El duro camino de Gustavo Fernández hacia su medalla paralímpica: el día que esquivó la muerte y el abismo de la salud mental
El tenista en silla de ruedas argentino ganó en París 2024 la primera presea paralímpica de su carrera. En esta entrevista exclusiva con Olympics.com, detalla cómo sobrevivió a una hemorragia interna post-operatoria que casi le cuesta la vida y cómo superó un cuadro de ataques de pánico y trastorno de ansiedad durante el último año y medio.
Cómo pasar del abismo a la gloria en apenas nueve meses. Cómo encontrar las herramientas para poder superar los obstáculos más difíciles que presenta la vida y encontrar en el deporte esa magia de redención.
Entre el 2023 y el comienzo del 2024, el tenista en silla de ruedas argentino Gustavo Fernández atravesó un calvario en temas de salud. Primero fue una hemorragia interna post-quirúrgica que casi le cuesta la vida, luego fue un importante cuadro de trastornos en la salud mental.
Sin embargo, en septiembre de 2024, el polvo de ladrillo del mítico estadio Philippe Chatrier de Roland Garros se convirtió en el escenario de uno de los logros más importantes de su extensa carrera: a los 30 años, ganó su primera medalla paralímpica en París 2024. Ese bronce en el torneo individual masculino de tenis en silla de ruedas fue el cierre a un proceso de recuperación interna que a día de hoy todavía “Gusti” agradece.
“El trabajo fue muy grande esos días para anular las emociones que estaban a flor de piel. Entonces fue raro. Cuando concreté lo de la medalla la miré a mi mujer, a mi entrenador, a mis viejos, que estaban en la tribuna. La noche anterior pensaba qué lindo poder decirme a mí mismo que soy medallista paralímpico. Y en ese momento, cuando sucedió… ¡Por Dios, al final gritó para el lado de la justicia!”, afirma Gusti Fernández en una entrevista exclusiva con Olympics.com.
“Tantos años que me costó una enormidad, que me traje mazazos enormes de los otros Juegos, que yo había estado con una ilusión gigante. Si bien la de oro es la más importante, a mí me daba igual. Era poder aferrarse a un trabajo y a un sueño y quería que se logre”, agrega.
A continuación, descubre las pesadillas que tuvo que atravesar Gustavo Fernández durante el año previo a París 2024 y cómo el 2024 le permitió enfocar la etapa final de su carrera con otros ojos.
El día que acechó la muerte
Todo sucedió en el comienzo del 2023 y de la manera menos esperada. Gustavo Fernández se preparaba para iniciar la última temporada completa antes de afrontar el ciclo de sus cuartos Juegos Paralímpicos en los que buscaría su primera medalla.
Atrás había quedado el puesto Nº 1 del ránking mundial alcanzado en 2017 y después recuperado en 2019, o los cinco títulos de Grand Slam (Open de Australia 2017 y 2019, Roland Garros 2016 y 2019 y Wimbledon 2019). Era el momento de buscar el último gran objetivo de su carrera: una medalla paralímpica.
Sin embargo, la salud le jugó quizás el duelo más difícil de su vida… y casi lo pierde.
“Después del Mundial de Fútbol de Catar, yo me contagio con laringitis con estreptococo. El tema es que se me hace un absceso en la garganta, entonces, yo en plena pretemporada termino teniendo eso. Luego, me obligan a operarme de amígdalas, que es una operación que cuando te la hacen de adulto es mucho más compleja. A los diez días de esa cirugía (en abril), empiezo con una hemorragia interna tras esa operación. Y esa hemorragia fue terrible”, narra Fernández a Olympics.com.
“La hemorragia empezó en un momento de la noche. Fueron vómitos y vómitos de sangre. Yo estaba en mi ciudad, que es muy chiquita, que es Río Tercero, en Córdoba. En una Guardia me mandaron de vuelta a mi casa y finalmente me tuve que ir de urgencia a la ciudad de Córdoba capital. Tengo recuerdos muy gráficos de eso, de que casi me muero. Yo estaba con mi tío, que trabajaba en el Hospìtal Privado de Córdoba y lo veía asustado. No me podían estabilizar después de la cirugía de urgencia. Me dijeron que de los seis litros de sangre que tenía en el cuerpo, perdí dos, casi tres”.
Su obsesión con el tenis era tal, que en la primera consulta con la cirujana tras la nueva operación, intentó analizar la posibilidad de competir en la próxima gran cita de su temporada, Roland Garros 2023.
“De la locura que tengo, lo primero que le pregunté a la cirujana fue cuándo podía volver a entrenar. Me dio un mes y medio. Me dijo que tenía que recuperar tres litros de sangre y diez kilos de masa muscular”.
Gusti Fernández creía haber pasado la pesadilla en ese primer tercio del 2023, pero el fin de año de esa misma temporada, aún le tenía guardado otro golpe.
La salud mental, la otra gran pesadilla
Durante el segundo semestre del 2023, Gusti Fernández creyó haber dejado atrás los problemas de salud, pero la cabeza también jugó su papel y el cierre de temporada volvió a sumergirse en un abismo de dudas y preocupaciones.
“Como para coronarlo (el 2023), llegué a fin de año con ataques de pánico, trastorno de ansiedad y tuve que acudir a un psicólogo y un psiquiatra”, narra Fernández a Olympics.com.
El tenista en silla de ruedas iniciaba el año paralímpico del 2024 sin la cabeza puesta en las canchas, ni en el histórico escenario paralímpico de Roland Garros. Sólo quería volver a sentirse bien, no tener miedo.
