El español Ray Zapata, plata con destellos dorados en la final de suelo

Zapata obtuvo la misma puntuación en la final de suelo que el campeón, Artem Dolgopyat (14.933), pero se quedó con la presea plateada al presentar un ejercicio con menor dificultad que el israelí  

Ray Zapata I
(2021 Getty Images)

Fue clavar el salto y saber que tenía la medalla Olímpica. Ray Zapata quedó mirando al suelo y soltó un grito para descargar la tensión.

De haber acariciado la final en Río 2016. De la rotura del tendón de Aquiles en 2017, minutos antes de disputar una final de Copa del mundo. Del nuevo paso por el quirófano hace un año.

Del largo camino hasta el despegue definitivo.

Un grito de rabia pero sobre todo alegría, como mostró unos segundos más tarde mientras esperaba la nota. Zapata buscó en la mochila y sacó un babero con el nombre de su hija. Olympia.

No podría ser otro nombre. Aún quedaban otros seis rivales por competir en la final de suelo, pero Zapata estaba convencido de haber subido al podio.

Finalmente la puntuación de 14.933 valió una plata con destellos dorados: fue la misma que el campeón, Artem Dolgopyat, pero quedó en segunda posición por haber presentado un ejercicio de menor dificultad que el israelí.

El bronce fue para XIAO Ruoteng (14.766), de la República Popular de China.

El gimnasta español no usó el finalmente Zapata II, el nuevo movimiento que presentó hace un mes en la última prueba de la Copa del Mundo y que lleva su nombre en el Código de Puntuación internacional. 

Zapata quiso asegurar con un ejercicio ligeramente más sencillo (6.500, el tercero más difícil de la final) pero mejor ejecutado, y la estrategia funcionó.

El grancanario, que había pasado a la final con la cuarta mejor nota de la clasificación, afinó el ejercicio más que sus rivales (solo Ruoteng mejoró su nota en ejecución) y solo una décima en la dificultad de Dolgopyat lo apartó del oro. 

Ray Zapata se convierte en el primer español que consigue una medalla Olímpica en gimnasia artística desde Gervasio Deferr, que también logró la plata en suelo en Pekín 2008.

Precisamente Deferr (también oro en salto en Sídney 2000 y Atenas 2004), la leyenda que junto a Víctor Cano confió en él cuando todos le decían que a los 17 años ya era demasiado mayor para asaltar el sueño Olímpico.

En Río 2016 ya estuvo muy cerca la final de suelo, un sueño que vivió mucho más de cerca de lo que parece porque la leyenda japonesa UCHIMURA Kohei estuvo a punto de renunciar por una lesión. Entrenó por si acaso, pero no hubo milagro.

Por eso el objetivo para Tokio 2020 era doble. Meterse en la final que había acariciado hace cinco años en Río. Y subir al podio Olímpico.

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