Lydia Williams creció en una comunidad aborigen en medio de Australia Occidental. A los 11 años se trasladó a Canberra. Su madre, que era estadounidense,... la apuntó a fútbol. En el club local al que se apuntó sólo quedaba un puesto en la primera división: portera. A los 15 años perdió a su padre y se dedicó por completo al fútbol. Tenía 16 años cuando debutó con Australia y 19 cuando disputó su primera Copa del Mundo. Los Juegos Olímpicos de Río 2016 fueron un momento especial para ella, ya que Cathy Freeman siempre la había inspirado. Tras haber competido en tres mundiales y dos Juegos Olímpicos, ya ha alcanzado las 100 internacionalidades, por lo que no cabe duda de que esta competición en casa será muy especial para ella.