Finales clásicas: el dispositivo de medición no fue lo suficientemente largo para Bob Beamon
La historia de los Juegos Olímpicos está llena de momentos dramáticos, emotivos y bellos que formaron parte de sus finales. Todas las semanas tiene la posibilidad de revivir en vídeo las finales más increíbles. Esta semana, vemos la mejor final de salto de longitud en la historia Olímpica
Los datos
- Salto de longitud, Juegos Olímpicos de México 1968
- Estadio Olímpico, México - 18 de octubre de 1968
Los antecedentes
Bob Beamon, de 22 años, que comenzó a saltar en la escuela en la ciudad de Nueva York, era uno de los favoritos para ganar la competición Olímpica de salto de longitud de 1968. Sin embargo, dos poseedores del récord mundial también competían: el ruso Igor Ter-Ovanessian (8.35 m), que pretendía reclamar su primera medalla de oro después de dos intentos anteriores, y el campeón Olímpico de 1960 Ralph Boston (8.35 m). Durante los cinco años anteriores, esos dos atletas habían roto ocho récords mundiales, como se puede ver en el video.
Con una mejor marca personal de 8.33 m, Bob Beamon sabía que tendría que hacer el salto de su vida para estar en la cima del podio.
La competición estaba lista para ser épica.
El momento clave
La noche anterior a la competición fue estresante para Beamon. Estaba nervioso, así que salió a tomar algo. Aunque esta no sería la mejor preparación para una final Olímpica.
Además, el atleta con el dorsal #254 fue el primer saltador en intentar un salto. En comparación con la noche anterior, estaba relajado, mientras se preparaba, corría y saltaba. Como también se puede ver en el video, su primer intento fue majestuoso.
Había solo un problema. Los jueces no pudieron medir el salto ya que su instrumento no era lo suficientemente largo como para alcanzar la marca en la arena.
Después de 20 minutos de medición a la vieja usanza, se confirmó que la distancia era de 8,90 m, superando el récord anterior por unos asombrosos 55 cm.
Después de un intento más donde saltó 8.04 m, Beamon decidió no intentarlo más. La medalla de oro estaba asegurada.
Boston consiguió el bronce con un salto decepcionante de 8.16 m, mientras que Ter-Ovanessian terminó cuarto con una marca de 8.12 m.
Beamon había demolido a la competencia.
El resultado
El salto tuvo tanto impacto que nació una nueva expresión: Beamonesque. Significa "una hazaña atlética tan superior a lo que se ha hecho antes que es abrumador", según la página del perfil del COI del atleta.
Su récord mundial estuvo 23 años sin que nadie lo superara. Tuvimos que esperar hasta quizás el mayor evento de salto de longitud de la historia, durante el Campeonato Mundial de Atletismo de Tokio 1991, cuando los atletas estadounidenses Carl Lewis y Mike Powell lucharon por el oro. La leyenda Carl Lewis saltó 8.87 m por la plata mientras Mike Powell voló por el aire para registrar un salto de 8.95 m. Esta marca sigue siendo la mejor de la historia.
Después de terminar su carrera deportiva, Beamon fue reclutado por el equipo de baloncesto de la NBA Phoenix Suns. Luego se graduó con un título en sociología de la Universidad de Adelphi en 1972 y más tarde fue incluido en el Salón de la Fama Olímpico y Paralímpico de los Estados Unidos.