Milly Pickles: lo que aprendió sobre la vida tras estar al borde de la muerte por una electrocución

Ponerse a prueba, replantearse las cosas, creer en uno mismo... Son sólo algunas de las técnicas que utiliza Milly Pickles para gestionar la excepcional vida que se ha armado desde que le amputaron una pierna en 2017 después de electrocutarse.

9 minPor Jo Gunston
Electrocution survivor, Milly Pickles, social media content creator, motivational speaker, and fitness and disability advocate
(Milly Pickles)

"Siento interrumpir, pero ya he tomado una decisión: fuera con ella", dijo Milly Pickles a los cirujanos que, junto a su familia, revoloteaban alrededor de su cama de hospital sopesando los pros y los contras de amputarle la pierna derecha.

Tenía 20 años y apenas habían pasado dos meses desde que la deportista universitaria se electrocutara y casi perdiera la vida en un accidente en el que sufrió quemaduras en el 35% de su cuerpo.

Pickles, que vive en Londres, aún no ha dado detalles públicamente de aquel episodio; sigue procesando los fragmentos que puede recordar y profundizará en él en un libro que está escribiendo sobre su experiencia.

A la dura decisión, le siguieron unas cuantas lágrimas, pero la fortaleza mental de Pickles se puso de manifiesto cuando se la comunicó a sus padres: "Al menos, ahora, puedo ir a los Juegos Paralímpicos".

"Rápidamente intenté pensar en algo que no pudiera hacer antes y sí ahora para sentirme mejor", cuenta la británica a Olympics.com, en una entrevista exclusiva.

Entre los objetivos que se fijó, también figuraba aprender español pegando palabras en la pared de su habitación del hospital y considerar cada viaje al quirófano para una de las 25 operaciones a las que fue sometida como una pequeña excursión de un día fuera de su habitación.

El comentario sobre los Juegos Paralímpicos y el "deseo de volver a su vida" no fue una bravuconada. Apenas unos meses después del incidente, Pickles no sólo había vuelto a su trabajo de prácticas en el Chelsea Football Club -"No quería perderme la experiencia"-, sino que también se levantaba a las 5 de la mañana para entrenar como velocista de 100 metros.

Esas primeras semanas fueron la pauta de cómo Pickles seguiría con su vida, alterada pero no cambiada. Las lecciones que ella aprendió por las malas las comparte ahora con los demás "para que no tengan que pasar casi por la muerte para descubrirlas por sí mismos".

A continuación, te contamos algunas de las experiencias de Pickles, cómo las gestionó y las lecciones que de todo ello podemos sacar, en este inicio de 2024, año olímpico, por cierto.

Suscripción olímpica | Deportes y series originales en vivo y gratis - ¡Únete ya!

"Si una decisión te asusta, probablemente sea la correcta"

Dos años después de empezar a entrenarse para las pruebas de velocidad, Pickles se lo pensó dos veces.

"Nunca había competido ni nada parecido", dice ahora. "Ése fue, simplemente, el tiempo que tardé en aprender a controlar mi pala y coger fuerza".

Se entrenaba cuatro o cinco veces a la semana, iba al gimnasio a las 5 de la mañana y, a las 9, empezaba a trabajar en el Chelsea F.C., en un puesto que le habían ofrecido tras licenciarse con sobresaliente, algo de lo que está "orgullosísima".

Por la tarde, durante cuatro horas, se dedicaba a publicar contenidos en sus redes sociales, detallando su nuevo viaje por la vida como persona amputada.

"Lo hice todos los días durante meses. De hecho, dejé de tener la regla durante cuatro meses debido al estrés, y mi madre y mi padre me decían 'nunca te vemos', a pesar de que viví con ellos durante el confinamiento por la pandemia de la covid-19", revela Pickles.

Tenía que renunciar a algo y fue al objetivo que, fruto de su infancia deportiva, se había marcado en aquellos primeros días tras su accidente: competir en los Juegos Paralímpicos.

"Fue una decisión muy difícil de tomar, porque sentí que me estaba defraudando a mí misma [repecto a lo que había decidido] en aquel primer momento en el hospital. Y me había centrado tanto en ello que fue bastante aterrador pararme y admitirlo ante mí misma", confiesa.

Para tomar la decisión, Pickles llevó un diario en el que escribía cómo se sentía cada día y exploraba sus emociones. Ella considera que, si una decisión te asusta, probablemente deberías tomarla.

"Creo que, si controlas tus sentimientos y sientes cierto tipo de resentimiento o, si cuando tienes que ir a una sesión, no te sientes motivada y te parece un trabajo; si tomas nota de eso en lugar de ignorarlo, las señales están ahí para ayudarte", dice Pickles.

Con más tiempo libre ahora, Pickles ha podido disfrutar de otras actividades físicas, como convertirse en la primera persona amputada en completar la carrera de 400 metros más dura del mundo con una pendiente de 37 grados (75%). También se entrena para el Maratón de Londres de 2024, otra de las pruebas puntuales que le van mejor que el ajetreo diario de ser paralímpica.

Otra decisión difícil fue dejar el Chelsea para trabajar a tiempo completo en sus propias redes.

"Lloré a lágrima viva", confiesa esta creadora de contenidos y conferenciante motivacional, "porque toda mi vida había pensado en trabajar para una empresa como el Chelsea, en convertirme en directora de SEO; ése había sido siempre mi objetivo, así que vivir una experiencia que me cambió la vida por completo e ir en una dirección en la que nunca había pensado también fue duro para mí".

Concederse dos años para ver cómo funcionaba le dio a Pickles la salida que necesitaba para dar el salto.

