Brasil, dos décadas de dominio en voleibol

A lo largo de la historia de los Juegos, varios equipos han alcanzado tal altura que solo pueden describirse como increíbles. Tokio 2020 revisa las historias de estos equipos inolvidables y los jugadores estrella que fueron claves en la competición. Esta semana repasamos la historia de la selección masculina de voleibol de Brasil, que ha dominado en este deporte desde los 2000

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Cómo empezó

El 26 de julio de 1983, Brasil disputó un partido de exhibición contra la Unión Soviética en el mítico Maracanã de Río de Janeiro, frente a 95.000 aficionados. No. No estamos hablando de un partido de fútbol, sino de voleibol. Nunca antes se había jugado un partido de voleibol a esta escala frente a tanto público. Este encuentro, en el que ganaron los locales por 3-1, marcó realmente el comienzo de una historia de amor entre Brasil y el voleibol.

En los 80s, un nuevo estilo de juego comenzó a emerger en la nación sudamericana, con jugadores capaces de atacar con diferentes balones y desde diferentes posiciones en la pista. Sin embargo, pasaron varios años hasta que llegaron los resultados a nivel internacional. La primera gran victoria fue en Barcelona 1992. En ese momento, el mundo del voleibol estaba dominado por europeos - Italia y Países Bajos en particular. Pero Brasil sorprendió a todo el mundo ganando el oro y, desde ese momento, los sudamericanos poco a poco -pero con seguridad- empezaron a dominar en este deporte.

Sin embargo, un último elemento cambió el voleibol brasileño para bien: Bernardinho.

Entrenador de la selección femenina desde 1990, ganó todo lo que estaba en sus manos y tomó el cargo de la selección masculina en 2001. Como líder del equipo, ganó dos oros Olímpicos (2004 y 2016), tres Campeonatos del Mundo, dos Copas del Mundo, tres Copas de Campeones y ocho Ligas Mundiales.

Las mayores victorias

Es difícil elegir una victoria por encima de otras, ya que Brasil lleva dos décadas de dominio. Para dar una idea de ello, entre 2001 y 2006, este equipo jugó en 20 competiciones internacionales, y ganó 16 de ellas, incluyendo dos Campeonatos del Mundo, cinco Ligas Mundiales, una Copa del Mundo y una medalla de oro Olímpica.

Pero quizás el oro Olímpico de 2016, logrado en suelo propio, fue el más emotivo. Tras no llegar a lo más alto del podio en dos finales Olímpicas consecutivas (Pekín 2008 y Londres 2012), los locales arrollaron a Italia por 3-0 (25-22, 28-26, 26-24) en Río. Este fue, además, el último título logrado por el legendario entrenador Bernardinho.

Su hijo, Bruno Rezende, colocador y capitán del equipo, expresó entonces lo que significó este triunfo: "Nos merecíamos mucho esta medalla. Es mucho más especial lograrla en casa. Es un momento mágico. Hemos pasado por mucho y ahora somos campeones Olímpicos. Decían que esta generación no iba a poder con la presión. Después de muchas platas, ahora somos oro".

Los jugadores clave

Muchos jugadores tienen un rol importante en los éxitos de Brasil, pero Serginho, el líbero, ocupa un lugar especial. Tiene cuatro medallas Olímpicas (dos oros y dos platas) y en la consecución de la última, en Río, y con 40 años, fue nombrado además Mejor Jugador del Torneo.

Giba es otro jugador legendario, que ganó todo lo posible: ocho campeonatos Sudamericanos, tres Copas América, ocho títulos de la Liga Mundial, tres Copas del Mundo de Grandes Campeones, tres Campeonatos del Mundo, un oro Olímpico y dos preseas plateadas Olímpicas. Por más de una década, fue considerado uno de los mejores jugadores del mundo -si no el mejor. Con 1,90 m de altura, sus altos y su sentido del juego fueron indiscutidos.

"Ganar el oro en Atenas fue el momento culmen de un periodo en el que virtualmente ganamos todo -el Campeonato del Mundo, la Liga Mundial, la Copa del Mundo-, y después finalizamos con el oro Olímpico, que es, sin lugar a dudas, la medalla más valiosa para cualquier deportista. Es el evento más especial. El sueño de cualquier atleta es el de ganar un oro Olímpico", recordó al finalizar su carrera.

Entre la nueva generación, hay muchos jugadores impresionantes, como Wallace, que anotó 20 puntos en la final de 2016, el colocador Bruninho, o Lucarelli y Lucas, que son dos fuertes atacantes.

¿Que pasó después?

Después de Río, el equipo siguió sumando éxitos.

Fueron subcampeones de la Liga Mundial en 2017, subcampeones en el Mundial de 2018 y ganaron la Copa del Mundo de 2019. Brasil, que ya está clasificada para Tokio 2020, será de nuevo una de las favoritas en el torneo.

Pero los vigentes campeones Olímpicos se encuentran encuadrados en el grupo B, junto al medallista de bronce en Río 2016, Estados Unidos; la campeona de África, Túnez; la semifinalista en Río 2016, la Federación Rusa; la campeona Panamericana 2019, Argentina; y la semifinalista del Europeo de 2019, Francia.

Solo los cuatro mejores de cada grupo avanzarán a cuartos de final. ¿Podrá Brasil igualar a los oros Olímpicos consecutivos de la Unión Soviética (1964 y 1968) y de Estados Unidos (1984 y 1988)?

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