Gimnasia artística en París 2024: El día que intercambié pines con Simone Biles
Conozco a Simone Biles desde antes de que fuera la legendaria Simone Biles, la mejor gimnasta de la historia, ganadora de siete medallas olímpicas, cuatro de oro, y 23 títulos de campeona del mundo.
La conocí por primera vez en el US Classic de 2012, donde ganó como júnior sin hacer mucho ruido, pues los focos estaban puestos en otras gimnastas como Jordyn Wieber, Aly Raisman, Gabby Douglas, Kyla Ross and McKayla Maroney, que brillarían en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Y desde entonces, he seguido todos sus pasos.
Así que, cuando Biles publicó en Instagram que había traído sus propios pines para los Juegos Olímpicos de París 2024, supe que tenía que conseguir uno de ellos.
El intercambio de pines es desde hace mucho tiempo una gran tradición entre aficionados, periodistas y, por supuesto, los deportistas, que también se suman a esta diversión.
Pero un pin personalizado como el que Simone Biles ha traído a estos Juegos, es algo insólito. Ya se ha convertido en uno de los tesoros más buscados en París –al menos hasta que se empiecen a repartir las primeras medallas de oro el sábado 27 de julio.
"Este es especial", escribió la gimnasta alemana Pauline Schäfer-Betz, tres veces olímpica y campeona del mundo de barra de equilibrio en 2017, en un post de Instagram donde muestra el pin, un pequeño corazón dorado con su firma. "Gracias, Simone".
Vi el post de Schäfer-Betz unas horas más tarde, y me crucé son Simone después de su entrenamiento oficial del jueves (25 de julio) en el Bercy Arena para ver si podía intercambiar mi pin de Olympics.com por el suyo.
Según pasaba por la zona mixta (la zona donde los periodistas esperan a las gimnastas) tras completar un espectacular entrenamiento donde demostró por qué aspira a sumar más medallas a la colección en sus terceros Juegos, le hice un gesto y vino hacia donde yo estaba.
Simone y yo compartimos un breve momento, intercambiamos nuestros pines y posamos para una foto. Misión cumplida.
"Has estado genial hoy", le dije antes de que se marchara.
Biles me preguntó si había visto el Yurchenko con doble carpado que había clavado.
Por supuesto que lo había visto. "Y grité. Creo", le dije.
"Pues después hice otro".
Y con su característica sonrisa, se fue, radiante.