Soñar es posible: La historia de Manizha Talash, del Equipo de Refugiados del COI, que dejó Afganistán para llegar a España
Manizha Talash dice de sí misma I am from the bomb, soy de la bomba.
Y en los Juegos Olímpicos de París 2024 quiere explotar en el escenario del breaking. "Estallar con arte, con paz y con cosas bonitas a través del deporte. Quiero decir quién soy, de dónde soy y quiero expresar arte, cultura deporte, que las mujeres son fuertes... y paz".
B-girl Talash, como se le reconoce en el mundo del breaking, participará en los próximos Juegos con el Equipo Olímpico de Refugiados del Comité Olímpico Internacional. Es un sueño para ella, pero no por tener la pretensión de medallas o de subir al podio. Manizha sabe qué es lo importante: simplemente estar.
"Los Juegos Olímpicos es lo mayor que he conseguido en el breaking. Estar en París para mí es ganar. Eso no me lo aportan las medallas. Estar es lo más importante", remarca en una entrevista con Olympics.com en Madrid, donde reside, antes de viajar a la capital francesa.
Sobre estar en España, Manizha Talash también reduce la idea a lo más importante: estar y que su familia esté.
La B-girl huyó de su Kabul (Afganistán) natal en 2021. En mayo de 2024 volvió a ver a su familia, ya en España.
De Kabul primero llegó a Pakistán, donde pasó un año escondida.
"Aquello fue muy difícil la verdad. A veces quiero olvidar ese año. Yo nunca pensé en salir de Afganistán, la verdad. Por eso no tenía ni pasaporte. Pero un día mis amigos dijeron 'Hay que salir'. Me tuve que cubrir con un burka y mis amigos ponerse maquillajes en sus manos para tapar sus tatuajes", empieza a relatar Manizha Talash sobre cómo se huyó de Kabul.
No estaba sola. Además de sus amigos, le acompañaba su hermano, que entonces tenía 12 años.
En Pakistán tuvieron que pasar un año ocultos en una habitación con 22 personas.
Esto le apartó de algo que había supuesto su primer escape a los problemas y las situaciones difíciles: el breaking.
B-girl Talash había conocido este deporte en Afganistán y desde un primer momento se enamoró de él.
"El breaking es para mí como las pastillas del médico"
- Maniza Talash, B-girl de Afganistán
El breaking, su primera salida en Afganistán
El breaking no era un deporte conocido en Afganistán, por lo que, en su primer choque con él cuando tenía cerca de 18 añoss, Talash pensó que era algo irreal.
"Vi un vídeo de un chico afgano dando vueltas sobre la cabeza. Al principio yo pensé que no era real, pero luego busqué más vídeos. Tampoco pensaba que en Afganistán habría un club para aprender y entrenar. Pero hablé con este chico y fui a su gimnasio. Cuando empecé a entrenar con él, no había ninguna chica. Y dije '¿Por qué yo no?'. Si pueden hacerlo los chicos, también pueden hacerlo las chicas", recuerda Talash, que nació en 2002.
Este aspecto transgresor para la sociedad, pero de unión en realidad, le gustó desde un principio a Talash.
"En Afganistán siempre te dicen que tú eres chica y no puedes hacer algo. Pero cuando yo estuve con este equipo nunca me dijeron que tú no puedes por ser chica. Siempre me dijeron 'puedes'", remarca.
Pero sobre todo, para Manizha el breaking supuso una salida.
"Me ayuda porque cuando estoy entrenando en breaking no puedo pensar en problemas ni cosas malas. Siempre estoy pensando cómo puedo hacer, cómo puedo mejorarme. Eso me gusta mucho. El breaking es para mí como las pastillas del médico. Cuando estoy triste me voy a entrenar".
Pakistán: escondida en una habitación con 22 personas
Sin embargo, cuatro meses después de empezar a practicar breaking, escapó a Pakistán. Y allí el breaking no le pudo salvar de los malos momentos. En una habitación con 22 personas, Manizha Talash redujo todo de nuevo a lo más simple: estar.
"En Pakistán no pude entrenar porque no puedes salir de la casa. Cuando vas sin pasaporte, los policías te van a devolver a Afganistán. Entonces yo no pude entrenar en ese año", cuenta.
El obstáculo más duro no fue pasar un año en una habitación, sino estar alejada de su familia.
"Yo creo que [el mayor desafío] es salir de tu país y vivir en otro país que no conoces, con personas, culturas diferentes... y vivir sola. Es muy difícil vivir sin familia", asegura.
"Yo estuve pensando todos los días en mi familia y en mi hermano, aunque él estuviera conmigo. Él es menor de edad y tenía que estar con su madre, entonces yo tenía que ser una madre para él. Pero mi hermano también es un chico muy fuerte. Otras personas no pueden vivir sin su madre".
En mayo de 2024 todo cambió. Con la ayuda del Comité Olímpico Español, pudo traer al resto de su familia a España. Incluso podrán viajar con ella a París 2024 para verle competir en los Juegos. Ese es el verdadero sueño.
