Daniela Torres y el ángel de su dorsal vuelan a los Juegos
En 2019 dejó su trabajo como periodista para cumplir su sueño de ser atleta Olímpica. Cuando lo logró, al hacer mínima en el primer maratón de su vida, la atleta mexicana lo dedicó a la memoria de su madre. El 7 de agosto de 2021 va a estar en la línea de salida del maratón Olímpico
En el momento en el que Daniela Torres logró la marca mínima para disputar el maratón de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, en 2021, se bañó en lágrimas.
No solo había conseguido tocar su sueño en el primer maratón de toda su vida -de pequeña jugó a fútbol y luego practicó atletismo de manera amateur-, sino que además pudo dedicárselo a la memoria de su madre.
En las carreras siempre se pone en el dorsal un prendedor con forma de ángel que precisamente era de su madre. Y a mediados de abril, cuando logró marcar 2:28:55 en Siena, el ángel estaba ahí para darle a Torres las alas que necesitaba para volar más que nunca. Tocó el cielo: por su sueño, y por su madre.
"La verdad es que ese momento de cruzar la meta fue de muchos sentimientos y estaba esa emoción que yo tenía por lo que sucedió con mi mamá. Ella falleció en septiembre del año pasado y la última vez que yo estuve con ella platicando, me decía 'Yo quiero que tú vayas a unos Juegos Olímpicos, yo creo que tú puedes hacerlo'", recuerda Daniela Torres en una entrevista para Tokio 2020 realizada el pasado mes de mayo de 2021.
"En realidad mamá no tenía idea ni del nivel que yo tenía ni nada, pero las mamás siempre creen en nosotros, siempre desean lo mejor para nosotros. Y finalmente, ese día, pensé que mi mamá tenía razón, y que ella confiaba en mí ciegamente. Eso me causó muchísima emoción. Y sí, mis lágrimas eran por eso: de recordarla a ella y saber que siempre sigue estando conmigo".
El primer maratón, y Olímpica
El año pasado Daniela Torres disputó el Mundial de Medio Maratón tres semanas después del fallecimiento de su madre. E incluso entonces su madre ya había soñado con ella siendo Olímpica, pese a no haber corrido nunca sobre los 42 kilómetros.
"Yo ni siquiera todavía corría una súper marca ni nada. Y entonces ya a raíz del Mundial de medio maratón dije bueno, tal vez sí se puede. Y ahora que sucedió pensé que mamá tenía razón por completo", recuerda.
Porque entonces, Daniela Torres consiguió una buena marca. Esto le dio alas para soñar más fuerte. "Entonces ya echamos todas nuestras fichas por el maratón", explica.
Sin embargo, la distancia entre una prueba y otra se duplica, y esto evidentemente se nota. "Durante la competencia [en Siena], no tenía ya ninguna experiencia en esa distancia. Entonces sí vas como con cierto miedo, pero al final todo salió muy bien. Entonces nos deja como con la motivación de que en un siguiente maratón podamos tener mejores resultados, ya con una experiencia previa y con una preparación previa", reconoce la maratoniana tras haber conseguido la mínima Olímpica en aquella prueba.
"Haber logrado la marca mínima fue un momento de mucha satisfacción, de mucha alegría y compartirlo con mi entrenador hizo que ese momento fuera aún más especial. Es como un sueño que apenas tiene poco tiempo y que incluso no pensé que lo iba a poder cumplir tan pronto. Ha caído así como de sorpresa. Todo ha pasado muy rápido, pero yo estoy muy contenta de poder tener esta oportunidad ahora", prosigue.
Estará en la línea de salida en el Parque Sapporo Odori el próximo 7 de agosto de 2021.
"Van a ser unas condiciones muy diferentes a las que estamos acostumbrados. Pero si pudiera colocarme en un top 15 y de ahí hasta lo más cercano a los primeros lugares, estaría de lujo", reconoce como objetivos la atleta mexicana.
Yo me veía en unos Juegos Olímpicos, pero como periodista, o sea, en el otro lado de la trinchera
En los Juegos, pero no como periodista
El sueño de Daniela Torres con los Juegos Olímpicos no era cosa tan reciente como el de correr el maratón en Tokio, pero el terreno era diferente. Hasta medidados de 2019, Torres trabajaba en el área de comunicación del Instituto de Deportes de Querétaro.
"La verdad es que siempre me ha llamado la atención los deportes y yo me veía en unos Juegos Olímpicos, pero como periodista, o sea, en el otro lado de la trinchera. No me imaginaba tener la oportunidad de ir como atleta", reconoce la mexicana.
Sin embargo, tuvo que dejar de lado el sueño de ir como comunicadora a unos Juegos cuando empezó a verse en ellos como atleta.
"Antes de julio de 2019, yo todavía trabajaba ahí en el departamento de comunicación y renuncié a mi trabajo y a todo para intentar este sueño de ser atleta de alto rendimiento", rememora.
Era admirable la fuerza que tenía mi mamá y cómo se aferraba a la vida.
Ahora la pongo a ella como un ejemplo porque no hay prueba tan dura, ni obstáculo tan grande que yo no pueda superar
A fin de cuentas, el sueño le ha salido bien y se le ha cumplido, pero no siempre supo si dejar algo estable como su trabajo para ver qué pasaba en el atletismo iba a tener tan buenos resultados.
"En realidad cuando tomé la decisión no me parecía tan buena idea", dice entre risas.
"Fue mi novio, Gustavo Pimentel, el que me encaminó. Él también es corredor y él sí ya tenía la meta de querer ser atleta e ir algún día ir a Juegos Olímpicos. Yo corría también, pero fue él quien me fue metiendo como esa idea de 'tú podrías correr muy bien, tienes mucho talento, tienes mucho potencial...'. Él se integró primero al equipo en el que estamos, que se llama Gondi MX. Llegó como 4 meses antes que yo y me fue metiendo tanto a la idea que pensé en intentarlo", cuenta.
Durante algunos meses, Torres estuvo planeándolo, ahorrando dinero para poder ir a Ciudad de México dejándolo todo. Pero finalmente, mereció la pena.
"Creo que ha sido de las mejores decisiones que he tomado en mi vida: haber arriesgado y dejado toda la vida que tenía por supuesto que ha valido la pena", sentencia.
Porque, a fin de cuentas, Daniela Torres lo que hizo fue intentar acercarse a la felicidad. ¿Qué podía ser lo peor?
"Mi mamá ha sido la persona que más me inspira, a pesar de que ya no está aquí con nosotros. Mamá estuvo enferma ocho años de cáncer y durante esos ocho años tuvo muchos altibajos, pero era admirable la fuerza que ella tenía y cómo se aferraba a la vida. Ahora la pongo a ella como un ejemplo porque no hay prueba tan dura, ni obstáculo tan grande que yo no pueda superar. Mi mamá pasó por tanto, y situaciones tan difíciles, que realmente lo que a mí me pueda pasar no es nada. Ella es mi más grande ejemplo de fortaleza".