Las lágrimas de Nikoloz Sherazadishvili en el Nippon Budokan 

Aunque no haya podido luchar por las medallas en Tokio 2020, este año Niko Shera se ha consolidado como uno de los atletas más importantes de la historia del judo en España, gracias a su esfuerzo y constancia desde su adolescencia

Nikoloz Sherazadishvili - Olympics - Day 5
(2021 Getty Images)

Sin consuelo finalizó el judoca español Nikoloz Sherazadishvili, dos veces campeón mundial de -90 kg (2018, 2021) y favorito al título Olímpico, su participación en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

'Shera' se quedó sin opción a disputar las medallas tras caer frente a Davlat Bobonov en el punto de oro por waza-ari en la repesca.

Su miércoles había comenzado bien en el tatami del emblemático Nippon Budokkan de Tokio, con victoria en dieciseisavos de final sobre el mongol Altanbagana Gantulga (por waza-ari) y sobre el sueco Marcus Nyman (por ippon) en octavos.

Pero todo se torció para él en la ronda de cuartos de final, donde el ruso Mijail Igolnikov le derrotó con un ippon.

En el repechaje contra Bobonov, el español no consiguió encontrar el camino en un combate muy igualado.

Bobonov se tomó así la revancha de su derrota ante Sherazadishvili en la final del último Mundial, en junio en Budapest.

Así finalizó su participación en su estreno en unos Juegos que fue muy diferente a como había podido imaginar. No pudo ocultar su decepción. Y rompió a llorar.

Y el judo español con él. Desde el oro de Isabel Fernández en Sídney 2000, al judo español se le resiste el podio Olímpico.

(2021 Getty Images)

De origen georgiano, llegó a España con 13 años

Nikoloz Sherazadishvili (Tiflis, 1996) comenzó a practicar judo con 10 años de edad gracias a su padre, quien también era judoca. Cuando tenía 14 años, su familia se trasladó a España debido a motivos laborales. El joven Niko se unió entonces al club que el hombre clave en su carrera, Quino Ruiz, dirige en Brunete. Allí empezó una fuerte relación maestro-alumno que continúa a día de hoy.

El atleta escaló posiciones mientras se acostumbraba a su nueva nación, lengua y costumbres, pero poco a poco comenzó a dominar todos esos retos deportivos y personales a la perfección. Sherazadishvili tuvo que dejar de competir dos años en categorías inferiores (actualmente pelea en la modalidad de 90 kilos) a la espera de obtener la nacionalidad española. En Georgia también era jugador de waterpolo, deporte que tuvo que abandonar tras su traslado a España.

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(2016 Getty Images)

Quino Ruiz, su entrenador, predijo que sería campeón del mundo

Ruiz es una de las figuras más importantes del judo español -subcampeón del mundo en el año 1991- y siempre tuvo muy claro el futuro que esperaba a su pupilo. “Cuando Niko recibió la nacionalidad e hizo la primera competición por España, me acerqué y le dije al presidente de la Federación Española de Judo: 'Este chico será campeón del mundo'", recuerda en un podcast en castellano de Olympics.com. Hoy en día aún se emociona con las victorias de su pupilo mucho más que el propio Shera, como es notorio en varias entrevistas en las que intervienen ambos.

Aquel presagio realizado por Ruiz se hizo realidad en 2018, apenas un año después del fallecimiento del padre de Shera, la persona que lo inició en el judo cuando aún vivía en su Georgia natal. Niko consiguió su primer oro mundial en Bakú 2018, nueve años después de que Sugoi Uriarte se colgara la última medalla mundial española masculina con una plata en Rotterdam 2009.

Su segundo oro en el Mundial, esta vez en Budapest y este mismo año, le daba como favorito para el oro en Tokio 2020. Sin embargo, tiene el futuro por delante. Y la gloria le espera en París 2024.

Artículo con contribución de AFP

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