"Yo estoy aquí [en España] no porque tengo miedo de los talibanes o porque no puedo vivir en Afganistán. Yo estoy aquí para poder hacer algo para mi vida"
- Maniza Talash, B-girl de Afganistán
El miedo a no soñar: el motivo de su huída
Sin embargo, Manizha Talash no llegó a este sueño olímpico por la vía fácil.
"Cuando era pequeña, no pensaba que pudiera hacer estas cosas y llegar a otro país o a los Juegos Olímpicos. Tuve otro mundo, como otras niñas, en el que no tenía sueños muy grandes, como ahora. De pequeña yo estuve trabajando con mi padre y luego con mi madre, entonces no tuve mucho tiempo para pensar en mi futuro", relata.
"Mi padre tuvo una tienda y yo estuve trabajando con él. Después en un gimnasio y luego en otras tiendas de ropa. El último trabajo en el que yo trabajé fue en una oficina en la que estaba ayudando a otras personas, como las personas que no tienen padre y quieren estudiar. Yo estuve trabajando ahí y luego fui a Pakistán", prosigue contando Manizha Talash.
La licencia a soñar no estaba entre sus prioridades: el trabajo y su familia estaban primero. Sin embargo, los comentarios sociales hacia ella, y hacia las mujeres afganas en general, también le pesaron.
Es a ellas a quienes quiere representar en París 2024.
"Cuando yo estaba en Afganistán, muchas personas me dijeron 'Tú tienes que aprender a limpiar y cocinar porque mañana te vas a casar y necesitas saber esas cosas'. Pero ahora esas personas me dicen 'Wow, enhorabuena, estamos felices de que tú vayas a los Juegos'", asegura.
"En Afganistán me dijeron que como era chica no podía. Que era imposible. Pero ahora yo pienso que todas las cosas son posibles si tú quieres y si vas a entrenar".
De hecho, ese motor, ese demostrarse a sí misma que era posible, fue lo que le llevó a dejar su casa.
"Yo estoy aquí [en España] no porque tengo miedo de los talibanes o porque no puedo vivir en Afganistán. Yo estoy aquí para poder hacer algo para mi vida y para demostrárselo a las chicas que están en Afganistán".
Talash siente que las situaciones adversas que ha vivido le han ayudado a poder hacer este hueco a los sueños.
"Cuando tienes una vida muy dura y muy difícil, tu cabeza va a ser abierta y puedes pensar más allá de lo que corresponde para tu edad porque tienes muchos problemas y vas a enfocarte más en qué tengo que hacer para mi familia o para mi vida o para mi futuro. Entonces, en Afganistán las chicas siempre están pensando cómo mejorar. Yo creo que me ayuda mucho esa vida difícil. Por ejemplo, yo ahora no tengo padre. Entonces tengo que pensar más que una chica que tiene padre porque tengo que pensar en las cosas que tengo que hacer para mis hermanos, no para mí misma".
Y también piensa en las chicas de Afganistán: "Si yo puedo llegar a mi sueño, ellas también pueden hacerlo".
B-girl Talash en el Equipo Olímpico de Refugiados del COI a París 2024
Manizha Talash enciende velas para que le den buena suerte y tiene en sus manos una azul muy grande para encenderla y que le acompañe durante su aventura en París 2024, de la mano del Equipo Olímpico de Refugiados del COI.
Formar parte de él le cambió la vida, sin embargo cuando recibió la noticia se sintió incluso culpable con su familia.
"Cuando yo escuché ese noticia, mi familia todavía estaba en Afganistán. Yo estuve feliz [por la noticia], pero también triste. La parte grande de mi corazón estaba muy triste. Estuve llorando por mi familia".
Con su familia también en España, ahora se encuentra "muy feliz, tranquila y entrenando muy duro". No solo para los Juegos Olímpicos, sino para una meta clara: "Quiero sixpack", dice riendo.
Y Manizha Talash tiene una sonrisa enorme por la que ha luchado durante años.
Ella misma no es la única que la ha construído.
"Tengo buena suerte porque hay muchas personas que me están ayudando. Cuando yo estuve en Pakistán y luego en España, tuve depresión y mi mejor amigo estaba para mí como un padre, un hermano y un amigo. Otras personas también me han ayudado, como mi amiga Isabel o como el chico que yo vi por primera vez que estaba girando en su cabeza en un vídeo de Youtube. Hay un montón de personas. Y creo que por eso yo he podido salir de los problemas y de una vida difícil", remarca.
Pero hay una en especial: su madre. "Por ella estoy aquí", dice Talash.
Precisamente ella le dio el consejo que cambió su vida y que le hizo salir de Afganistán, de Pakistán, y finalmente llegar a España. Le permitió soñar.
Ese consejo es el que ahora Manizha Talash quiere dar a cualquiera que quiera ser deportista:
"No escuches a nadie. Es tu vida. Es tu futuro. Y tú tienes que hacer lo que quieres. Esto me dijo mi madre cuando yo estaba en Afganistán: 'Mira, hija, esta es tu vida, ese es tu futuro. Tú tienes que hacer lo que quieras. No escuches a nadie. Yo estaré siempre contigo'".