La única medalla Olímpica: El marchador que alcanzó la gloria para Guatemala 

Si bien ganar una medalla Olímpica es un objetivo personal para miles de atletas, para 24 países es un sueño que solo se ha hecho realidad una vez. Tokyo2020.org analiza este único momento glorioso y el impacto que tuvo en la vida de los atletas que lo lograron

Erick Barrondo
(2012 Getty Images)

Los inicios

Sin duda alguna, el nombre de Erick Barrondo queda guardado en la historia del deporte de Guatemala al ganar la primera medalla en Juegos Olímpicos para el país centroamericanodurante la edición de Londres 2012, con la presea de plata en los 20 kilómetros de la marcha atlética. A sus 28 años, el atleta es un claro ejemplo de que los sueños se pueden cumplir de la mano del esfuerzo y el trabajo duro.

Sin embargo, el camino que recorrió el atleta originario del departamento de Alta Verapaz para colgarse esa medalla histórica no fue nada fácil y afrontó muchas dificultades durante sus inicios.

Barrondo nació en el seno de una familia muy humilde. Su padre era agricultor y su madre trabajaba como cocinera de un albergue de estudiantes. Su vida profesional la empezó estudiando para convertirse en perito contador, pero abandonó sus estudios por aventurarse en una travesía a la capital en busca de trabajo. Allí no solo encontró su futuro, sino su gran amor: el deporte.

En la capital conoció a Rigoberto Medina, su primer entrenador y su mentor en marcha atlética. Desde un principio, el entrenador tuvo claro que el joven tenía las cualidades necesarias para destacar, pero asistir a competiciones no fue fácil durante mucho tiempo debido a las limitaciones económicas. “Para ir al Campeonato Centroamericano de Atletismo Juvenil de Panamá, mi papá tuvo que empeñar un terreno y me dijo que era lo único que tenía para la familia”, explica. Por suerte, Barrondo retornó al país como ganador de aquel evento.

A partir de ahí, fueron llegando los éxitos. En el año 2010, Barrondo rompió el récord nacional en la prueba de 20,000 metros marcha, bajando por 32 segundos la marca anterior. En el 2011 finalizó entre los 10 mejores marchistas del mundo, en el Campeonato Mundial de Atletismo en Daegu, Corea, y ganó una medalla de oro en los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011.

Finalmente, se clasificó para los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Poco antes de participar, Barrondo le compró a su familia un televisor para que lo vieran ganar la medalla Olímpica. “Prometo que la televisión la voy a sacar de la caja el día que tu compitas”, le dijo su papá.

(2012 Getty Images)

Haciendo historia

Barrondó subió al podio en los Juegos Olímpicos de Londres un 4 de agosto de 2012, consiguiendo un hito histórico para el deporte guatemalteco. No estaba entre los favoritos, pero confiaba en sus opciones.

“Había estudiado al resto de los competidores y veía que físicamente podía ganar una medalla pero que mentalmente, y ese espíritu que necesita un atleta para ganar una medalla, les hacia falta. Eso era lo que yo tenía. Yo lo tengo desde pequeño”, afirma.

“Barrondo finalizó la prueba de 20 kilómetros de marcha en el segundo lugar con un tiempo de 1:18:57. Durante toda la competencia, el atleta estuvo en la disputa por el oro ante el chino CHEN Ding, quien ganó el primer lugar tras imponer nuevo récord Olímpico con 1:18:46.

Una vez finalizada la prueba, el guatemalteco mostró su emoción ante los medios: “No existen palabras para decirle a la gente lo que yo sentí. Pasa frente a tus ojos todo lo que te ha tocado que sufrir y superar para llegar a ese momento. Empecé a imaginar a mi familia feliz, los días que nos teníamos que ir a dormir con el estómago vacío, la niñez difícil que vivimos y las veces que en la capital no tenía ni siquiera para comer, pero tenía que ir a entrenar. Al final, todo esfuerzo vale pena”, manifestó.

El impacto de la medalla

Su triunfo de plata lo convirtió, inevitablemente, en un referente e ídolo para cualquier generación de deportistas en su país de origen.

Eso queda claro en un documental que el Olympic Channel produjo sobre su vida. La película nos lleva a la tierra donde el atleta se formó desde niño. El medallista recuerda que la vida siempre es dura y “ella fue la que me preparó para lo que vendría”, dice.

En las Verapaces -una región guatemalteca-, Barrondo es un ejemplo a seguir y desde que logró la medalla ha inspirado a más de 300 niños para dedicarse a la marcha. “Si Érick se atrevió, yo también me quiero atrever”, es el mensaje que envía el medallista, quien asegura que gracias al deporte se alcanza una estabilidad y mejor vida.

Barrondo cree que el futuro del país está en el deporte y por eso afirmó al diario El País (2016): “Me sentiré el hombre más feliz del mundo si el día de mañana un guatemalteco deja una pistola o un cuchillo y se acerca al estadio para ponerse unos tenis y empieza a hacer deporte”.

Después del éxito de Londres, la carrera del marchista no se ha detenido. En Río 2016 también compitió pero una lesión impidió que repitiera su hazaña, quedando en el puesto 50 en los 20 km.

Actualmente, Barrondo se está preparando de la mano del ex marchista Olímpico y entrenador español Francisco “Paquillo” Fernández para llegar en un estado físico óptimo a los Juegos Olímpicos Tokio 2020 y ganar otra medalla para su país.

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