Waterpolo en París 2024: Felipe Perrone, corazón brasileño al frente de la selección española
Felipe Perrone ha ganado casi todo lo posible en el waterpolo. El capitán de la selección española masculina ha subido al podio de todos los grandes campeonatos. Solo hay un hueco en su palmarés: los Juegos Olímpicos. Un vacío que intentará llenar en París 2024.
Perrone nació en Río de Janeiro, en el seno de una familia de jugadores de waterpolo. Sin embargo, sus raíces son catalanas y con apenas 18 años debutó con la selección española. Son por tanto casi dos décadas, pues en esa larga trayectoria hubo un pequeño paréntesis para cumplir el sueño de representar a su país de origen en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Con la selección española Perrone ha conseguido los mayores éxitos de su carrera y se ha ganado un hueco entre los mejores de la historia del waterpolo. Sin ir más lejos, a sus 36 años fue nombrado mejor jugador del mundo en 2022. Hoy, con 38, lidera un equipo que aspira a subir al podio olímpico por primera vez desde Atlanta 1996. Pero su forma de vivir este deporte, confiesa, es brasileña.
"Crecí en Brasil y tengo esa faceta de vivir el deporte con mucha pasión, aunque obviamente es algo que a veces tengo que controlar", explica en una entrevista con Olympics.com. "Creo que es algo característico de los brasileños. Cuando juego, lo vivo con mucha intensidad".
Ese espíritu brasileño combina bien con un talento que ha pulido en España durante más de dos décadas. Perrone se ha ganado la capitanía de la selección por talento y por un liderazgo ejemplar, guiando a una nueva generación del waterpolo español que está reverdeciendo los viejos laureles.
En Budapest 2022, España se proclamó campeona del mundo de waterpolo en categoría masculina por primera vez en 21 años. El pasado mes de enero, se proclamó campeona de Europa por primera vez en la historia. Y ahora llega el momento de la verdad: volver al podio olímpico por primera vez desde el mítico oro de Atlanta 1996.
La mentalidad es clave. "Intentamos tener un nivel de exigencia, tanto en el entrenamiento como en nuestra vida diaria, de oro. Buscamos la excelencia. Obviamente en el deporte nunca sabes lo que puede pasar, porque los demás también buscan lo mismo, pero en nuestro día a día buscamos el oro", explica a Olympics.com.
"Si alguien viera uno de nuestros entrenamientos, parecería que estamos jugando una final olímpica todos los días. Ese es un poco el espíritu que tenemos, una cultura de entrenamiento y trabajo".
Felipe Perrone, criado en el waterpolo desde pequeño
Felipe Perrone ha llegado a París 2024 en una fase especial de su carrera. Con cinco ediciones de los Juegos Olímpicos a sus espaldas (y un récord de 12 participaciones en Mundiales), sabe que el final de su carrera esta cerca. Y encuentra la manera de disfrutarlo.
“El tiempo va pasando y nosotros aprendemos a disfrutar y vivir el deporte de una manera más bonita. Cuando era más joven, había muchas cosas que me ponían nervioso, pero hoy disfruto de cada detalle. Según pasan los años, nunca sabes cuándo va a acabar todo esto, así que trato de disfrutarlo mientras dure. Todo esto hace que sea bastante especial".
Para llegar a sus quintos Juegos Olímpicos, Perrone ha recorrido un largo camino. El jugador carioca estuvo ligado al waterpolo casi antes de nacer pues su padre, Ricardo, estuvo muy cerca de competir con la selección brasileña en Múnich 1972. Y su hermano Kiko Perrone, 10 años mayor, también fue profesional y una inspiración para Felipe.
"Fue una gran influencia para mí. Aún hoy cuando digo en Brasil que soy jugador de waterpolo la gente me pregunta por qué. ¿Que por qué? Pues porque mi padre me llevaba a la piscina cuando iba a entrenar y me acabó gustando este deporte", confiesa entre risas. "Es un deporte acuático y mi familia es muy de agua.
De hecho él ahora también es el "tío Felipe", pues hay una tercera generación de jugadores en camino: Tomás, hijo de Kiko, es su compañero de equipo.
Perrone bromea y dice que, si no fuera por su familia, seguramente habría sido un brasileño tratando de llegar a futbolista. "Aunque soy muy malo, seguramente no lo habría conseguido".
El debut de Perrone con España y la vuelta a casa en Río 2016
La oportunidad de aumentar la visibilidad del waterpolo en Brasil, y por supuesto representar a su país de origen en su ciudad natal, hizo que Felipe Perrone volviera brevemente con la selección brasileña.
