En el esquí de montaña, también conocido como 'skimo', los atletas ascienden y descienden esquiando y utilizando sus habilidades de montañismo mientras compiten a través de montañas cubiertas de nieve.
Las raíces del esquí de montaña
La práctica del esquí se remonta a tiempos prehistóricos. Se han descubierto tablones de madera de distintos tamaños y formas conservados en turberas de Rusia, Finlandia, Suecia y Noruega. El esquí de montaña se originó en Europa, cuando en 1897 el alemán Wilhelm Paulcke completó la primera travesía alpina al cruzar el Oberland bernés sobre unos esquíes, lo que se consideró como el nacimiento del esquí de montaña moderno.
Globalización
La disciplina fue ganando popularidad en todo el mundo, con carreras celebradas en lugares como Suiza, Francia, Norteamérica, Sudamérica, Rusia, Escandinavia, China, Corea y Japón. El primer Campeonato del Mundo de Esquí de Montaña se celebró en 2002, en Francia. En la actualidad, la Federación Internacional de Esquí de Montaña (ISMF) cuenta con 38 asociaciones miembros, y la disciplina despierta el interés de atletas de diferentes disciplinas, como ciclistas, nadadores, corredores, excursionistas y alpinistas.
Equipamiento
En el esquí de montaña, los atletas llevan su equipo mientras esquían y escalan paredes de roca helada a la vez que realizan recorridos que ascienden hasta los casi 2.000 metros de altitud. Dependiendo de la carrera, el equipo de los atletas puede incluir piolets, arneses, cuerdas, crampones, una manta de supervivencia, una sonda de nieve y un detector de avalanchas. Además, los competidores utilizan esquíes ligeros provistos de membranas de goma llamadas "pieles" que evitan que se deslicen hacia atrás, y botas con fijaciones especiales para adaptarse fácilmente al terreno ascendente o descendente.
Historia olímpica
En julio de 2017, el COI anunció que el esquí de montaña se uniría al programa de los Juegos Olímpicos de la Juventud para los Juegos Olímpicos de la Juventud de Invierno de Lausana 2020. En el debut de esta disciplina, 44 atletas compitieron en cinco modalidades: individual femenina y masculina, sprints femeninos y masculinos y un relevo mixto. Los eventos individuales empezaban con una salida en masa y ponían a prueba la resistencia de los atletas a través de tres agotadores ascensos y tres descensos.
En la prueba de sprint, con una duración de entre tres y cuatro minutos, los esquiadores ascendían y descendían unos 80 metros. El relevo mixto combinó nacionalidades y géneros para formar 11 equipos de cuatro atletas (dos mujeres y dos hombres). Los gemelos suizos Thomas y Robin Bussard ganaron el oro y la plata en el evento individual masculino, y la española Maria Costa Díez se impuso en el sprint femenino.