“Esto me hizo replantearme un montón de cosas. Me tomé tres meses libres para empezar la temporada en marzo. Fue algo bastante particular porque nunca en mis 16 años de carrera me había tomado tres meses para acomodarme y empezar un proceso nuevo”.
“Uno empieza a entender un montón de situaciones por donde pasa la vida. Yo tuve una forma de encarar mi carrera en la que siempre fue todo al límite. Siempre fue ambición al máximo, buscando constantemente la exigencia, incluso más allá de lo que se debe, de lo que yo debería para mi salud y para mi cuerpo. Siempre exponiéndome por demás al límite”.
Con algunos cambios determinantes en el equipo de trabajo y con un nuevo foco para su carrera deportiva, Gustavo Fernández arrancaba la recta final hacia los Juegos Paralímpicos con una nueva cabeza.
“Me tomé realmente el tiempo necesario para sanar todo, todo lo que yo venía arrastrando de muchos años. Y es ahí es donde empecé a tener un cambio real. Este año fue lo disfruté mucho. Más que duro, fue un año que disfruté mucho. Fue un año muy nutritivo”.
Los cuartos Juegos, la primera y tan soñada medalla
Y así se llegó a París 2024. Ya lejos de las cirugías de garganta, con los trastornos de salud mental apartados y con una renovación en la esperanza y en la manera de encarar un torneo de tal magnitud como unos Juegos Paralímpicos.
Gustavo Fernández sabía que era su cuarta oportunidad de ganar su primera medalla. Hasta ahora había caído siempre en cuartos de final. Siempre había quedado a las puertas del podio.
“Me sentía realmente muy bien allá en la previa llegada a París. Roland Garros es un lugar especial. En mi caso particular, yo entro ahí y digo ‘Este es mi lugar en el mundo’. O sea, es el mejor lugar en el mundo para jugar al tenis, sin duda. Desde el primer día empecé a tocar la pelota y me sentía bárbaro".
"Iban pasando los días, me fui sintiendo mejor. Después, jugar en la cancha central, cosa que no me había sucedido nunca. Fue todo potenciándose. Realmente siento que disfruté la semana de tenis y de competencia, independientemente de las responsabilidades que había después de tratar de obtener el logro”, asegura.
Así, después de poder cruzar de una vez el rubicón de los cuartos de final con una victoria sobre el británico Gordon Reid y de caer en semifinales ante el japonés Tokito Oda, Gustavo Fernández se presentaba en la final por la medalla de bronce ante el español Martín De la Puente. Y la victoria de Gustavo Fernández fue contundente: 6-1, 6-2.
Después de la euforia inicial por la obtención de la primera medalla paralímpica de su carrera, a Gustavo Fernández le llegó el momento del disfrute real a la hora de situarse en el podio y tomar conciencia de lo que había logrado.
“Yo estaba feliz. Me sentía pleno. Estoy realmente contento por haber logrado esto. Sí, fue un momento de puro disfrute ver la bandera de tu país subir al lado de banderas inglesas y neerlandesas con un contexto completamente distinto. O sea, yo vengo de Río Tercero, un pueblo así de chiquito. Y era absolutamente improbable llegar a esa escena en general. Con mi familia tenemos una foto que están ellos de fondo. Es algo único. Es en definitiva lo divertido de todo esto, anécdotas que me quedan y que voy a terminar compartiendo eventualmente con mis hijos y que tengo para llevarme en el cajón. Para siempre”.
El tramo final de la carrera y la meta de Los Ángeles 2028
Ya con el objetivo de la medalla paralímpica en el bolsillo, Gustavo Fernández asume que el tramo final de su carrera como deportista será muy distinto al de gran parte de su trayectoria: con la competitividad intacta, pero con una cabeza más enfocada en la armonía general de todas las partes y en la búsqueda de una consecuencia al trabajo previo, no de un resultado.
“No sé si estoy dispuesto a pagar el precio necesario para volver a ser número 1 del ranking, porque a mí todo ese éxito que tuve en el pasado, que fue divino, fue hermoso y me puso también en esta situación, también me trajo una factura muy grande. Cada cosa que uno intenta lograr viene acompañada de una factura grande. Y yo no sé si quiero esa factura, hoy prefiero priorizar otras cosas y realmente disfrutar”.
“Es muy difícil tomarse el tiempo para disfrutar de este nivel de exigencia, este nivel de desafíos y con este nivel de responsabilidades. Yo siempre sentí responsabilidades para con mi talento, para con la gente que estuvo a mi alrededor, para la gente que invirtió en mí. Y yo me di cuenta este año de que yo ya he retribuido esa inversión . Entonces, entender eso me liberó de mucho peso. Me dio la certeza de decir, ‘Che, esto es lo que me gusta. Voy a tratar de jugar. Si me tocan 2, 4, 6 ó 10 años más, quiero que sean en mis términos, bajo mis reglas, disfrutándolo. Disfrutando de hacer lo que más me gusta, que es lo que siempre me apasionó'”.
Así y todo, el nuevo gran objetivo para el tenista argentino es llegar pleno a Los Ángeles 2028 y con el mismo equipo de trabajo con el que se encuentra actualmente.
“Físicamente estoy bien y ahora estoy mejor que varios de los últimos años. Así que, si no pasa nada raro, en Los Ángeles estaré seguro. De hecho, el otro día planteé mi primer objetivo para Los Ángeles. Me gustaría llegar con mi equipo en la misma sintonía y en la misma armonía. Con los mismos integrantes que tengo ahora, de acá a Los Ángeles”.