"Siempre doy el salto en lugar de evitarlo. Y creo que eso es lo que tiene que hacer la gente. Ésa es la señal para mí: si tengo miedo, es algo bueno", sentencia la deportista británica.

"Ponte a prueba para ganar confianza en ti mismo"

Si Pickles tuviera que elegir el peor desnivel y la peor superficie para correr con una pierna ortopédica que tiene muy poca flexibilidad en la articulación del tobillo, sería una pendiente irregular. Así que enfrentarse a la RB400, corriendo por una pista de esquí sin nieve, era un reto que Pickles estaba deseando afrontar. Hasta que, una hora antes de la carrera, se preguntó en qué se había metido, después de ver a su novio, el preparador físico Liam Cavanagh, que la había corrido antes que ella. 

"Tomé el telesilla para ir a verlo y, cuando llegué allí arriba, él estaba totalmente destrozado. Los vídeos de Internet no muestran el esfuerzo que hizo, y él es muy fuerte física y mentalmente. Así que me asusté. ‘¿Qué estoy haciendo?’, me dije. Porque, cuando salí del hospital, no podía subir una pendiente ni de cinco grados. Así que pensé, 'aquí estoy haciendo la carrera más empinada del mundo' y me emocioné a muchos niveles", confiesa Pickles.

Al ser la primera persona amputada que afrontaba el reto, el nombre de Pickles sonó bien alto en la línea de salida cuando el locutor destacó su intento y todas las miradas se volvieron hacia ella. Pickles, a quien le gusta tomarse su tiempo para prepararse mentalmente, estaba desconcertada: la carrera empezaba una hora antes de lo que ella había previsto.

"Recuerdo el pitido cuando faltaban 10 segundos y cómo, literalmente, me concentré y me dije a mí misma cosas positivas como: 'Milly, lo tienes, has pasado por cosas peores, puedes hacerlo'. Como se puede ver en el vídeo, estaba absolutamente concentrada”, rememora Pickles.

"Y luego, cuando estaba corriendo, ya no pensaba en la carrera en general, sino que buscaba tácticas mentales y pensaba: 'Bueno, ¿dónde puedo encontrar agujeros para los pies?' Y me centraba en eso. Y, entonces, la sensación era de como si estuviera haciendo escalada en una roca. Era una manera de distraer a mi cerebro", prosigue.

"Luego, contaba hasta 50 y volvía a empezar de cero, y me repetía a mí misma: ‘Sólo te quedan 20 pasos’. Y cuando llegaba a los 20 pasos, 20 más, 20 más, y así lo conseguí".

"Cuando llegué a la cima, no podía creerme que lo hubiera conseguido, porque no tenía ni idea de si podría hacerlo o no; técnicamente, las colinas y las rocas son imposibles para un amputado. Así que me enfrenté a algo que nos dicen que evitemos y no podía creer que lo hubiera conseguido", asegura.

Pickles describe este tipo de retos como "divertidos" para ella, así que Olympics.com, no sin sorpresa, le pide que explique por qué.

"Porque, al haber hecho algo así, me pruebo a mí misma que he hecho lo imposible", dice sonriente. "Si puedo hacer eso, puedo hacer cualquier cosa", argumenta Pickles.

"Incluso en mi vida diaria, si estoy en el gimnasio, pienso: bueno, puedo hacer una más porque he subido esa colina. Es un buen punto de referencia para mí: soy fuerte y puedo hacer muchas cosas. Eso me impulsa a hacer más", añade.

"Mi accidente ocurrió hace seis años y, sí, lo afronté muy bien y me esforcé al máximo cada día, pero creo que es importante hacer retos con regularidad y probarte a ti mismo para recordarte lo fuerte que eres o para demostrarte a ti mismo lo fuerte que eres. Y eso te da una confianza y una seguridad innatas para hacer más cosas en la vida", prosigue la atleta británica.

"Sinceramente creo que, si las personas hicieran cosas como ésta con más frecuencia, sería de ayuda para quienes están deprimidos o ansiosos, porque es la cosa más increíble. Te hace sentir muy bien y eso es lo que disfruto", asegura.

"Resetea tu mente para mantenerte optimista"

Los "aspectos mentales", asegura Pickles, son los que más la ayudaron en su ajuste físico y emocional tras la amputación.

"Tu cerebro es un dispositivo de resolución de problemas", dice ella, "así que, le hagas la pregunta que le hagas, encontrará la respuesta".

"De modo que, si me hiciera preguntas negativas como '¿por qué me pasó esto a mí?', mi cerebro me diría el porqué y luego me sentiría mal. Siempre traté de pensar, 'bueno, no puedo cambiar nada, pero ¿qué puedo hacer?' Por eso empecé a estudiar español y otras cosas. Me dije: 'Vale, esto no es lo ideal, pero ¿qué puedo hacer ahora que no podía hacer antes?'. Hacerme constantemente esas preguntas y resetear mi mente es lo que me ayuda a mantenerme positiva", dice con una sonrisa Pickles.

"Han pasado seis años desde aquello y sigo siendo la misma, si no más feliz, porque he emprendido este viaje de crecimiento y he estado persiguiendo mi objetivo principal desde que perdí mi extremidad, que es ayudar a otras personas", asevera.

"(Perder mi pierna) nunca me ha entristecido ni me ha afectado realmente. Me siento agradecida y afortunada de estar viva, con o sin esa extremidad, porque eso no es lo que me define. Y por eso quiero seguir adelante y mostrarle a la gente que, si te propones algo, puedes lograrlo. Y no te rindas, aunque puedas tener limitaciones, porque tu mente es más fuerte que tu cuerpo".

Más de