¿Qué representa una medalla olímpica? Jackson Richardson, Daniel Dhers, Richard Carapaz o Elina Svitolina lo cuentan
Con la presentación de las medallas para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024, Olympics.com ha preguntado a varios deportistas qué hace de estos objetos algo tan icónico.
Oro. Plata. Bronce.
Todos los aficionados al deporte conocen bien este trío de metales, que apareció por primera vez en los Juegos Olímpicos de St. Louis 1904.
El ganador recibió oro, el segundo lugar, plata y el tercero, bronce.
Pero no fue hasta los Juegos Olímpicos de Roma 1960 cuando llegó la famosa tradición de poner la medalla alrededor del cuello, algo con lo que sueñan los atletas de todo el mundo. En total, desde los Juegos Olímpicos de Atenas 1896, los primeros de la era moderna, se han otorgado alrededor de 36.600 medallas (oro, plata y bronce) a los deportistas.
El estadounidense Cassius Marcellus Clay Jr., más conocido como Muhammad Ali, lució con orgullo su medalla durante 48 horas. En los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, la leyenda del boxeo conmovió al mundo entero al encender el pebetero olímpico y, poco después, volvió a recibir su medalla olímpica de 1960.
Detrás de cada medalla olímpica hay un deportista; una historia personal de esperanza y aspiración. Para algunos, es la recompensa definitiva a su carrera, mientras que otros se quedan con la decepción de haberse quedado atrás.
Olympics.com ha hablado con varios deportistas de sus sentimientos sobre el objeto más codiciado de todos: una medalla olímpica. Descubre sus impresiones a continuación.
La medalla olímpica, el sueño de toda una vida: "No tengo palabras para describir aquel momento"
Al empezar unos Juegos Olímpicos, la mayoría de los deportistas piensan en una sola cosa: una medalla olímpica. Ese objeto podría cambiar su destino, la historia del deporte e incluso la de su país.
Pero los deportistas rara vez explotan de alegría cuando se les otorga una medalla de plata, que les recuerda lo cerca que estuvieron del oro olímpico. Solo en retrospectiva se dan cuenta de su inmenso logro. Es el caso de la judoca francesa Sarah-Léonie Cysique, doble medallista olímpica en Tokio 2020.
"Es cierto que en Tokio me sentí desolada por haber perdido mi última pelea. Pero, una vez que me puse la medalla alrededor del cuello y la vi, pensé 'Wow'. ¡Ahí es cuando te das cuenta de que sigue siendo una medalla olímpica! Estaba muy feliz y recuperé mi sonrisa automáticamente".
El belga Alexander Hendrickx, medallista de plata en Río 2016, descubrió la alegría del oro cuatro años después en Tokio. Máximo goleador en el torneo masculino de hockey sobre césped, finalmente tuvo en sus manos la medalla que había estado soñando desde que era un niño.
"Es un sueño de infancia estar en los Juegos Olímpicos y ganar el premio mayor... No tengo palabras para describir aquel momento. Llevar una medalla es realmente pesado... Recuerdo que llevaba la medalla caminando y todos nos miraban con cara de 'Wow'. Es una sensación placentera. ¡Es increíble!", señaló a Olympics.com en el Torneo de Clasificación Olímpica de hockey disputado en Valencia en enero, en el que Bélgica obtuvo una cuota para los Juegos Olímpicos de París 2024.
Para la mayoría de los deportistas, una medalla olímpica no tiene parangón. Para Audrey Tcheuméo, "no hay palabras para describir las medallas, incluso cuando son de plata o bronce". La judoca francesa, que ganó metales en Londres 2012 y en Río 2016, describe el premio olímpico como incomparable en el mundo del deporte.
"Es una fuente de orgullo", dice. "Hay una diferencia entre una medalla mundial y una medalla olímpica. Son dos sabores diferentes: una medalla olímpica es como el caviar y una medalla mundial es como las trufas".
En Tokio 2020, en 2021, Luka Mkheidze fue el primer medallista de Francia. "Mi medalla de bronce en los Juegos es mi mayor logro", asegura.
Para este judoca, que ha superado muchos obstáculos en su vida, es más que una simple recompensa deportiva.
"Esta medalla significa mucho para mí, todos los sacrificios que he hecho en mi carrera. He pasado tanto tiempo con esta medalla. La he mostrado tanto, la he llevado tanto que me la sé de memoria. Sé que permanecerá en mi familia de generación en generación".
Además de recompensar a los mejores deportistas en su disciplina, una medalla olímpica a menudo lleva un mensaje y una emoción que llega mucho más allá del podio.