Felipe tenía solo 15 años cuando debutó con Brasil en el Mundial de 2001. Para entonces su hermano Kiko ya era profesional en España y al poco tiempo, surgió la oportunidad de seguir su camino. Debido a sus raíces familiares, jugar con la selección española era el siguiente paso natural. Su nuevo debut fue en 2004.
Los dos hermanos Perrone disputaron juntos los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, donde España quedó quinta y Felipe fue nombrado entre los mejores jugadores del torneo. Un logro que repitió en Londres 2012, donde la selección española fue sexta.
Sin embargo, y gracias a la flexibilidad que permite en waterpolo, en Río 2016 se le presentó la oportunidad de jugar con Brasil. Y Perrone, asentado ya como uno de los mejores jugadores del mundo (ganó tres Champions con tres equipos distintos entre 2012 y 2016), no tuvo ninguna duda.
"Era un momento muy especial. Hice todo lo que estuvo en mi mano. Di todo lo que pude", dice al recordar su segundo paso por la selección brasileña. "Recuerdo llorar viendo la Ceremonia de Apertura, porque sabía lo que esos Juegos Olímpicos significaban para Brasil".
Felipe Perrone fue clave para armar aquella selección brasileña, hablando con jugadores repatriados o naturalizados para que se unieran al proyecto. Al frente del equipo estaba el legendario entrenador croata Ratko Rudic, ganador de cuatro oros olímpicos con tres selecciones distintas.
"Aquellos que lo vivimos no lo vamos a olvidar nunca. Decíamos, 'si un entrenador que ha ganado cuatro oros olímpicos te dice que vayas de cabeza contra una pared, tú te tiras de cabeza contra la pared'. Logramos un resultado histórico, eso tuvo mucho que ver con su trabajo", recuerda.
Brasil ganó una medalla de bronce en la Liga Mundial de 2015, y comenzó los Juegos Olímpicos ganando tres partidos en la fase de grupos, incluido uno ante Serbia, que a la postre sería campeona. Felipe recuerda con cariño cómo por un momento llegaron a ser más populares que el fútbol en la televisión y, aunque perdieron en cuartos de final ante Croacia, hicieron historia.
Waterpolo: El regreso de España a la élite
En la carrera de Felipe Perrone con la selección española hay un antes y un después de Río 2016. Fue un momento de transición: para el grupo, inmerso en una etapa de renovación y para él, que evolucionó en su juego y recibió la capitanía del grupo.
"La gente aprende y se adapta. El deporte cambia, el juego cambia y yo cambio. Ya no tengo las mismas condiciones que cuando tenía 20 años. Lo hemos visto en el fútbol con Luka Modric o Toni Kroos. Es una adaptación tanto física como mental. Y yo siempre he tratado de adaptarme un poco al equipo para encajar donde podía ser de más ayuda".
Ahora lidera esta nueva ola que ha devuelto al waterpolo masculino español a la élite mundial. En este ciclo olímpico, después del cuarto puesto en Tokio 2020, la selección española ha sido campeona del mundo en 2022 (por primera vez en 21 años); campeona de la Copa del Mundo en 2023 (por primera vez en la historia); y campeona de Europa en 2024 (también por primera vez).
Ahora el objetivo es acabar con otra larga espera: subir al podio de los Juegos Olímpicos por primera vez desde el oro de Atlanta 1996.
Perrone asegura que prefiere la presión de ser favorito a la ansiedad de no haber ganado nunca el oro. "Ser favorito significa que has conseguido grandes resultados. Lo veo como un privilegio, y así trato de explicarlo [a mis compañeros]. Es un honor ser favoritos. Es parte de lo que hemos construido", asegura a Olympics.com.
"Claro que hay presión, preo creo que este equipo está acostumbrado a ella. Tokio 2020 fueron los primeros Juegos Olímpicos para muchos de ellos, y ahora llegamos mejor preparados. No significa nada, porque los Juegos son un mundo aparte, pero creo que estamos listos para dar lo mejor".
Y de momento la selección española masculina ha empezado con muy buen pie, y después de tres jornadas es líder invicta tras vencer a Australia, Hungría y Serbia, sobre el papel las rivales más difíciles de un Grupo B que completan Japón y Francia.
La vista está puesta en el podio, el único vacío en el palmarés de Felipe Perrone.
"Veo a la gente de mi generación y la mayoría ya no están jugando. Obviamente quiero la medalla, quiero el oro, pero es un privilegio vivir mis quintos Juegos Olímpicos".