Así es Herbert Aceituno, héroe nacional salvadoreño

El levantador de pesas consigue la primera medalla Paralímpica en la historia de El Salvador

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(2021 Getty Images)

Herbert Aceituno ha conseguido la primera medalla Paralímpica en la historia salvadoreña, lo que le convierte automáticamente en uno de los grandes referentes deportivos de Centroamérica. Su presea de bronce, conseguida en la categoría de los 59 kg de halterofilia y en la modalidad de levantamiento de peso, ha sido la culminación de una carrera atlética marcada por la superación personal.

Su trayectoria ha sido meteórica en los últimos años: es el primer levantador de pesas salvadoreño que ha participado en unos Juegos Paralímpicos (Río 2016) y tuvo un paso exitoso por los Juegos Parapanamericanos de Lima 2019 (consiguió la medalla de oro) que hacían preever su victoria. Sin embargo, el camino para el abanderado nacional de El Salvador en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, en 2021, no ha sido un camino fácil.

"Hay muchos que hacen bullying cuando empiezo a asistir a la escuela. Pero al final eso ya no me importó porque mis padres me fueron demostrando lo que es verdaderamente importante. No voy a negar que es una etapa dura porque uno quiere jugar y adaptarse a los demás…", recuerda con amargura Aceituno en elsalvador.com.

"Con el tema de la discriminación, al final dije ‘Dios sabe por qué’. Empecé a estudiar, llegué a bachillerato y ahí me pasó lo mismo. Pero un amigo me dice ‘vamos al gimnasio’. Y yo le decía ‘¿y para qué voy a ir?’ Mi amigo siempre me motivaba para ir. Y bueno, fui", explica.

Kike, como le suelen apodar, se estrenó en las competiciones internacionales en la Copa del Mundo 2016 celebrada en Río de Janeiro, Brasil, que coincidió casualmente en la misma ventana temporal que los Juegos Paralímpicos de ese mismo año en la metrópolis sudamericana. Su ambición siempre ha sido ganar una presea Paralímpica. "La discapacidad viene de la mente, no del cuerpo", llegó a declarar hace tres días a su llegada a la Villa Paralímpica de Tokio 2020.

Aceituno nació con acondroplasia, lo que le limitó sus posibilidades de crecimiento a una temprana edad, así como con hidrocefalia. "Los médicos le dijeron a mi madre que solamente viviría tres meses". Un pronóstico fallido que sin duda le dio la resiliencia suficiente para sobrellevar una infancia y adolescencia complicadas debido al rechazo de sus compañeros. Fue el universo deportivo y Paralímpico el que le dio un propósito cuando cumplió 20 años de edad.

"El deporte es importante porque te abre muchas puertas. A veces uno piensa que no va a pasar nada con el deporte y sí, abre hasta amistades. Incluso, yo con el deporte me siento motivado. Muchas personas que dicen no puedo, ven mi caso y dicen ‘si él pudo salir, yo también puedo’", afirma en elsalvador.com.

El padre de Herbert falleció tristemente poco antes de que su hijo pudiera competir en los Juegos de Tokio 2020. Se trata de una persona fundamental, junto a su madre, en su vida. "MIs padres se pusieron contentos y a la vez tristes [cuando me clasifiqué] porque nunca me habían dado la oportunidad de ir tan lejos, a otro país. [Estaban preocupados por] cómo me iba a sentir en otro país". Aceituno lleva consigo siempre un llavero de su padre, que le motiva para seguir adelante con sus sueños.

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