En esta línea, el biatleta Martin Fourcade, el francés más condecorado en la historia de los Juegos, reveló que las medallas olímpicas le sirven como prueba para recordar a sus seres más queridos sobre su gloriosa trayectoria.
"Es la única manera que tengo de enseñar a mis hijas que soy un campeón olímpico. ¡Eran muy pequeñas cuando sucedió!", confesó durante el acto de presentación de las medallas de París 2024 el jueves, 8 de febrero.
La medalla olímpica: un cambio deportivo y social
"Las medallas olímpicas pesan 500 gramos. En realidad es pesada, te duele el cuello si la tienes mucho rato. Pero creo que es más lo que representa", expresó Daniel Dhers en una entrevista con Olympics.com después de haber conseguido una de las primeras preseas olímpicas de su deporte en la historia, ya que debutó en el escenario olímpico en los pasados Juegos.
The Boss, como conocen sus compañeros y rivales a Daniel Dhers, es uno de los deportistas más reconocidos en el mundo del BMX Freestyle. Medallista de plata en Tokio 2020, sabe que el eco de su medalla de plata resonó en su país, Venezuela, demostrando el impacto que puede tener llegar a un podio olímpico.
"[Lo importante de la medalla] Es el valor tácito, lo que logro para mi país. Siento que esa medalla dio esperanza, un montón de sentimientos positivos que Venezuela necesitaba y me da alegría. No solo mi medalla, sino también la que ganaron mis compañeros. Una medalla olímpica pesará medio kilo en verdad, pero pesa inalcanzables kilos en responsabilidad social", sentenció Dhers.
En los mismos Juegos Olímpicos, el ecuatoriano Richard Carapaz se elevó al primer escalón del podio de ciclismo en ruta. Y todavía no ha borrado de su cabeza el momento de recibir la medalla de oro. "Ha sido una de las cosas más grandes que he podido lograr dentro de mi carrera deportiva", dijo en una entrevista con Olympics.com.
Para él, este oro tampoco se quedó en un triunfo individual, sino en lo que significó para su nación. "Creo que formar parte de esa pequeña historia de un país marca mucho a uno como persona, como deportista y también a la gente que en su momento lo vive", reflexionó Carapaz.
Cuando la selección de balonmano de Francia ganó la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, sus jugadores, en cambio, no tenían ni idea de que habían participado en un momento crucial del deporte francés.
"En aquel momento éramos como niños", recuerda Jackson Richardson. "Ver los Juegos Olímpicos por primera vez fue monumental".
Les Bronzés ganaron la primera medalla internacional de Francia en este deporte. Un bronce para un equipo desconocido a este nivel de la competición. Les Bleus de Daniel Costantini se convirtieron en la primera dinastía de los equipos franceses que dominaron -y dominan- en este deporte.
"Estábamos muy orgullosos porque fue la primera medalla del balonmano francés", dice Richardson, que jugó a nivel de clubes durante gran parte de su trayectoria también en España. "El hecho de que pudiéramos vivir estos primeros Juegos Olímpicos y ganar nuestra primera medalla hizo que fuera más fácil para nosotros adaptarnos a las competiciones internacionales".
"Lo más importante es que las otras generaciones consiguieron ganar la medalla de oro que nos faltó a nosotros, y eso me hace muy feliz".
Cuando iba perdiendo 1-4 en el último set en el partido por el bronce femenino de tenis en Tokio 2020, Elina Svitolina forjó su destino ganando cinco juegos consecutivos. Fueron 26 minutos emocionantes que propiciaron que se marchara de Japón con la medalla de bronce. Una presea que no solo era para ella, sino también para su país, Ucrania.
"Fue un sentimiento increíble volver a Ucrania con una medalla, la primera del tenis ucraniano", dijo la tenista durante una entrevista exclusiva con Olympics.com en 2022. "Fue algo increíble todo el poder que demostré, toda la energía que puse en los Juegos Olímpicos... Fue muy especial para mí".
"Me dio mucha felicidad y muchos momentos increíbles que recordaré por toda mi vida: dar esa medalla a Ucrania".
Mientras algunos atletas prefieren mantener su tan luchado metal cerca de ellos, el skater brasileño Pedro Barros decidió dárselo a una de las personas que más quiere: su madre.
"Mi medalla olímpica está con mi madre", explica. "Es algo que no esperaba ganar. Creo que ella también está feliz de tener una medalla olímpica en su casa ahora", bromea Barros.
Y apostamos a que pasa sus días con esa medalla colgada con orgullo alrededor de su cuello.