medallista de bronce a su derecha y a su izquierda, respectivamente, en escalones más bajos. Por otra parte, los atletas recibieron sus medallas en la sede en la que habían competido, con sus banderas siendo izadas al sonido del himno nacional del país del ganador, una ceremonia que se introdujo unos meses antes en los Juegos Olímpicos de Invierno en Lake Placid. Otra novedad fue la creación de un complejo sistema de telecomunicaciones que unió a todas las sedes y que estaba disponible para los organizadores y para los medios.

Otras innovaciones duraderas en Los Ángeles fueron la introducción de equipos de cronometraje con una precisión de centésimas de segundo y un nuevo cupo máximo de tres atletas por nación y por evento.

Celebrada el 30 de Julio de 1932 ante una entusiasta afición de 105.000 personas, la ceremonia inaugural de los Juegos de la X Olimpiada fue una gran ocasión. Gracias a su tamaño y a sus instalaciones, el Estadio Olímpico estableció nuevos estándares para los Juegos y ofreció un telón de fondo ideal. Acompañado por una orquesta de 300 personas, un coro de 1.200 cantantes entonaron los himnos de Estados Unidos y de los Juegos Olímpicos, mientras que el esgrimista George Calnan hizo el juramento olímpico en nombre de todos los atletas. Después de que Charles Curtis, el vicepresidente de Estados Unidos, declarase la inauguración de los Juegos, se liberaron al cielo cientos de palomas, dando un cierre espectacular a la ceremonia.

No fue sólo gracias al Memorial Coliseum que los Juegos dejaron una huella duradera en el paisaje de la ciudad anfitriona; la calle 10, una de las vías más importantes de la ciudad y que se extiende a lo largo de varias decenas de kilómetros desde el océano en Santa Mónica hasta el lado este de Los Ángeles, fue renombrada como Olympic Boulevard, nombre que conserva hasta hoy.

Los héroes de Los Ángeles 1932

Mildred Didrikson, una golfista de gran talento y una destacada jugadora de baloncesto de Estados Unidos, demostró sus habilidades deportivas en las pruebas de atletismo, consiguiendo ‘hat-trick’ de medallas único. Ganó los 80 metros vallas en un tiempo de récord mundial de 11,7 segundos, también ganó el oro en jabalina con un lanzamiento de récord olímpico de 43,6 metros y luego se llevó la plata en salto de altura con un salto de 1,65 metros. Su compatriota Eddie Tolan fue otro de los destacados del país anfitrión en atletismo, al conseguir dos medallas de oro, en los 100 y 200 metros lisos masculinos.

El finlandés Paavo Nurmi, nueve veces medallista de oro (cuya marca solo ha sido igualada en los eventos de atletismo por el estadounidense Carl Lewis), fue sancionado sin poder participar en los Juegos debido a dudas sobre su condición de amateur. Sus compañeros finlandeses Iso-Hollo y Matti Järvinen recogieron la batuta ganando el título en los 3.000 metros obstáculos y la jabalina, respectivamente. Por su parte, el equipo irlandés, compuesto por cuatro competidores, se lució con el oro de Robert Tisdall en los 400 metros vallas y de Pat O'Callaghan en el martillo. En otras disciplinas, Juan Carlos Zabala ganó el maratón para convertirse en el primer campeón olímpico de atletismo de Argentina con sólo 20 años, y sigue siendo el ganador más joven de la historia de este evento.

Japón fue la nación dominante en la natación, ganando cuatro de los cinco títulos masculinos en juego. Uno de ellos fue para Kusuo Kitamura en los 1.500m libres. Con 14 años y 309 días, es el campeón olímpico más joven que ha pasado por ese deporte. El único oro que no fue para Japón fue el de los 400m libres, que lo conquistó el estadounidense Buster Crabbe. Posteriormente, Crabbe se convirtió en una estrella de la televisión y el cine.

El sueco Ivar Johansson logró la hazaña única de ganar el oro en el peso medio de la lucha libre y luego bajar 5kg para ganar el oro en el peso wélter de la lucha grecorromana, lo que le convierte en el único luchador olímpico en ganar dos categorías de peso diferentes en los mismos Juegos. Dunc Gray firmó un gran hito en el evento de 1.000 metros contrarreloj, convirtiéndose en el primer campeón olímpico australiano de ciclismo, un logro que llevó a que el velódromo olímpico de Sídney 2000 fuese nombrado en su honor. Takeichi Nishi, coronel del ejército japonés, se alzó en la competición individual de saltos ecuestres. A día de hoy, sigue siendo el único medallista olímpico japonés en el deporte ecuestre.

La final de florete femenino entre la británica Judy Guinness y la austriaca Ellen Müller-Pries fue el perfecto ejemplo de los valores olímpicos en acción. Al ser declarada vencedora, Guinness señaló a los jueces que habían pasado por alto dos de los golpes de su rival, un acto desinteresado que le llevó a conquistar la plata en lugar del oro.

Los atletas más exitosos de Los Ángeles 1932 fueron la nadadora estadounidense Helen Madison, que ganó el oro en las pruebas de 100 y 400 metros libres y en el relevo de 4x100 metros libres, y el gimnasta italiano Romeo Neri, que consiguió tres medallas de oro en los eventos de concurso completo individual y por equipos, y en las barras paralelas. El gimnasta húngaro Istvan Pelle se hizo con el mayor botín de medallas, al conseguir el oro en suelo y caballo con arcos y la plata en barras paralelas y en el concurso completo individual.

El legado

Con la excepción de la Villa Olímpica, que era una construcción temporal, todas las otras sedes de las competiciones utilizadas en 1932 todavía siguen en pie, habiendo sido renovadas o adaptadas para otros usos. Muchas de las sedes volverán a estar en uso para los Juegos de 2028. Al igual que el majestuoso Memorial Coliseum, el Rose Bowl volverá a estar en los Juegos Olímpicos, siendo la sede de los partidos del torneo de fútbol masculino y femenino, incluyendo la final femenina. Mientras, la Long Beach Marina albergará los eventos de vela, al igual que lo hiciera en 1932 y 1984.

Los Ángeles 1932 tuvo un gran éxito y dio forma a muchas de las características que definen los Juegos Olímpicos tal y como los conocemos hoy en día. También infundieron a la ciudad anfitriona un sentimiento de orgullo olímpico que ha perdurado a lo largo de las décadas. "La historia del éxito de los Juegos de la X Olimpiada está tallada en las profundidades de un oscuro abismo de depresión mundial", dice el informe oficial. "Pero el espíritu del olimpismo ha iluminado ese abismo, y los que vinieron a los Juegos desde todos los rincones de la tierra se han llevado a casa una especie de una nueva esperanza engendrada por un mejor entendimiento y una amistad más íntima para sus semejantes, sin importar su raza o su credo". Son palabras que podrían aplicarse fácilmente al mundo actual.

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