Luisa Blanco, estadounidense de nacimiento e hija de padres colombianos, creció rodeada de grandeza.
Se mudó a los seis o siete años de Los Ángeles a los suburbios de Dallas. El final de la temporada de fútbol -a su familia le encantaba apoyar a la selección colombiana- había obligado a su madre a canalizar la energía de los saltos en el salón hacia otro lugar: la gimnasia artística.
De tal manera, su talento quedó patente muy pronto, ya que los entrenadores de WOGA Gymnastics no tardaron en decirle a la madre de Blanco que querían ver hasta dónde podía llegar.
“El dueño del gimnasio se acercó a mi madre y le dijo: 'Creo que tu hija tiene algo, y me encantaría explorarlo contigo'”, recuerda Blanco en una entrevista exclusiva con Olympics.com. “Empecé en WOGA porque era el gimnasio más cercano a casa”.
“Después fue suerte”, continúa. “Mirando hacia atrás después de muchos años, es un lugar donde se crían olímpicos. Mientras entrenaba en WOGA, vi a todas esas chicas increíbles, como [la campeona estadounidense júnior] Katelyn Ohashi, [la campeona mundial y olímpica] Madison Kocian y [la campeona mundial] Alyssa Baumann”.
Aunque Blanco tiene claro que ese trío de talento la inspiró, faltaba algo: mujeres que se parecieran a ella.
“Aunque no eran latinas, estaban en mi grupo, y podía inspirarme en ellas”, dice. “Pero ser latina en un espacio donde no hay muchos latinos es muy difícil, especialmente en la gimnasia artística”.
Pero entonces, Laurie Hernández cambió el panorama para Blanco cuando se convirtió en la primera gimnasta estadounidense de origen latino desde Annia Hatch en 2004.
“Creo que en 2016 fue cuando todo cambió para mí, al ver a Laurie Hernández hacer lo que hizo”, remarca Blanco. “En ese momento, la idea de representar a los latinos se convirtió en algo que quería hacer en el futuro”.
Blanco y su camino a París 2024: "No fue fácil"
Ocho años más tarde, logró exactamente eso tras ganarse la posibilidad de representar a Colombia en los Juegos Olímpicos de París 2024 a raíz de su gran actuación en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023.
En París, Blanco se clasificó a la final del concurso completo individual.
Pero llegar hasta allí tuvo sus altibajos, aseguró la gimnasta.
“No fue fácil porque todo el mundo se daba cuenta de que soy morena y latina, y me preguntaban: '¿Sabes hablar español? Háblalo ahora', como si fuera un truco que pudiera sacar. Eran pequeñas cosas de ese estilo pero que a mí me molestaban un poco. En ese momento te das cuenta de que eres diferente”, dice Blanco. “Cuando era niña, eso me dolía”.
Sin embargo, eso también la motivó.
“Pensaba que no llegaría lejos por ser latina porque eso es lo que me decía la sociedad... Siempre tenía que esforzarme un poco más... Tenía que demostrarle algo al mundo”, dijo. “Eso es lo que me ha empujado a lo largo de mi carrera”.
Blanco se ha sentido a menudo, afirma, atrapada entre sus dos mundos: “Toda mi vida en Estados Unidos he sido muy colombiana, y en Colombia también soy un poco demasiado estadounidense. Estoy atrapada en esta zona gris en la que no sé cuál es mi sitio”.
Su experiencia en París -y el viaje hasta llegar allí- cambió eso.
“Desde que me clasifiqué para los Juegos Panamericanos, creo que mi vida ha cambiado, y he empezado a conectar más con Colombia”, afirma Blanco. “Todo ha sido positivo y no puedo hacer más que dar mil gracias a Colombia por aceptarme y darme tanto cariño”.
La joven de 22 años señala el comienzo de su carrera universitaria en la Universidad de Alabama como un punto de inflexión en su acercamiento al deporte y cómo pudo conectar su rica herencia.
“Cuando llegas a la universidad, la gimnasia deja de ser un deporte individual para convertirse en un deporte de equipo. Estás compitiendo por algo más grande que tú misma. Ahí es donde sentí mi orgullo”, expresa Blanco, campeona de viga de equilibrio de la NCAA en 2021. “Siempre he estado orgullosa de ser colombiana, pero finalmente, tengo la plataforma donde puedo expresarlo al mundo”.
"Comenzó con algo pequeño, con la música que elijo para mis rutinas de piso, hasta donde estamos ahora, haciendo entrevistas en español. Estoy publicando en mis redes sociales con subtítulos, tratando de, no sé, unir mis dos mundos".
Esa experiencia ha sido cuando menos gratificante para Blanco.
“Ha sido algo tan increíble que no quiero dejar de vivirlo”, asegura.