El grupo de atletas reunidas en la línea de meta gritaba, sonreía y se abrazaba con alegría.
Sin embargo, no se trataba de un equipo de corredoras de relevos de una misma nación festejando una medalla para su país, sino de una multitud de naciones reunidas para celebrar a una rival.
En medio de ese momento de alegría se encontraba una tal Faith Kipyegon, que acababa de establecer un nuevo récord mundial en los 1.500 metros femeninos de la Liga de Diamante de Florencia 2023.
Había regresado de su vuelta de honor tras establecer la marca de 3:49.11 para ver a sus competidoras sonriendo y esperando para celebrarlo con ella.
“Este es el camino que debe seguir la verdadera deportividad en nuestro deporte”, declaró emocionada Kipyegon. “Verlas esperándome me derrite el corazón”.
La keniata batió el récord de 3:50.07 establecido hace ocho años por la etíope Genzebe Dibaba, justo un año antes de los Juegos Olímpicos de París 2024. Se trata de un periodo en el que los atletas suelen disputarse la supremacía y no celebrarlo juntos, lo que hizo que el momento fuera aún más especial.
Pero ese es el atractivo de Kipyegon, tres veces campeona del mundo de la distancia, además de poseedora de tres títulos olímpicos, incluido el de los recién concluidos París 2024, donde también sumó la plata en los 5.000 metros, y ganadora del Diamante de la Diamond League 2024 en los 1.500 m.
No sólo sus compañeras atletas sabían lo especial que era el récord mundial, sino también lo especial que es Kipyegon como persona.
Los primeros años de la corredora descalza Faith Kipyegon
Octava de nueve hermanos, Kipyegon creció en una granja cerca de la pequeña ciudad de Keringet, en el valle del Rift keniata.
De alma competitiva, al principio jugaba al fútbol y hacía gimnasia, hasta que un profesor la introdujo en el atletismo.
“Empecé a practicar atletismo por arte de magia”, explicó Kipyegon a Olympics.com antes de París 2024. “Empecé a correr y a saber que el atletismo podría [llevarme] a alguna parte”.
No se equivocaba.
Sus hazañas han hecho historia en toda la comunidad deportiva para la atleta que empezó corriendo descalza, pero también se hizo realidad un nuevo sueño.
“Quiero hacerlo lo mejor posible y motivar a las chicas jóvenes y a las mujeres jóvenes para que sepan que Faith ha recorrido un largo camino, y que sigue rindiendo a nivel olímpico y consiguiendo estas medallas, especialmente la medalla de oro”, afirmó.
En 2018, Kipyegon tomó la decisión de alejarse de las pistas para formar una familia, en el escenario aún relativamente poco probado, incluso hace seis años, de una atleta que vuelve a las pistas después de tener un bebé y gestiona los cambios en el cuerpo que un embarazo conlleva.
Ya campeona olímpica y mundial de 1.500 metros en 2016 y 2017, respectivamente, Kipyegon regresó al deporte tras 21 meses de ausencia después de dar a luz a su hija Alyn.
En su regreso, la nueva mamá se colgó la plata mundial y revalidó su título olímpico en Tokio 2020, en 2021.
“Quiero motivar a las mujeres y a las jóvenes atletas de todo el mundo -no solo de África- para que sigan su corazón y trabajen en sus carreras”, declaró Kipyegon a Athletics Weekly.
“Quiero mostrarles el camino correcto y que sigan mis pasos. Quiero ser su mentora y que piensen: 'Faith Kipyegon es una gran mujer. Quiero hacer cosas como Faith'”.
Faith inspira fe
Algunas de esas mismas mujeres eran las que esperaban a pie de pista tras el asombroso récord mundial de Kipyegon en Italia.
La británica Laura Muir, a la que Kipyegon batió el oro olímpico en Japón, declaró en una entrevista con Scottish Athletics: “Cuando intentas batir a la plusmarquista mundial, ¡es difícil! Me alegro mucho por Faith, se lo merece”.
Muir ha seguido siendo uno de los testigos más cercanos de las hazañas de Kipyegon en la pista, y el rápido ritmo ha ayudado a la escocesa a reescribir repetidamente sus propios récords nacionales.
Cuando Kipyegon volvió a batir el récord mundial un año más tarde, rebajándolo a 3:49.04 en la Liga de Diamante de París, apenas unas semanas antes del comienzo de los Juegos, Muir consiguió un tiempo récord británico de 3:53.79 para terminar tercera en la misma carrera.
“Creo que ya son cuatro carreras seguidas en las que yo he corrido y Faith ha batido el récord del mundo”, se ríe Muir, refiriéndose a los récords de 5.000 metros y de una milla que Kipyegon estableció en un fantástico periodo de siete semanas en julio de 2023.
“Quizá yo sea su amuleto de la suerte. Es increíble por su parte y es un placer participar en estas carreras”.
La supercompetitiva Muir tendrá ambiciones propias bullendo en un esfuerzo por derribar a Kipyegon en la temporada 2025.
La australiana Jess Hull, segunda clasificada tras Kipyegon y por delante de Muir en aquella emblemática carrera de la Liga de Diamante -terminó en un tiempo récord de Oceanía de 3:50.83, la quinta marca más rápida de todos los tiempos en la distancia-, también estará allí.
Hull también se colgó en París 2024 su primera medalla olímpica de medio fondo en pista en más de medio siglo, al ganar la plata, por detrás de Kipyegon, que se aseguró el oro con récord olímpico.
“[Kipyegon] es simplemente clase”, declaró Hull, que también fue una de las que felicitó a Kipyegon en la línea de meta tras el récord mundial en Italia. “Nos estamos acercando, pero ella sigue estando al siguiente nivel y ahora es la triple campeona olímpica, así que si te va a ganar alguien, estoy más que contenta de que sea ella”, afirmó Hull.
La irlandesa Ciara Mageean, doble medallista europea de 1.500 metros, también quedó impresionada por haber participado en una carrera que hizo historia, y probablemente habló en nombre de todas las rivales de Kipyegon aquel día.
“Crucé la línea y vi 'récord del mundo' y me quedé como 'santo cielo'”, declaró Mageean a Athletics Weekly. “Estar en una carrera en la que se batió un récord mundial y que fuera para una mujer tan increíble es simplemente fantástico”.